CP 7 PARTE 2: ELIZABETH

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Rápido, lento, rápido, lento, rápido y... ¡termínala!

—¡Juego, set y partido para Elizabeth Restrepo Ríos!

—¡Bien!

¡Lo sabía, estaba en buena forma antes del partido!

—Buen juego.

—Buen trabajo.

128 tenistas se reúnen para la primera ronda del intercolegial de tenis, ese número se reduce a la mitad al final de la jornada y se seguirá reduciendo hasta que sólo queden las dos finalistas que clasificaran al campeonato nacional, para llegar a ese punto se necesitan ganar 6 partidos sin contar la final, por lo que con el motivo de encadenar una fila de 6 victorias se necesita llegar en el mejor estado posible para que no te sorprenda ningún rival y una vez que empieces nada te pueda detener.

—Ese cambio de ritmo estuvo espectacular—me recibe al salir de la cancha el entrenador contratado por el colegio llamado Guillermo, un cuarentón bronceado de barba descuidada y pelo parado que es amigo de mi papá, a quien nunca le gusta organizarse, vistiendo siempre unos shorts acompañados por una camiseta de botones a cuadros.

—Gracias profes, ¿cómo les fue a las de parejas?

—Nada inesperado, aplastaron a sus rivales cómo tú.

—Esa es buena señal.

No se trata de simplemente ganar en la primera ronda, eso es algo esperable considerando nuestra reputación, pero ganar sin dificultades ayuda al aumento de confianza y autoestima. Tanto mis tiros, mis reflejos y movimientos estuvieron en perfecta sincronía permitiéndome demostrar todo mi potencial y cuando un deportista es capaz de alcanzar ese nivel, ¡es fabuloso! Sin embargo, todavía no es suficiente para alcanzarla...

—¿Y qué tal le fue a Gabriela? —pregunto revisando la maleta asegurándome que no haya dejado nada.

—No sé para que lo preguntas, esa niña hizo otra presentación perfecta.

—Entiendo, entonces, ¿ninguna sorpresa en la primera ronda?

—Ninguna.

—¡Ya veo!

Este año la única oportunidad que tenemos de enfrentarnos es en la final.

—¿Nos vamos?

—Sí, profe.

Aunque no estemos definiendo el cupo al campeonato nacional cómo el año pasado, ¡definitivamente la aplastaré! Claro que primero tengo que llegar hasta la final, jejeje.

Calor, calor, ¡cuánto calor hace! Incluso en mi alegre barrio la calle se encuentra vacía y apagada por el insoportable sol del mediodía.

—Felicitaciones señorita.

—Oh, ¿pero miren a quién tenemos aquí? ¿Qué tal reportera? —llegando al antejardín de mi casa, me encuentro con la presidenta del club de periodismo, Paula Ibáñez todavía usando el uniforme de la escuela.

—Lo siento por sorprenderla antes de su merecido descanso, pero me gustaría tener una entrevista con la as del club de tenis y conocer sus expectativas para este año después de salir triunfante en la primera ronda.

—Por supuesto, sólo asegúrate de ponerme muchos elogios.

—Siempre que los merezcas.

Negra, crespa, oculta tras unas gafas de bibliotecaria, ya me había familiarizado desde hace años con sus siempre agudas preguntas que buscaban sacar la máxima información posible, a pesar de que no quisieras

—Ya casi llegamos al final, aunque no podemos dejar pasar esta oportunidad sin antes preguntarle por su acérrima rival, Gabriela Escarraga—claro, ¿cuándo no?

—¿Qué decir de ella? Todo el mundo conoce su abrumador talento, su sentido de juego se complementa a la perfección con su excelente estado físico, volviéndola en una rival casi imposible de romper.

—Cierto, por algo es la número 1 del ranking nacional juvenil—¿soy yo o me está provocando? Es difícil saber lo que piensa con exactitud detrás de una expresión tan amigable.

—Esa clase de genios es muy difícil encontrarlos en una mala racha, así que seguramente este año también busque revalidar su título para dar el paso a nivel internacional.

—Eso explica tu pésima racha contra ella de 5 partidos seguidos perdiendo—¡qué amable eres por recordármelo!

—Jajajaja sí, ella realmente es un dolor de cabeza, sin embargo, si este año nos volvemos a encontrar, hare todo lo posible por cambiar esa estadística.

—¡Uh! Pareces muy confiada, ¿a qué se debe?

—No se trata de confianza, es que ese es el objetivo que planeo alcanzar con mi tenis, porque mi tenis conociste en atravesar las barreras del talento a base del mayor esfuerzo.

—¡Wow! Es una gran línea para terminar—¿verdad? Hasta a mí me pareció chévere.

—¿Con esto terminamos?

—Sí, he sacado un buen material—concluye Paula parando la grabación de su celular.

—Oye Paula, ¿desde cuándo grabas entrevistas? Es verdad que siempre preguntabas a todos los clubes sobre sus actividades y objetivos, pero esto es algo distinto.

—Empiezo a hacerlo desde hoy.

—¿Y por qué ese cambio tan repentino?

—He decidido dar el siguiente paso con el club de periodismo antes de graduarme, ampliando la forma en que damos la información—responde con simpleza observando su celular, asegurándose de que la entrevista se escuche bien.

—Siempre tan trabajadora.

—Pero no sé cómo dar ese siguiente paso, es cierto que tengo algunas ideas crear un canal de Youtube y poner a un estudiante por club para que se encargue de cubrir las noticias de los mismos, no obstante, son demasiados clubes en el colegio y tenemos personal limitado...—sigue arrojando miles de posibilidades mientras se sostiene el mentón y mira para el suelo sumergida por completo en el tema. Por lo que veo la pasión no está sólo inmersa en el deporte—... igual creo que con el tiempo encontraré la respuesta.

—Probablemente.

—Bien, con esto me voy, muchas gracias por la entrevista.

—No es ningún problema.

—¡Ah! Se me iba, es que estoy haciendo un repaso de los estudiantes más destacados de los clubes deportivos ya que están empezando los Intercolegiados, por eso esta entrevista y el siguiente club al que tengo pensado ir es al de fútbol, pero cómo ha empezado desde cero no tengo ni idea de a quién entrevistar, ¿tú conoces a alguien de allí?

Jaja... jajajaja... ¡JAJAJAAJAJAJA!

—¡Pft! ¡Por supuesto que sí!

—¿Qué sucede?

—No me pongas cuidado, es que me acorde de un chiste, ¡jajjajaja!

—...—alzando la ceja, Paula no comprendía la razón de mi extraña reacción.

—Conozco a la persona perfecta para lo que buscas, incluso mejor que yo.

—¡¿En serio?!

—Claro, si quieres te puedo llevar hasta su casa más tarde.

—Sería un gran favor de tu parte.

—Todo sea por una amiga.

¡Quiero ver esto!

—¿Ahora qué estás planeando? —tan aguafiestas como siempre, papá aparece apenas Paula se aleja de la casa para ir a organizarse.

—¿De qué hablas? Simplemente estoy haciéndole un favor a una amiga cómo buena samaritana que soy—mientras disfruto con el sufrimiento de ese perturbado, ¡JAJAJAJAJA!

—Bueno, desde que no sea nada ilegal no es miproblema—¡eso, eso! Ve a reclamar tu pensión de anciano, esto no es más que unapequeña buena acción.

EL SUEÑO DE UN PRODIGIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora