CP 2 EL FRÍO PRODIGIO Y LA INOCENTE SOÑADORA

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                                                                             ALEJANDRO

Rival tras rival es borrado mientras el objetivo aparece a la vista, el éxtasis aumenta a medida que la adrenalina es propagada por todo el cuerpo... esta sensación, este cosquilleo al sentir el olor del césped, el latir enamorado de mi corazón ante este hermoso escenario, todo esto... carece de sentido alguno.

Gritos de apoyo de conocidos y desconocidos resuenan alrededor, compañeros y adversarios se fijan detenidamente en cada uno de mis movimientos, aunque eso poco me ha de importar, lo único que tengo en mi mente, el único pensamiento que trascurre por mis neuronas, es lo bien que se siente el balón en mis pies con cada contacto, ese sonido tan satisfactorio del esférico me hace querer más, más, más y mucho más, cada uno de mis sentidos, cada milímetro de mi cuerpo está enfocado en un sólo propósito.

La línea de meta está a mi alcance, esa línea blanca remarcada que pone limite al paisaje de ensueño donde se provoca toda esta fantástica obra de teatro. Es el momento perfecto, la situación ideal, con todos los focos puestos sobre el 10 marcado en mi camiseta, cedo el esférico de una forma elegante, hermosa, pero sobre todo precisa, así es cómo la pelota termina en pies de un tercero que sólo tiene que empujarla para que provoque ese eufórico sonido con la red colgada de la portería, sumiendo la fiesta que se vivía en todo el entorno en un corto y maravilloso silencio que se verá roto por un grito carente de significado, al igual que todo lo que acaba de suceder.

—¡DESPIERTA!

Un ataque terrorista termina interrumpiendo mis sueños, haciendo crujir la cama en donde reposaba de una manera horrible, afortunadamente pude retirarme del lugar en el momento indicado.

—Buenos días Verónica.

—¡Maldito extraterrestre!

No sé qué resulta más perturbador, ¿el hecho de que estoy acostumbrado a que me despierten de esta forma o que usualmente esta clase de insultos sean tomados con normalidad entre los dos? Definitivamente soy parte de una familia disfuncional.

-—¿A qué te refieres cuando me llamas extraterrestre? Sabes perfectamente que soy un humano.

—Deja de hacerte el pendejo.

Mierda, está enojada.

—Lo siento.

—¿Por qué te disculpas?

—Por lo que sea que estés enojada.

Generalmente las personas cuando tienen problemas de cualquier índole, suelen desquitarse con su familia como si fueran los causantes de estos. Lo peor de todo es que nunca hacen eso con sus amigos, antes los usan como su punto de apoyo para que los aconsejen, cuando debería ser al contrario, pero no es como si tuviera derecho a cuestionar los métodos de resolución de problemas de mi hermana.

—¡¿Cómo carajos puedes disculparte sin saber el por qué?!

—¿Qué así no es cómo funcionan las cosas con ustedes?

Pensé que por eso los hombres habíamos sobrevivido hasta la fecha.


Reglas básicas de un hombre para tratar con una mujer:

Número 1: nunca le lleves la contraria.

Número 2: discúlpate así no seas el culpable de su enojo.

Número 3: nunca le digas gorda.

Número 4: aprende a leer entre líneas (esta es fundamental para no quedar como gringos).

EL SUEÑO DE UN PRODIGIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora