CP 7 LA PREVIA DEL GRAN PARTIDO

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El mural de noticias del colegio Esperanza tenía su espacio en cada bloque del colegio, inclusive en la sala de profesores y la cafetería, a cargo del club de periodismo, se actualizaba todas las semanas con noticias de todas índoles, desde académicas como de entretenimiento que podían ser de interés para la juventud de la institución, además de un espacio para el resto de clubes que lograban algún reconocimiento importante. Un buen trabajo hecho por dignos estudiantes de tan prestigiosa escuela y como siempre la que observaba este trabajo con muchísima exigencia, era la presidenta del club de periodismo, Paula Ibáñez del salón 11-D.

—Lo mismo de siempre—refunfuñaba impaciente.

—¿Qué es lo que no te gusta Paula?

—No hay innovación en comparación con el año pasado profesora Cielo, este formato está bien, pero nos quedaremos estancados si seguimos conformes con un trabajo tan básico. Mi objetivo para este año es llevar al club a un nuevo nivel antes de graduarme.

—¿Un nuevo nivel?

—Los medios se tienen que adaptar a las nuevas tendencias para no morir en el olvido, si queremos que la gente le preste atención a las noticias hay que hacérselas llegar en un formato que entiendan y les interese.

—Ya veo, así que buscas cambiar el formato del mural para renovar la forma en que se dan las noticias en el colegio—la profesora de Paula, que estaba entrando en sus últimos años de docencia, la miraba con tremendo orgullo.

—Eso mismo, una de las razones de por qué la gente es tan inconsciente en Colombia, es debido a su insensibilidad a las atroces noticias que recibe a diario, debido al amarillismo y al simplemente tratar de llamar la atención, la información no es presentada de la forma debida y se toma como un acontecimiento más del diario vivir en un país tercermundista. Por lo que nuestro deber como el club de periodismo de la escuela es tratar de empezar un cambio en esa situación, informando de la manera más eficiente a todos los estudiantes sobre la realidad de su institución, para que ellos tomen conciencia y tomen cartas en el asunto cuando algo no les parezca—explicó la estudiante cuyo compromiso por su cargo era incuestionable al ver el brillo de sus ojos y su sonrisa de oreja a oreja.

—Jejeje, esa es nuestra presidenta, por algo fuimos reconocidos como el mejor club académico del colegio el año pasado.

—¿Profesora?

—Cuente con mi ayuda señorita Paula, hablaré con el rector para que nos colabore de alguna forma en lo que necesite para su proyecto—dijo la profesora Cielo comenzando su retirada al salón de clases con un paso muy tranquilo que resultaba enternecedor.

—¡Muchísimas gracias!

"Pero, ¿qué es lo que debo cambiar de nuestro trabajo actual?"

—¡Señorita! —en medio de su reflexión la llamaba uno de los miembros de su club que llegaba muy acelerado por lo que parecía una buena carrera para llegar hasta allí.

—Ay, ¿qué te he dicho de llamarme señorita, Ignacio?

—Lo siento, pero es que no sé cómo llamarla.

—Por mi nombre.

—¡¿Ah?! Pero usted es estudiante de último año, es presidenta del club y no tenemos tanta confianza para considerarnos amigos, así que... ¡es imposible para mí en este momento! —agachando su cabeza rojo de la vergüenza, su contextura y estatura eran engañosas al estar en medio de ese extraño cambio que implicaba la adolescencia, por lo que podía pasar de ser un estudiante de 9° a uno de 6° con mucha facilidad, conmoviendo a Paula al instante.

—Definitivamente eres el hombre más dulce que Dios ha creado, ¿a qué se debe el alboroto?

—Son noticias de última hora.

—¿Qué sucedió?

—La estudiante Elizabeth Restrepo Ríos de 10-A aplastó a su rival en la primera ronda del intercolegial de tenis individual.

—Con que Elizabeth empezó con el pie derecho...

Al escuchar la noticia, la imagen de Elizabeth apareció en la cabeza de Paula, una chica seria y responsable que cuando se traba de tenis toda su presencia se llenaba de determinación por llegar a su objetivo ganándose la admiración de todo el colegio. Muy parecida a su propia historia, lo que la motivaba a conocer más al respecto.

—Sí, tal parece se encuentra en muy buena forma este año, no le concedió ni una oportunidad a su oponente en un aplastante 6-1.

—¡Uh! Eso suena prometedor—exclamaba Paula al meterse de lleno en el tema, ¿qué era lo que la motivaba tanto? ¿Cuáles eran las razone por las que empezó en el mundo del tenis? ¿Cuál era su objetivo? "Los secretos de la belleza del colegio Esperanza", ya se había imaginado el título del reporte y todo. Quizá conocer más a fondo la situación de alguien similar a ella, le daría una mayor perspectiva a su dilema de qué hacer para mejorar su trabajo.

-—¿Señorita? —su compañero de club la miraba intrigado al verla tan emocionada de golpe.

—Dile al resto que nos reuniremos mañana a primera hora, me encargaré personalmente de este asunto.

"Quizás la estrella brillante del colegio me guie a la dirección que estoy buscando."



EL SUEÑO DE UN PRODIGIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora