El rostro de Elizabeth demostraba lo absurda que había sido la declaración que acababa de escuchar, con sus hermosos ojos perdidos en el aire, sus lindos (aparentemente suaves) labios abiertos de una forma bastante atrayente, junto con esa elegante figura rara para la época en la que estábamos viviendo, donde el desarrollo en "exceso" era bastante común, ella trataba de guardar la compostura hasta tener más claras las intenciones del adulto frente a nosotros.
—¿Se puede saber cómo hará ella para hacer eso? —pregunté algo aburrido apenas salí del efecto sorpresivo que habían causado las palabras del señor rector.
—La señorita Elizabeth es una de nuestras mejores estudiantes, siendo un ejemplo a seguir por sus excelentes notas y comportamiento impecable, todos los estudiantes agregando a los mayores le guardan un profundo respeto, además de ser una excelente deportista que está ubicada entre las 3 mejores tenistas en su categoría de todo el departamento del Quindío.
"Entonces es cómo lo había supuesto, ¿eh? "
Mientras unía las piezas del rompecabezas, pude observar cómo la persona en cuestión inflaba el pecho mostrando un poco de orgullo por sus hazañas.
—¿Cree que por eso será capaz de cambiar mi forma de pensar? Sé que usted es más sensato señor rector, si mis ideales fueran tan influenciables por otras personas, no merecerían ser llamados ideales—declaré con convicción, pero eso no tenía ninguna importancia para él.
—Puede que esté en lo cierto, sin embargo, la señorita Elizabeth es capaz.
"¿A qué viene tanta fe en esta simplona?"
—Discúlpeme, pero aún no tengo claro cuál es mi papel en todo esto—intervino Elizabeth de forma educada, aunque se notaba su incomodidad al desviar sus ojos al piso cada que podía.
—Pensando con la hermana del señor Alejandro la forma más indicada de evitar que terminara expulsado en el primer día de clases, decidimos motivarlo a guardar su compostura con un pequeño reto.
"¿Qué clase de broma es esta?"
Siendo sinceros todavía pienso que esa situación carece de seriedad alguna, pero todavía así, lo que conllevaba era algo que no podría tomar con humor en un futuro.
—La principal razón de que usted esté aquí señorita Elizabeth, es porque cómo ya lo dije antes, será la encargada de cambiar los retorcidos ideales de este hombrecito, a su vez que le ayudará a convivir en paz en el colegio, tómelo como si fuera su consejera personal, o mejor, su madrina.
—Sigo sin entender.
—Concuerdo con ella.
—Como madrina del señor Alejandro, usted tendrá el deber de mostrarle cuál es el camino correcto para convivir sanamente en el colegio y también tendrá el derecho de reprenderlo cada vez que se equivoque.
—Esa respuesta sigue sin aclarar nuestra pregunta—comenté secamente.
—El reto consiste en una lucha ideales, los que la sociedad a determinado cómo correctos, representados por la estudiante modelo de este colegio contra sus retorcidos y "realistas" ideales, señor Alejandro. Durante el primer periodo de este año ustedes tendrán que convivir cómo madrina y ahijado hasta el final, una vez lleguemos a ese punto, si el señor ha cambiado su forma de pensar tendrá que quedarse en el colegio sin poner problema alguno cómo un estudiante normal, sin embargo, en el caso de que la señorita Elizabeth no sea capaz de cambiarlo, usted señor Alejandro tendrá el derecho de elegir el colegio que desee para estudiar y podrá salir de aquí tranquilo.
"Ahora esto sí se pone interesante".
Dejando mi adorable desprecio por la situación, finalmente me ponía a disposición de la negociación, más allá de que me había percatado de que estaba siendo controlado por mi hermana.
—Suponiendo que acepte participar en su jueguito, ¿cuáles serían las reglas?
—Bastante simples, tendrá que actuar bajo las indicaciones que Elizabeth considere necesarias para reformarlo. Si dice que se una a un club tendrá que hacerlo, si le dice que participe en alguna actividad del colegio tendrá que hacerlo, si le dice que se involucre con alguna persona también tendrá que hacerlo.
—O sea que ella tendrá completa autoridad sobre mí.
—Exacto.
—¿Y qué pasa si decido no hacerle caso?
—Pues ella tendrá todo el derecho de venir a informarme a mí y acabar con el duelo, lo que quiere decir que perderá su oportunidad de salir de este colegio sin que lo pongan a vender frutas en la calle.
—¿Algo más?
—Si se mete en algún problema grave durante este primer periodo, así sea ajeno al reto, perderá automáticamente y tendré toda la libertad para echarlo.
—Ya veo—respondí con una pequeña sonrisa en el rostro.
—¿Qué pasa? Lo veo bastante entusiasmado con la idea—preguntaba el bastante agradable hombre delante de mí con una expresión arrogante.
—Aunque me parezca una completa tontería participar en un reto del cual ya se sabe el resultado, tampoco es que tenga algo mejor que hacer.
"Les demostraré lo absurda y estúpida que es la realidad con la que viven toda esta especie llena de ignorantes hipócritas."
Satisfecho con mi respuesta, José Hernández reposaba su atención en la joven que permanecía en silencio analizando cada palabra de toda esa ambigua conversación.
—...
—...
—...
Sinceramente lo mejor era que Elizabeth se hubiese negado a continuar con ese circo de intereses que nada tenían que ver con ella. No obstante, Elizabeth Restrepo Ríos es una persona inocente, tonta y transparente, cuyas acciones (al menos para mí) son imposibles de entender.
—Muy bien señor rector, me encargaré de este asunto—anunció bastante decidida provocando la sonrisa del mandamás de la habitación.
—En ese caso, está decidido.
De esa forma fue cómo en aquella oficina comenzó la cadena de sucesos más extrañamente convenientes para mis adversarios que pudo haber ocurrido, haciéndome pensar en un montón de cosas que hasta la fecha creía que tenía completamente definidas, pero cómo dirían los filósofos, no existe alguien que porte una verdad definitiva.
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EL SUEÑO DE UN PRODIGIO
Teen FictionAlejandro Ordoñez Salazar era considerado como la mayor promesa del fútbol colombiano ganando 4 campeonatos nacionales consecutivos con su legendario equipo el Quindío Spurs. Sin embargo, cuando se encontraba en su mejor momento desapareció. Dos a...