CP 9 PARTE 2: ALEJANDRO

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El fútbol es un deporte sencillo, se enfrentan once personas contra otras once en un espacio promedio entre 90 a 120 metros de longitud x 45 a 90 metros de ancho, cuyo objetivo no es otro que meter un balón esférico en la portería protegida por el rival, gana el equipo que consiga más anotaciones. Lo que hace interesante a este deporte son las formas en que han ido evolucionando los métodos para poder anotar, contrario a deportes de estilo más norteamericano que se basan más en la intensidad que otra cosa por la cantidad de puntos que se anotan, en el fútbol al generalmente haber pocas anotaciones en un juego oficial, las formas de jugar se vuelven más ambiguas, la efectividad es fundamental, pero no todos apuestan por ella, existen equipos que tratan de involucrar a todo el conjunto en el juego, otros que se basan en su defensa y solidez, otros en un juego rápido y vertiginoso, otros en un juego directo y físico, y así sucesivamente.

Esa variedad de estilos es la que demuestran la cantidad de formas que existen de percibir el fútbol y la que permite que tanta gente se vea seducida por este deporte, produciendo que cuando se enfrenten a otro equipo con una percepción distinta, crezca la rivalidad y por tanto la pasión. En otras palabras, el fútbol es una batalla de identidades y cuando hablamos de identidades, estamos hablando de los rasgos que conforman al ser humano, lo que llena a este deporte de una naturalidad humana como ningún otro tiene.

Este partido es un ejemplo perfecto de esa naturalidad humana, por un lado, tenemos a un equipo que, apuesta a la diversidad de sus jugadores para sorprender con una cantidad de ataques salidos de la espontaneidad como un artista y por el otro, a un equipo más racional, metódico, compacto que se basa en el trabajo de ir formando lentamente una idea de juego, más como el pensamiento de un científico.

Sin embargo, aún con todo lo dicho, el fútbol tiene unas bases que sin importar la percepción del equipo o que el jugador tenga del fútbol, no puede escapar de ellas, digamos que son las columnas de donde surgen toda la variedad de estilos de juego que existen. La lógica del fútbol, que es tan simple como la lógica de nuestra vida. Por ejemplo, si la portería está vacía, es imposible que sea el jugador que sea no patee al arco o el que esté defendiendo no se tire con todo para cubrirla, porque esa es la naturaleza del fútbol, anotar y evitar que te anoten, igual que la naturaleza humana de preservar su vida todo lo que pueda, son instintos básicos que queramos o no se encuentran presentes en el jugador de fútbol y en el hombre, haciendo que si la oportunidad se presenta esos instintos se vuelvan incontrolables, he allí el nacimiento de los reflejos, un reflejo no se puede controlar, se pueden mejorar, pero nunca podrás evitar que se presente, porque son parte de nuestra naturaleza.

Un reflejo muy común de cualquier jugador de fútbol es pasar el balón al compañero que se encuentra descubierto. Así que sin importar que tanto mueva la pelota un equipo, esta terminara en pies del que se encuentre sin marca, teniendo en cuenta eso, si se deja a un jugador libre a propósito, es obvio que todos lo busquen, lo cual es un patrón muy fácil de predecir, más si se trata de un jugador habilidoso cómo el 7 del Libertadores.

— "¡Otro robo de Alejandro! ¡Este 10 es una muralla impenetrable!"

Una vez tienes ese patrón leído y te aprovechas de él, es muy fácil tomar el control del partido y romper el ritmo de los adversarios, derrumbando por completo su estrategia.

—"¡Y otro disparo pasa asustando a los campeones departamentales, el Esperanza está decidido a tomar la delantera!"

También existen reflejos particulares en cada jugador procedentes de su formación, hábitos que se cogen después de llevar un tiempo jugando y que a veces pasan desapercibidos. En el caso de este chico Loaiza, tiene la costumbre de recibir la pelota de espaldas al arco, en consecuencia, el tiempo que desperdicia en lo que da media vuelta para empezar a atacar, es suficiente para anticiparme a cualquiera de sus movimientos.

—"La pelota otra vez es dirigida al 7 que... ¡la levanta con el empeine de su pie derecho y la pasa por encima de sí mismo!"

Estás muy verde chico.

—¡¿Cómo?!

—"¡¿Qué le pasó al talentoso Miguel Loaiza?! Trató de hacer un sombrerito, pero no tenía a ningún rival presionándolo, la pelota termina tranquilamente en los pies de Alejandro."

—Ahora el jaque mate.

—"De Alejandro para Felipe, Felipe la controla, enfrenta a dos rivales, abre a la izquierda con Paolo, ¡Y EL CAPITÁN MANDA UN ZURDAZO DE PRIMERA, MOSQUERA SE ARROJA, PEGA EN EL PALO Y...! ¡GOOOOOOOOOOL!"

Tenías razón Carmen, todo radica en lo básico.

EL SUEÑO DE UN PRODIGIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora