53. Pesadillas que persiguen

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POV Tn:

Abrí los ojos mirando a mi alrededor, estaba cubierta de sudor, "era solo una pesadilla" trataba de repetirme, una y otra y otra vez, pero mi respiración solo se hacía más rápida, Draco dormía tranquilamente en el otro extremo de la cama, me habría separado de él en algún momento de la noche... Las imágenes del internado aún me perseguían, el sueño parecía tan real... Intenté llorar en silencio, no quería despertar a Draco. Salí de la cama y sin hacer ruido entré en el baño, cerré la puerta y puse un hechizo silenciador, me deslicé por la pared hasta sentarme en el suelo y dejé que mis sollozos salieran. Hacía mucho que no tenía pesadillas con el internado, pero ahora habían vuelto más fuertes que antes. Levanté mi camiseta, mis cicatrices se habían vuelto a abrir y nuevas heridas habían salido, agradecía haber puesto un hechizo en mi camiseta para que no dejara la sangre escapar, porque si no tendría que darle muchas explicaciones a Draco, y no quiero que se preocupe más. Me levanté temblando y me quité la camiseta, empecé a limpiar mis heridas, redireccionando mi magia para que las cerrara. Lancé un tempus, las 4 de la mañana... Suspiré, ayer había tardado un par de horas en conciliar el sueño, seguramente no había descansado más de una hora o dos. Odiaba estos días, donde todo mi pasado me perseguía y me rompía, haciéndome olvidar todo lo que he aprendido desde que estoy aquí. Escuché unos suaves toques en la puerta, era Draco, mierda. Me puse la camiseta a toda velocidad y me lavé un poco la cara para que no se notara que había llorado, tiré de la cadena como si solo hubiera ido al baño y abrí la puerta. Draco me dió una sonrisa suave, aún parecía medio dormido y eso solo lo hizo parecer más tierno.

Draco: Estas bien mi vida?

Su tono era tan suave que sentí que podía romperme, solo lo miré a los ojos, incapaz de responder, porque no podía mentirle a Draco. Pareció preocuparse un poco, pero no dijo nada, solo me abrazó con delicadeza, como si fuera una muñeca de porcelana. Y allí entre sus brazos me rompí, sollocé hasta que mi garganta dolía y lloré hasta que las lágrimas ya no me salían. Porque Draco me hacía sentir segura, porque con él todo estaba bien... Escuchaba como me susurraba palabras dulces, mis sollozos las ahogaban, pero seguían presentes. Unos minutos después conseguí calmarme, estaba prácticamente apoyada en Draco, pues no me sentía ni con fuerzas para estar de pie, él me sujetaba con firmeza pero con cariño, sabía que tenía que hablar, pero de verdad que no podía...

Draco: Todo esta bien mi vida, ven conmigo, dejame cuidarte. *Susurró con dulzura*

Me llevó hasta los sofás y agarró el libro que había en la mesa, se tumbó, conmigo encima suyo. Me acurruque contra su cuello, respirando su aroma y dejando que me abrazara. Empezó a leer en voz alta, era casi un susurro, pero se escuchaba perfectamente en la calma de la habitación. Sabía que no podría volver a dormirme, pero al menos pretendería hacerlo, no podía dejar que Draco se quedara toda la noche despierto. Me relajé todo lo que pude, haciendo mi respiración más pesada y dejando la tensión que aún sentía en el cuerpo. Un rato después Draco dejó de leer y me empezó a acariciar el pelo.

Draco: *Susurrando* Te amo, a pesar de que seas una mentirosa y te hagas la dormida.

Sonreí contra su cuello y levanté la cabeza para mirarlo a los ojos, él dejó un suave beso en mi frente y me miró mientras acariciaba mi mejilla.

Tn: Como sabías que no estaba dormida?

Draco: Porque te conozco princesa.

Volví a colapsar sobre su pecho, suspirando.

Tn: A veces odio que me conozcas.

Draco: Yo también te quiero princesa.

Nos tumbamos en un cómodo silencio, solo se escuchaban nuestras respiraciones, ninguno dijo nada hasta dos horas después. Me levanté del sofá y fuí hacia el armario, agarré el uniforme y fuí al baño a cambiarme, miré mis cicatrices, estaban casi curadas, pero era importante que ese día no me alterara o las volvería a abrir y tendría que ir con Poppy o Rowena y darle explicaciones a Draco. En cuanto me cambié salí del baño, Draco ya estaba cambiado, leyendo el libro de antes en la cama. Me senté a su lado y me apoyé en su hombro.

Tn: He tenido una pesadilla...

Cerró el libro con cuidado y lo dejó en la mesita de noche, agarró mi mano y empezó a acariciarla. Sabía que no hablaría hasta que yo se lo pidiera, amaba eso de Draco, que siempre me dejaba hablar hasta el final sin interrumpirme.

Tn: Era sobre el internado... Las profesoras....

Se me rompió la voz, sentí las lágrimas acumulándose en mis ojos. Suspiré tratando de calmarme y Draco besó mi pelo.

Tn: Ellas.... me ataron las manos con cadenas al techo y... y me hicieron ponerme de rodillas en sal y cristales... creo... creo que fué porque había roto un vaso en la cena... me dieron latigazos... y me pusieron libros en la cabeza hasta que mis rodillas empezaron a sangrar tanto que el suelo se llenó de sangre...

Empecé a llorar, recordaba como se sentía la sal y los cristales en mis rodillas. Pero no le podía decir a Draco que ese fué uno de mis últimos castigos en el internado...

Tn: Después... después me hicieron limpiarlo todo... con mi propio cepillo de dientes, que luego me obligaron a usar sin lavar... mi ropa quedó empapada de sangre.... y me costaba caminar... si los cortes hubieran sido apenas unos milímetros más profundos se me habría visto el hueso...

Apreté la mano de Draco, dandole a extender que ya podía hablar. Me pasó un brazo por los hombros y con el otro acarició mi costado.

Draco: Ha sido solo una pesadilla mi vida. Estas a salvo aqui, nada te puede pasar mientras estés conmigo. Prometo protegerte de todo, aunque me cueste la vida.

Volvió a besar mi frente, y yo tan solo lloré en su pecho, sintiendo como algo de peso se iba de mi. Me separé y lo miré, junté nuestras frentes sintiendo como mi magia se relajaba por su cercanía. Me besó con cariño, y mil mariposas revolotearon en mi estómago.

Draco: Vamos a desayunar, deben de estar esperándonos ya.

Sonreí y me levanté, caminando hacia la entrada y bajando a la sala común, no quería ir a desayunar, solo pensar en comer me hacía tener ganas de vomitar. Siempre pasaba después de una pesadilla sobre el internado, pero nunca dejaba que los demás lo notaran. Caminamos juntos hasta el gran comedor, la mano de Draco estaba acariciando con dulzura mi cintura y no me soltó incluso cuando nos sentamos en la mesa de slytherin junto a todos los demás. Saludé a todos y miré la comida frente a mi, mi sonrisa se desvaneció y mi cuerpo se tensó, mi garganta estaba cerrada y mi cuerpo me gritaba que por favor me fuera. Mis piernas comenzaron a temblar y mi mano se cerró al rededor de mi brazo, clavando mis uñas para intentar dejar de temblar.

Pansy: Estás bien Tn? 



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Un sueño hecho realidad (MEJORADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora