Uno pensaría que la clase de antropología de una carrera de derecho jamás se desperdiciaría debatiendo sobre quien se pegó la peor borrachera el fin de semana pasado, pero ya que nuestro querido profesor siempre llega tarde los lunes, vaya a saber uno por qué, no tengo otra cosa que hacer más que garabatear en la parte trasera de mi cuaderno. Diablos hace tiempo que no dibujo nada decente. Aburrida me resigno a mirar mi celular para matar el tiempo. ¿Cómo le estará yendo a ese idiota? Ojalá el plan vaya bien, la última vez que hablamos sobre el tema no se veía muy entusiasmado que digamos.
"—Oye Verónica.
—¿Qué pasa Alejo?
—Creo que es hora de ir buscando colegio.
—No te preocupes hermanito, ya me encargué de eso.
—Por alguna razón esa idea no me gusta mucho."
Exclamaba el pequeño desgraciado aquella mañana.
"—¿Por qué? Es un gran colegio.
—Seguro qué es el Colegio Esperanza.
—¿Cómo lo supiste?
—Porque se trata de ti
—¿Qué clase de explicación es esa?
—¿Por qué mejor no me matriculas en el colegio que queda en el barrio del frente?
—...
—¿Qué? Es un buen colegio con una taza aceptable de fugas por día y un índice de drogadicción bastante bajo.
—¿Me estás jodiendo?
Nop, como siempre él hablaba bastante en serio. Puede que Alejandro sea un superdotado, pero a lo que refiere a sentido común carece de uno, o al menos de uno funcional.
"—Además te ahorras un dineral en trasporte y la matricula te sale gratis, un negocio redondo por donde lo veas.
—...
—¿Sí hermanita? ¡Por fis!"
Ese fue el intento más patético en la historia de la humanidad por tratar de verse tierno, ¡ni siquiera cambió esa expresión de zombie que siempre lleva!
—¡Ni de joda, vas al Esperanza y punto!
—Pero...
—Pero nada.
—Vaya dictadura.
—¡¿Qué dijiste?!
—Nada, que me matricules en el colegio Esperanza.
—Así es que me gusta señorito".
Jejejejeje, el sólo recordar su cara de fastidio me pone de buen humor. Ese chico sin duda es algo que no se ve todos los días, sin embargo, eso no quiere decir que le permita hacer lo que se le venga en gana. Cuento con usted señor Hernández, mi hermano está en sus manos.
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EL SUEÑO DE UN PRODIGIO
Teen FictionAlejandro Ordoñez Salazar era considerado como la mayor promesa del fútbol colombiano ganando 4 campeonatos nacionales consecutivos con su legendario equipo el Quindío Spurs. Sin embargo, cuando se encontraba en su mejor momento desapareció. Dos a...