Capítulo 40

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Izuku se encontraba parado en medio del caos, con los Seis Ojos desatados, observando a Chisaki desde una distancia segura. La rabia hervía en su interior, no solo por la monstruosa forma que había tomado su enemigo, sino por lo que le había hecho a Mirio. Kai Chisaki no solo había borrado unos quirks importantes, había hecho desaparecer un futuro, uno que Izuku había estado seguro que estaba destinado para Mirio. El One For All, combinado con la Permeabilidad de Mirio, habría sido una fuerza imparable, el símbolo de paz que el mundo necesitaba. Pero ahora... todo eso se había esfumado.

-¿Y ahora qué?- pensó Izuku, con la mandíbula tensa. Mirio, el chico que irradiaba esperanza y optimismo, ahora estaba indefenso, sin su quirk. Izuku sentía una impotencia creciente. No era solo que Mirio había perdido sus habilidades; el One For All había muerto. Mirio ya no podía ser el símbolo, no sin su quirk.

El enojo de Izuku aumentaba. ¿Quién sería el símbolo ahora? Sabía que, por mucho poder que tuvieran, Bakugo y Todoroki no eran candidatos ideales. Ambos podían manejar la seguridad de un país, eran poderosos y capaces, pero carecían del carisma necesario para inspirar a una nación entera. Bakugo, con su naturaleza explosiva y temperamento feroz, no tenía el toque inspirador que All Might poseía. Todoroki, aunque talentosa y brillante, era fría y reservada, difícilmente la figura que la gente querría seguir con devoción ciega.

Y entonces, el pensamiento más molesto se instaló en su mente. Sabía que ahora, después de lo que había sucedido con Mirio, Nezu no lo dejaría en paz. Nezu insistiría, una y otra vez, para que él tomara el lugar de All Might, que se convirtiera en el símbolo que la sociedad necesitaba. Pero Izuku no quería eso. Siempre había deseado ser un héroe, sí, pero ahora quería futuro diferente, uno en el que pudiera enseñar, guiar a la próxima generación desde las aulas de la U.A. en lugar de ser el símbolo de la paz.

Ahora, ese futuro se veía cada vez más distante. El destino parecía estar empujándolo hacia un camino que no deseaba recorrer. La ira que sentía hacia Chisaki no solo era por lo que le había hecho a Mirio, sino también por lo que le había arrebatado a él mismo: la posibilidad de un futuro en paz, lejos de la sombra de All Might.

-Esto es tu culpa-, pensó Izuku, mirando con odio a Chisaki, que ahora estaba fusionado con otro de sus subordinados, convertido en una abominación gigante. -Destruiste el futuro de Mirio, y ahora indirectamente arruinar el mío. No te lo permitiré.

Izuku apretó los puños, sintiendo la rabia recorrer su cuerpo. El poder estaba ahí, esperando ser liberado, pero él lo contenía, calculando cada movimiento, cada posibilidad.

-Si tengo que ser el símbolo, entonces aunque yo no lo quiera... empezaré aquí y ahora, -murmuró para sí mismo, preparándose para el enfrentamiento final. Sin embargo, una parte de él aún luchaba con la idea, aún rechazaba la posibilidad de que este fuera su destino. Pero en ese momento, mientras el caos reinaba a su alrededor, decidió que lo primero que debía hacer era acabar con Chisaki y proteger a los que estaban bajo su cuidado.

Con una última mirada a Mirio, quien sostenía a Eri entre sus brazos, Izuku estaba decidido a poner fin a la amenaza del Shie Hassaikai y, quizás, a descubrir cuál sería su verdadero camino.

Izuku se mantenía firme, sus ojos Seis Ojos brillaban intensamente mientras observaba a Chisaki con una mezcla de rabia y determinación. El monstruoso villano avanzaba hacia él, pero cada vez que intentaba golpearlo, sus ataques se desvanecían a centímetros de la piel de Izuku, detenidos por el Infinito. Chisaki rugía, frustrado, incapaz de comprender por qué no podía alcanzarlo.

Izuku no perdió tiempo. Extendió una mano y canalizó su energía, una esfera azulada de energía condensada se formó en su palma. Sin dudarlo, golpeó con su azul directamente contra Chisaki. El impacto fue devastador, golpeando al villano con una fuerza tremenda que lo hizo retroceder, su cuerpo crujía bajo la presión del ataque.

Izuku el más fuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora