Capítulo 69

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Al día siguiente, cuando el sol apenas se podía ver por el cielo. Bakugo y Mirio se encontraban en la entrada de la U.A., listos para partir. Ambos habían pasado la noche ideando planes, convencidos de que no podían esperar más para ir a rescatar a Izuku. Bakugo tenía el ceño fruncido y una expresión decidida mientras ajustaba su traje de héroe. Mirio, con su habitual sonrisa, aunque más seria que de costumbre, asintió hacia él, como dándole su apoyo silencioso. Sin embargo, antes de que pudieran dar un paso hacia la salida, una figura pequeña pero imponente apareció en su camino.

-Director... -murmuró Bakugo, con sorpresa al ver al director.

Nezu avanzó hacia ellos con una calma imperturbable, observándolos con sus ojos astutos. No se sorprendió al ver a ambos equipados y decididos. Los miró por un momento en silencio antes de hablar, permitiendo que la tensión llenara el ambiente.

-Sé lo que planean hacer -comenzó, con voz serena-. Y aunque entiendo su frustración, necesito que escuchen.

Mirio fue el primero en responder, inclinándose un poco en señal de respeto.

-Director, sabemos que los procedimientos llevan tiempo, pero Midoriya está en peligro. No podemos quedarnos aquí y esperar a que algo suceda.

Bakugo, sin embargo, no compartía esa paciencia.

-¿Por qué habríamos de esperar? -dijo con impaciencia-. ¿Qué más hay que discutir? Es el nerd, por el amor de Dios. ¡Está allá afuera, con la Liga! -Las chispas de su Quirk brillaron alrededor de sus puños mientras hablaba.

Nezu lo miró con una expresión de entendimiento, pero su tono se mantuvo firme.

-Entiendo tu frustración, Bakugo. Y sé cuánto significa Midoriya para ustedes -dijo, mirando ahora a ambos-. Pero si el gobierno y seguridad pública no nos autorizan a atacar, no es tan sencillo actuar por nuestra cuenta.

Bakugo apretó los puños, intentando contener su impulso.

-¡Maldita sea! ¿Y si no dicen nada? -exclamó-. Si eso pasa, yo iré, con o sin su autorización. No pienso dejar que esos imbéciles lo tengan ni un minuto más. Si tengo que convertirme en vigilante, ¡lo haré!

Nezu alzó una mano, indicándole que se calmara.

-No será necesario que se conviertan en vigilantes -dijo con una expresión calculadora-. Tengo algunos planes en marcha. Si no recibimos el visto bueno, si nos ignoran, actuaré personalmente. Tengo contactos y aliados en todo el país. Cada héroe dispuesto a arriesgarse estará bajo mi mando. Si el gobierno y la seguridad pública no nos autorizan, atacaremos. El hospital no podrá resistirnos.

Bakugo y Mirio intercambiaron miradas. El tono seguro y determinado de Nezu no dejaba dudas: el director estaba decidido a intervenir, y su plan era mucho más ambicioso de lo que habían pensado.

-Entonces... ¿eso quiere decir que solo tenemos que esperar una señal? -preguntó Mirio, mirando al director con seriedad.

Nezu asintió.

-Exacto. Lo que necesito ahora es su paciencia y su cooperación. Quiero que estén listos para actuar en cuanto sea necesario. Pero de manera estratégica. Necesitamos héroes preparados para lo peor.

Bakugo frunció el ceño, pero esta vez con un aire de respeto. Aunque odiaba la idea de esperar, sabía que Nezu no les estaba pidiendo quedarse de brazos cruzados sin un propósito. Lo que el director proponía era un asalto en toda regla, uno que pondría en jaque al mismísimo hospital.

-Entendido, director -dijo Bakugo, casi de mala gana-. Pero asegúrese de que no tarde mucho.

Mirio, por su parte, asintió con firmeza.

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⏰ Última actualización: 2 days ago ⏰

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