Observo caer la lluvia de un cielo gris opaco, es tan bella, tan refrescante, no sé por qué me gustara tanto, la mayoría de las personas odian los días lluviosos, pero para mí son mi mayor alegría. Creo que por primera vez puedo decir que este colegio se ve hermoso y lo que se vería incluso mejor bajo esta lluvia, sería un partido de fútbol.
—...—¿qué es lo que debo hacer ahora?
Incluso si ese niño fracasa, no le puedo pedir a la fujoshi que abandone el tenis, no después de haber visto los resultados. Sin embargo, no puedo regresar al fútbol así de mera alegría, sin un propósito en específico, eso no sería conveniente en lo absoluto y no saldaría mi cuenta pendiente, además de que no creo que sea lo que Carla quiere.
—¿Deseo volver a jugar fútbol? —por supuesto que sí, cada gramo de mi existencia desea volver a una cancha, pero mi objetivo, mi anhelo por más que luche no se cumplirá, es imposible cambiar la naturaleza del ser humano, todos son igual de hipócritas que yo, todos son igual de mentirosos, todos son igual de falsos, esa es la razón por la cual no importa lo que haga siempre las cosas terminan igual, otros lastimándome y yo lastimando a otros. Eso es algo que entendí hace muchísimo tiempo, así que lo mejor para todos, la solución más inteligente, fue la que elegí—definitivamente la soledad es bastante subestimada por las personas.
Ellos no pueden entenderme ni yo a ellos, entonces lo mejor es evitar forjar una relación superficial y vacía. Prefiero mil veces esta tranquilidad a entrar en una batalla sin sentido.
—Es otro aspecto en el que ella y yo somos muy diferentes—con los ojos cerrados disfruto del fluir del agua por mi cara, relajándome bastante.
—Vas a encontrarte con una gripa bien horrible si sigues allí parado.
Dos desconocidos que pasan más tiempo de lo habitual juntos, ¿qué puede surgir de esto?
—Sólo disfruto del clima—nada bueno.
—¿Quién disfruta de emparamarse la ropa?
—Sólo un perturbado mental como yo, ¿verdad?
—Vaya, predijiste mi respuesta.
—¿Qué no es así siempre?
—Sí—sonriendo levemente oculta por una sombrilla que quién sabe de dónde sacó, aparece Elizabeth con su siempre brillante figura y desborde natural de energía, que perturba mi contacto privado con la lluvia.
—¿Y? ¿Qué es lo que te trae por acá?
—Simple curiosidad, quería saber si con esta clase de día vendrías por aquí—responde con simpleza mientras extiende su mano libre hacia la lluvia.
—Este es mi lugar, ¿por qué dejaría de venir?
—No sé, ni siquiera entiendo por qué te gusta tanto.
—Porqué aquí esa manada de pubertos sin vida no vienen a joder.
—Es cierto, tú y tus ideales corrompidos por la oscuridad. Aunque creo que donde sea que te hagas la gente no se te acercara—esa sonrisa burlona...
—Ese es un comentario muy hiriente—debo aprender a no proyectar en otros mis estúpidos recuerdos.
—Como si a ti te importara.
—Igual no estoy aquí solamente para que no se me acerquen, tampoco es mi intención espantar a las personas
—¿De verdad? —me enfrenta con esa determinación característica suya que me agota.
—No me gusta el ambiente que se forma entre las demás personas y yo, así que prefiero alejarme, es el proceder más acertado en esta clase de situaciones en que no les agrado a los demás y ellos a mí tampoco me caen bien—además, estando solo puedo hacer cosas tan interesantes como saltar por los charcos de agua estancada que hay por todos lados.
—¡Qué joven tan considerado!
—Cállate.
La lluvia comienza a caer en intensidad hasta volverse en una pequeña brisa, el árbol que cubre la banca de siempre se agita suavemente por las gotas de agua que escurren sobre él y Elizabeth se encuentra parada sin saber cómo continuar con la conversación, observándome con los ojos entrecerrados tratando de leer mis pensamientos.
—Elizabeth, ¿te gustaría ir a la cafetería conmigo?
—¿Cómo?
Sin explicaciones, dejé atrás su lindo rostro sorprendido esperando a que me siguiera. Es momento de poner las cosas en orden.
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EL SUEÑO DE UN PRODIGIO
Novela JuvenilAlejandro Ordoñez Salazar era considerado como la mayor promesa del fútbol colombiano ganando 4 campeonatos nacionales consecutivos con su legendario equipo el Quindío Spurs. Sin embargo, cuando se encontraba en su mejor momento desapareció. Dos a...