Las carcajadas de Verónica resonaban de forma irritante en mis oídos una vez el enano de William se las arregló para meter un gol.
—¡JAJAJAJAJA! ¡¿Qué te parece eso sabelotodo?!
—Sólo anotaron un gol y fue de mera chiripa.
—Algo es algo, ¿no?
—Puede ser—al parecer lo poco que entrenamos después de que me venciera sirvió de algo.
"—Considerando el poco tiempo que nos queda y tu poco agraciado estilo de juego, sólo se me ocurre una cosa que pueda ayudar a que te vuelvas en un jugador decente.
—¿Y eso es?
—Vuélvete un huevero*.
—¡¿Un huevero?!"
Puede parecer un chiste, pero se lo dije muy en serio. Un clásico 9 no necesita de talento ni de técnica, lo que necesita un cazador de área es tenacidad.
—Aunque es un desperdicio que se encontraran con el gol a falta de tan poco tiempo—comenta Verónica decepcionada mientras pica un poco su raspado de hielo.
—Tomando en cuenta como se ha desarrollado el partido, era la única alternativa que les quedaba si querían apostar a algo.
—Español, por favor— ahhh, por esto es que los normies son tan irritantes.
—Los últimos minutos de un partido de fútbol pueden ser muy contrastantes dependiendo del resultado, en caso de ir ganando por mucha ventaja se vuelven un trámite, en caso de ser una brecha muy corta en el resultado se vuelven muy emocionantes o en caso de ir empatados se vuelven un suplicio lleno de tensión por el miedo a que cualquier error puede significar la derrota. Lo que quiero decir, es que son minutos en donde el estado mental es lo más importante debido al agotamiento físico, en una remontada como la que están tratando de realizar ellos, donde han sido superados futbolísticamente, el único apartado en el que pueden competir es en el mental. Sin embargo, contra un equipo que tiene tanta confianza en su trabajo, la única manera de encontrarlos vulnerables es cerca del final donde se quiera o no, con una ventaja tan clara el jugador de fútbol se relaja.
—Ya veo, para ser alguien que odia el fútbol estás muy enterado.
—¿Eres tonta? —puedes reírte todo lo que quieras Verónica, no voy a caer con un señuelo tan obvio. Por otra parte, no es que esos conocimientos sean muy complicados, cualquiera que entienda el deporte puede hacer un diagnóstico como el mío, ame o no al fútbol.
En cuanto al partido, dependerá de ese tronco si pueden encontrar la apertura que ese gol dejó antes de que se cierre. Igualmente, aunque lo logren ese chico todavía no me ha demostrado nada que yo no haya previsto.
—Verónica, ¿llevas el tiempo?
—Sí señor.
—¿Cuánto tiempo les queda?
—8 minutos.
—...
—¿Pasa algo?
—Nada, simplemente estaba pensando—en este punto lo común es que el equipo que tiene la ventaja y la mayor probabilidad de continuar en el torneo empiece a ahorrar energías, así que van a renunciar al ataque a menos que se les presente una oportunidad muy clara. Dicho y hecho, el equipo adversario comienza a mover el balón por sus defensores mientras los del colegio Esperanza los observan temerosos de hacer algún movimiento que termine de rematarlos. Menuda estupidez, a este punto resguardarse es inútil, no van a lograr nada si no tienen los huevos de arriesgarlo todo.
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EL SUEÑO DE UN PRODIGIO
Teen FictionAlejandro Ordoñez Salazar era considerado como la mayor promesa del fútbol colombiano ganando 4 campeonatos nacionales consecutivos con su legendario equipo el Quindío Spurs. Sin embargo, cuando se encontraba en su mejor momento desapareció. Dos a...