Capítulo 46

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Una nueva mañana comenzaba en la clase 1-A. Mientras todos tomaban sus lugares, Mina decidió romper la rutina habitual con algo de su energía inagotable. Empezó a mostrar algunos de sus pasos de breakdance, moviéndose con fluidez por el salón. Los demás la observaban, entretenidos por su habilidad para combinar el ritmo con su físico.

-¡Breaking, breaking!- Dijo Mina mientras hacia sus pasos de breakdance.

Mientras Mina seguía girando en el suelo, sus compañeros la alentaban.

-¡Vamos, vamos!- Era lo que se podía escuchar de algunos de ellos.

-¡Breaking, breaking!- Volvió a decir Mina.

Kaminari, siempre entusiasta, no pudo evitar comentar mientras Mina giraba con agilidad.

-¡Wow! Eso es genial. ¿No es asombroso que podamos mezclar nuestras aficiones con nuestro trabajo de héroes? Como Sato con la cocina... -dijo, señalando a Sato, quien sonreía orgulloso.

El ambiente era relajado, y Kaminari decidió seguir con su conversación, esta vez dirigiéndose a Jiro, que estaba cerca.

-Si hablamos de aficiones... -Dijo mirando a Jiro-

Antes de que pudiera terminar la frase, Jiro lo interrumpió bruscamente, sus cejas fruncidas en una mezcla de irritación y molestia.

-¡Detente, Kaminari! -le dijo en un tono firme, que no dejaba lugar a réplicas.

La clase se quedó en silencio por un segundo, mientras Jiro se daba la vuelta rápidamente, con las manos en los bolsillos, y se dirigía a su asiento sin mirar atrás. Momo y Kaminari intercambiaron miradas, completamente confundidos.

-¿Qué fue lo que dije...? -murmuró Kaminari, rascándose la cabeza, mientras Momo simplemente observaba a Jiro con una expresión preocupada, sin entender la reacción tan tajante de su amiga.

El ambiente había cambiado de inmediato, y aunque todos intentaron seguir con su mañana, la reacción de Jiro había dejado a más de uno intrigado.

En sus pupitres, Bakugo e Izuku conversaban mientras esperaban que comenzara la siguiente clase. Bakugo, con los brazos cruzados y una expresión molesta, lanzó el tema que tenía en la cabeza desde temprano.

-¡Oye, nerd! -gruñó Bakugo, por más que tenía un tono alto, hablaba lo suficientemente bajo como para que no los escucharan-. ¿Qué demonios hiciste anoche?

Izuku, confundido al principio, miró a Bakugo, parpadeando un par de veces. 

-¿A qué te refieres?

-¡Sabes perfectamente a qué me refiero! -Bakugo lo miró con furia, golpeando su pupitre con los puños cerrados-. ¡Hiciste tanto ruido a mitad de la noche que me despertaste, maldito estúpido! ¿Qué estuviste haciendo?

Izuku, ahora recordando que había salido la noche anterior para hablar con el director, se rascó la nuca.

-Oh, eso... Bueno, salí un momento por algo importante, y no me di cuenta de que estaba haciendo tanto ruido... Lo siento, Kacchan, no era mi intención molestarte.

-¡Claro que no lo era! Pero igual lo hiciste, ¡y no me voy a olvidar tan fácil! -espetó Bakugo, visiblemente molesto-. ¡Si vuelves a hacer algo así, te juro que te voy a hacer volar al otro lado del dormitorio!

Izuku soltó una ligera risa, completamente consciente de que las provocaciones de Bakugo no lo intimidaban, aunque sabía que las provocaciones no eran ciertas. Además, tenía una gran ventaja que lo hacía prácticamente intocable.

Después de la última amenaza de Bakugo, un silencio momentáneo llenó el aula. Izuku, con una sonrisa burlona, miraba a su amigo, y de repente, ambos se echaron a reír.

Izuku el más fuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora