CP 2 PARTE 10: SANTIAGO

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Me imaginaba que Elizabeth no les prestaría atención a mis advertencias, lo que no me esperaba es que la muy tonta en menos de medio día tuviera al colegio revolucionado de esta forma. La cancha de fútbol está llena de curiosos esperando a ver el enfrentamiento entre el susodicho Rey del campo y Nicolás Estrada Castro, reconocido como el mejor jugador del departamento actualmente, cuya presencia aquí se debía al adolescente a mi lado que observaba la escena con mucha satisfacción.

—¿Esto es lo que querías?

—¿A qué te refieres?

—No me subestimes, te conozco muy bien Felipe y sé perfectamente que tarde o temprano ibas a mover tus fichas para acercarte a Alejandro.

—No te voy a negar que en cuanto me enteré entró inmediatamente en mis planes, sin embargo, ese fue un accidente imprevisto que nos favoreció, a quien quería realmente es al otro chico—dijo señalando al moreno que sonría desafiante delante de un aburrido Alejandro.

—Nicolás Estrada Castro, ¿eh? Había escuchado un par de cosas sobre él.

—Me pregunto, ¿cómo le ira frente a frente contra una leyenda del nivel de Alejandro?

— ¿Así que lo estás probando?

—Se podría decir que sí.

—Como cosa rara te aprovechas de tus influencias.

—No sé de qué estás hablando, fue tu amiga la que permitió que este escenario se diera.

—Esa tonta... ¿Qué carajos está haciendo allí?

Elizabeth me tiene acostumbrado a muchas de sus rarezas, desde su extraña afición a la animación japonesa, hasta sus ataques de ira compulsivos que terminan en golpes al aire (o a mí) e insultos incoherentes (que generalmente terminan también dirigiéndose a mí, a pesar de que no tenga nada que ver con sus problemas). Pero de todas sus "particularidades", la más peligrosa de todas es su obsesión por la victoria y en parte la entiendo por todo lo que ha tenido que hacer para ser una tenista reconocida en el departamento como una joven promesa, pero desde esa derrota el año pasado, su determinación está pasando un límite que no es nada sano.

—¿Preocupado?

—Cierra la boca.

Pendejo, para qué haces preguntas de las cuales ya tienes respuesta. Por supuesto que estoy preocupado, Alejandro no es alguien con quien se debería estar jugando y esa tonta tiene una tendencia muy maluca de tomarse las cosas de modo muy personal, sean cuales sean sus intenciones, nada bueno saldrá de esto.

—Felipe, ¿has tenido en cuenta lo decepcionante que puede terminar siendo este reto?

—Claro que sí, por un lado, el cuerpo en mala forma del Rey le puede jugar una mala pasada, pero por el otro Nicolás puede terminar siendo aplastado por la devastadora fuerza del talento puro e innato. Aunque el resultado no importa, gane quien gane este reto, el plan terminará siendo un éxito—Felipe mantiene su habitual sonrisa educada y sus ojos calculadores atentos en sus objetivos. Elizabeth se encuentra a un lado de los dos contendientes con un balón en la mano, el escenario luce hermoso y bien cuidado con ese aroma fresco característico del césped, atrayente para cualquiera que ame al fútbol de verdad.

Una batalla sin propósito que no determina nada en absoluto está a punto de librarse, una batalla que está completamente decidida. En este país, no hay nadie que pueda vencer a Alejandro.

EL SUEÑO DE UN PRODIGIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora