EL SUEÑO DE UN PRODIGIO

INTERMEDIO

                      Un sábado cualquiera en la vida de Alejandro

Ahhh, que aburrimiento, ¿por qué los fines de semana son tan jodidamente largos? Verónica se va a pasar el rato con sus amigas, la televisión sólo pone maratones de programas de mierda y yo no tengo otra forma de matar el tiempo más que estar leyendo todo el día, lo que no está mal, excepto por el hecho de que todos los niños del barrio salen a jugar haciendo un ruido insufrible para cualquier ejercicio intelectual que se quiera hacer. Podría convencerlos para que vayan y se tiren a un pozo sin fondo, pero me da flojera.

Es de ese modo que terminó de la forma más cliché posible mirando mi celular publicaciones y memes rancios de Facebook que no entiendo, hasta encontrarme algo que vale la pena para variar: un anuncio de una convención anime celebrada hoy. Listo, día arreglado.

Un poster de Naruto, una figurita de algún pokémon, un DVD de la serie completa de Monster y sólo falta comprarme algún manga que encuentre...

—¡Atención a todos nuestros queridos Otakus! Prepárense para nuestro karaoke con openigs anime.

¿Acaba de decir karaoke?

—A todos los interesados en participar alcen la mano y griten con fuerza, ¡vamos allá!

Nadie me está viendo, ¿cierto?

—Entonces a la cuenta de tres, todos juntos: ¡3,2, 1...!

—Vamos...

—¡Vamos allá! —un segundo, esa voz... por favor que no sea ella, por favor que no sea ella. Ya que putas, al voltearme me encuentro con la fujoshi congelada sosteniendo un manga yaoi bastante popular que recientemente se ha licenciado en Colombia.

—¡Puedo explicarlo!

—Entonces porque sales corriendo.

Al lunes siguiente actuaron como si nada de esto hubiera pasado.