Primera ronda del campeonato intercolegial de fútbol, colegio Libertadores vs colegio Esperanza, minuto 50 de la segunda parte, marcador 3-0 a favor del colegio Libertadores.
—¡Vamos chicos no se rindan! No pueden dejar en ridículo el nombre del colegio de esta forma—gritaba una hermosa joven rubia entre el público simpatizante del equipo perdedor, tratando de animar un poco el apagado espíritu de los jugadores en cancha.
—No hay nada que hacer, la diferencia entre los dos equipos es notable.
"Demasiado notable."
Respondía el hermano de la aficionada con los brazos cruzados sin desviar sus ojos del campo de juego.
—Hey fuiste tú el que dijo que viniéramos, al menos anima al equipo de tu colegio.
—Por más que grite no creo que cambie mucho el resultado, ese equipo Libertadores tiene completo control del partido, hace lo que quiera en el momento en que se le dé la gana, incluso aunque esos enanos traten de reaccionar se encontraran nuevamente con otro golpe. Esta clase de partidos son los que sin importar lo que hagas eres incapaz de romper el ritmo de tu rival.
—Creí que el fútbol era un deporte donde la lógica no siempre aplicaba—Verónica responde con un resoplido ante el acertado comentario de su hermano menor.
—Puede que eso sea cierto, pero hay ocasiones en que la lógica es demasiado fuerte como para ser ignorada—concluye Alejandro muy confiado de su análisis.
—Entonces, ¿para qué venimos aquí?
—Quería verificar algo.
"Siendo sinceros la única posibilidad es arriesgarse a meter a William, sin embargo..."
En el costado derecho de la cancha, el profesor encargado del equipo del colegio Esperanza, Pedro, de estatura promedio, cuerpo bien definido, usando gorra negra y gafas de sol, observaba impotente el desarrollo del juego.
—¿Acaso solamente podremos presenciar cómo nos golean?
—Profesor...
—Ahora no William, estoy pensando.
—¡Pero!
—¿Uh?
—N-no es nada—desesperado, William de 8° grado de bachillerato buscaba la manera de convencer a su entrenador para que lo metiera al campo.
"Claro que no te va a meter, no tendría ninguna razón para hacerlo por mucho que haya mejorado, ¿cómo podría servir de algo para revertir este resultado?"
Las manos le temblaban, sus pies no se podían estar quietos y su corazón latía a cien por hora, desviando su mirada en símbolo de resignación se encontró con el público entre el cual se encontraban Elizabeth junto a Felipe y un chico pelirrojo que estaban viendo atentos. Un poco más al costado apartados de la mayoría de personas, se encontraban una hermosa mujer rubia que por alguna razón gritaba animando al equipo y Alejandro que vigilaba a su dirección emanando una extraña aura que lo hacía temblar.
"Incluso él vino."
Respirando profundo, William se acercó otra vez a su entrenador decidido a convencerlo.
—¡Profesor Pedro!
—¿Otra vez William? ¿Qué es lo que quie...?
—¡POR FAVOR METAME!
—William, ¿sabes la situación en la que nos encontramos? —sorprendido por el repentino grito de su estudiante, desvió su mirada hacia el pequeño que hasta la cabeza le había inclinado en motivo de súplica.
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EL SUEÑO DE UN PRODIGIO
Teen FictionAlejandro Ordoñez Salazar era considerado como la mayor promesa del fútbol colombiano ganando 4 campeonatos nacionales consecutivos con su legendario equipo el Quindío Spurs. Sin embargo, cuando se encontraba en su mejor momento desapareció. Dos a...