CP 4 UN SENTIMIENTO DESCONOCIDO

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En uno de los tantos picaditos que se podrían estar jugando en la ciudad de Armenia aquella tarde de finales de marzo, había uno que destacaba por la aparición de una figura cuyos pases, regates, velocidad y posicionamiento eran perfectos en extremo, tenía un nivel demasiado anormal para ser alguien encontrado jugando fútbol en una cancha de barrio por mera casualidad.

—¿Quién eres tú? —le preguntaba uno de sus adversarios contemplando su espalda, encontrándose con unos ojos azules desilusionados.

—Nadie que merezca la pena—contestó indiferente acomodándose una extraña venda atada en su rodilla izquierda.

"—¡Por favor detente Alejandro! ¡¿Qué no ves que le estás haciendo daño a todos?!"

"Nada ha cambiado."

Caminando solitario por las calles de su muy tranquilo barrio, un joven de 15 años recuerda su amargo pasado hasta llegar a su casa.

—¿Dónde estabas? Es extraño que salgas.

—Sólo estaba confirmado una cosa.

—¿Qué? —Verónica observa la espalda de su hermano menor que sigue derecho sin contestar hasta detenerse en la entrada de su cuarto.

—Verónica, ¿te puedo hacer una pregunta?

—Claro—responde torpemente.

"¿Qué le pasa?"

—¿Qué dirías si decidiera volver a jugar fútbol?

—¡! —mirándolo absorta, comprende la seriedad de la situación—¿No crees que ya has vivido mucho tiempo preocupado por la opinión de los demás?

—...

—Si es lo que desea tu corazón, hazlo sin importar que diga papá, mamá, Carmen, Santiago, el entrenador Suarez o yo, si tú de verdad quieres reivindicarte de tus errores, tienes que mirar al frente, es lo único que puedes hacer.

—Entiendo— sin voltear hacia su hermana ni siquiera por un segundo, Alejandro entra a su cuarto finalizando vagamente con la conversación.

EL SUEÑO DE UN PRODIGIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora