CP 6 PARTE 2: DIEGO

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Entrenador de uno de los mejores equipos juveniles que ha habido en la historia de Colombia, durando 4 años invicto a nivel nacional, ojeador de talentos para Atlético Nacional y DT de la selección Colombia sub 15. Con ese expediente es imposible que a Luis Suarez no le dieran a cargo el equipo mayor del campeón de todas las categorías del intercolegial departamental, el todo poderoso colegio Libertadores.

—¡Wow! Y yo estaba impresionado con las instalaciones del Esperanza—más de cinco canchas idénticas al precioso campo en el que estábamos entrenando a diario se veían de lado a lado en la zona deportiva.

"Ahora entiendo porque les ha ido tan bien en los últimos años."

—Todo imperio tiene su punto de partida señor Diego, si hace bien su trabajo probablemente el Esperanza termine siendo de esta forma en el fútbol también—dice el viejito que parece no haber cambiado en nada desde la última que lo vi hace 7 años.

—Imposible, yo no soy esa clase de entrenador metódico como usted profesor.

—Este es tu primer equipo así que es muy pronto para decir qué clase de entrenador eres, una cosa es lo que aspiras ser y otra es tu actualidad, por lo pronto ni siquiera te puedo considerar un colega—me responde sonriendo mientras siento su mirada punzante detrás de sus gafas de sol.

—Tiene toda la razón.

—Aunque es una lástima, siempre creí que tenías madera de entrenador, pero antes de verte convertir en uno, tenía el deseo de poder verte en una cancha brillando.

—Es lo grandioso de la vida, nunca sabes qué te tiene preparado. No es como si el hecho de no poder jugar me tortura cada día, al menos puedo caminar de modo normal y eso no cambia mi amor por el fútbol, simplemente tomé un pequeño desvío—pensar en los "si hubiera" no es mi estilo, desde que me lesioné tuve muy claro que este sería mi destino.

—Me alegra ver lo mucho que has madurado, sin embargo, ese no es el tema que viniste a tratar, ¿verdad? —gordo de ojos grisáceos, arrugado y pelo canoso, siempre vestido con ropa deportiva, se quita sus gafas de sol habituales para hablar de los temas serios.

—Sí, usted ya se puede imaginar cuales son mis intenciones considerando la época en la que estamos.

—¿Estás seguro de eso?

—Completamente—le confirmo viendo como sus estudiantes salían a una de las canchas para su entrenamiento.

—Tú equipo puede ser aplastado.

—Es mejor cometer errores ahora que podemos, qué lamentarnos en un futuro, además tenemos un arma secreta.

—¿Un arma secreta?

—Puede que los que terminen aplastados sean sus dirigidos, profesor Suárez—advierto, enfrentándolo con seguridad, aunque ese viejo zorro ni se inmuta.

—¡Jajajaja! Esa sí que sería una noticia para el comienzo del campeonato—burlándose el entrenador del colegio Libertadores se mete las manos entre los bolsillos de la sudadera y mira a las canchas meditando su respuesta—muy bien, aceptamos, si vienes a retarme directamente es porque tienes fe en el potencial de tus muchachos, solamente espero que sean un reto interesante.

—Seremos mejor que eso.

—Esa es la actitud.

Concretando todo con un apretón de manos, los preparativos estaban hechos para el debut del nuevo equipo juvenil del Colegio Esperanza, ¡y qué debut! Esto es como comenzar una serie con el enfrentamiento contra el villano final, ¡la emoción está por los aires!

—Ah y profesor Suárez.

—¿Sí?

—Alejandro le manda saludos.

—¡¿Alejandro?!—¿qué pasó con su experiencia y tranquilidad profesor? Con esa cara me cuesta contener la risa.

—Esto lo digo muy en serio profesor, jugaremos con la intención de aplastarlos—si voy a dirigir un equipo, lo haré con la intención de que sea ganador.

—Culicagado... ¡muy bien, ven a por ello!

—La batalla de dos aprendices contra su maestro, ¿no es ese un enfrentamiento muy clímax para el inicio de esta historia?

—Ni idea, nunca entiendo de lo que hablas.

—En fin, me encargaré de los últimos preparativos y me pondré en contacto con usted.

—Adelante y dile a Alejandro que los muchachos estarán esperándolo.

—Recibido.

¿Está satisfecho con este rival, majestad? Los mejores rivales no son sólo los que te exigen técnicamente, sino también los que representan un reto mental y personal.



EL SUEÑO DE UN PRODIGIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora