Capítulo 43

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Las clases finalmente terminaron, y mientras el resto de los estudiantes se dispersaba, Izuku tomó la decisión de quedarse en la U.A. para un intento más de hablar con Eri. La frustración del día anterior aún pesaba en su mente, pero no quería rendirse. Si había algo que sabía sobre ser un héroe, era que la perseverancia y la empatía eran clave.

Caminó por los pasillos vacíos hasta llegar a la pequeña habitación donde Eri solía pasar el tiempo. Tomó un respiro profundo antes de abrir la puerta, preparándose para lo que podía ser otro encuentro complicado. Pero para su sorpresa, esta vez Eri no se mostró tan esquiva. La niña, con su mirada triste pero atenta, decidió escucharlo.

Izuku se sentó frente a ella, notando cómo el silencio de la habitación amplificaba la tensión entre ellos. Aun así, se mantuvo tranquilo. Eri no era solo una niña asustada; era alguien que había pasado por horrores inimaginables. Y él, aunque mucho mayor, comenzaba a comprender ese dolor. Recientemente, Izuku había enfrentado su propio duelo, luchando por procesar las pérdidas que lo habían marcado profundamente.

Con una voz suave, Izuku comenzó a hablarle sobre lo que había estado sintiendo últimamente, evitando entrar en detalles demasiado oscuros, pero lo suficientemente claro para que Eri pudiera entender. Habló de cómo, a pesar de su poder, no siempre podía salvar a todos, y de cómo esas pérdidas lo perseguían. Eri lo miraba con sus grandes ojos, absorbiendo cada palabra.

-Sé que te han hecho cosas terribles -dijo Izuku, tratando de mantener la calma en su voz—. No puedo imaginar lo que has pasado, pero... quiero que sepas que aquí estás a salvo. Nadie te va a lastimar de nuevo.

Eri lo observaba con una mezcla de curiosidad y desconfianza, pero no apartó la mirada. Izuku sintió que había una pequeña conexión entre ellos, algo que no había sentido en su primer encuentro. Continuó hablando, contándole cómo había visto en sus ojos el potencial de su quirk, y cómo podía ser algo maravilloso si aprendía a controlarlo. Pero más allá del poder, le dijo que lo más importante era que ella pudiera encontrar algo de paz y felicidad, algo que merecía después de todo lo que había vivido.

Izuku comprendía el sufrimiento de Eri de una manera que pocos podían. Recientemente había estado enfrentando una batalla interna con las pérdidas y los sacrificios que había experimentado. Y al ver a Eri, tan pequeña y frágil, usada como una herramienta para experimentos atroces, sentía una profunda empatía por ella. Entendía por qué Eri era tan reservada, por qué le costaba tanto confiar. Después de todo, él mismo había comenzado a cuestionarse a quién podía realmente acercarse y confiar.

Mientras hablaban, el ambiente en la habitación empezó a suavizarse. Eri seguía sin decir mucho, pero sus ojos parecían menos asustados, más abiertos a la posibilidad de confiar en Izuku. Para él, ese pequeño avance era un gran paso. Se dio cuenta de que, aunque aún tenía un largo camino por recorrer, este era el comienzo de algo importante, no solo para Eri, sino también para él.

Había algo en la mirada de la niña que le recordaba a su propio dolor, a la ira y la tristeza que llevaba dentro desde hace tanto tiempo. Respiró hondo, sabiendo que esta vez tenía que abrirse, que tenía que contarle su historia para que ella pudiera entender que no estaba sola en su sufrimiento.

-Desde que nací, -dijo con voz serena, -obtuve un quirk que me hacía sobresalir. Siempre estuve rodeado de otros con quirks poderosos, como Bakugo, mi amigo de la infancia. Desde pequeño, fui arrogante, siempre orgulloso, creyendo que había nacido para ser el más fuerte, que nadie podría hacerme frente. Pero todo cambió el día en que perdí a mi madre. Un villano la asesinó, no porque ella fuera un objetivo, sino porque quería hacerme daño a mí.

Eri lo miraba con ojos grandes y llenos de curiosidad, pero también de miedo y tristeza. Izuku sintió un nudo en el estómago, pero continuó.

Asesiné a un villano en una isla alejada de Japón, después de eso, decidí convertirme en un vigilante, y entonces conocí a mi maestro. Me enseñó a pelear de manera eficiente, a no dejarme llevar por mis emociones. Pero todo se volvió oscuro cuando, en un giro repentino que no me gustaría explicar, terminé asesinando a mi maestro en un rápido movimiento. Fue realmente horrible. Me quedé en shock, All Might intentó darme palabras de aliento, en esos momentos yo era el único que podía derrotar a ese villano, el cual también había matado a mi madre... pero, el símbolo de la paz, fue asesinado por intentar salvarme.

Izuku el más fuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora