Capitulo 49 Los espejos Quebrados, No Se Vuelven A Juntar

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Raven

Recibí los detalles de la junta, por telefoneo esta vez seria en un lugar publico, en un rencito privado Vip para reuniones especiales, donde haríamos el trato.

Estoy arrepentido, haberla rechazado significo dejarla marcada, como si fuera una herida abierta sangrante.

Fui un cobarde, no escuche a mi lobo y al final lo perdí, si los demás supieran que no tengo lobo hace rato ya hubieran intentado acabar conmigo.

Aunque cuando la volví a ver, sentí que mi lobo hubiera vuelto de la nada, pero luego otra vez sentí que desapareció.

Sentado en un pasillo esperando a que nos reciba, pienso en ella lo cambiada que esta, lo mucho que me odia, quien no; al final yo la viole, estaba en celo pero no es justificación, nunca me va a perdonar por eso.

La abandone, mi interior sabe que la perdí, que no hay ninguna duda de eso, en especial cuando al fin sus escoltas nos hacen entrar a la sala de juntas.

Son solo 4 hombres, como sus escoltas, 2 abogados, un notario, ella sentada en la cabecera de la mesa de junta, con sus guardias armados atrás de ella acompañada de su equipo legal, me hace sentir tan pequeño.

Cuando iba arrodillarme, junto a mi beta, ella dice -No necesitas hacer eso ahora, hagamos esto rápido-

Nos sentamos y comienzan los abogados a exponer la deuda, de los muchos billones que le debo, ni con mi cuerpo podría pagar todo eso.

Suspiro y la observo, tiene puesta esa mascara bizarra, del antiguo alpha de la manda blanca, se ve tan temible, pero al mismo tiempo tiene un brillo hermoso.

Siento su fragancia y descubro que esta impregnada de un olor diferente, un olor parecido al los témpanos de hielo.

Que tipo de hombre sera, para que huela de esa forma, es mas puedo saber exactamente quien es, esta aquí ahora, en este lugar.

Es el escolta mas alto y corpulento, el que esta en medio justo detrás de su cabecera, siento su hostilidad, su mirada densa que me fulmina, con tanto celo, sin duda es celo.

Ese tipo, es un maldito al marcarla de esa forma tan descarada, así siendo un humano, un hombre a simple vista posesivo y a mi parecer peligroso.

Cuando me toca leer el contrato, pienso no estaba muy equivocado, si que quiere que renuncie a la propiedad individual de mi cuerpo.

Si lo firmo y no pago la deuda, Si quiere vender mis órganos estaría en todo su derecho, estoy entre la espada y la pared.

-Si no firmas, tendrás que pagarme la deuda al contado- Me lo dice sin tapujos.

La miro y un sentimiento de culpa aflora en mi, en el fondo veo esos ojos brillar, por debajo de esa mascara, un destello rojo me dice que me ve mas allá.

Aunque han pasado muchos años, existe un lejano vinculo que ya solo agoniza para morir.

-Sera que firmaras!- Exclama -No tengo toda la maldita tarde- Refunfuña

-De cuerdo, de cuerdo firmare, pero antes tengo una propuesta de negocios, invierte en un plan que tengo, estoy seguro que las ganancias se triplicaran, solo revisa mi propuesta-

Mi beta se levanta, para entregar el documento, pero antes de que sus abogados lo tomaran, o ella dijera algo, el escolta mas corpulento en un movimiento fugaz.

Le quito el documento, el caminando de forma arrogante, vuelve hacia su lugar revisando y leyendo, mientras ella lo mira perpleja, con ojos de asesina.

Este, en un claro gesto de estar cometiendo un pecado grave, le quita el distorsionador de voz, creo que el momento cambio hasta los abogados, el notario, los otros escoltas están sorprendidos.

Bruma sangrienta Y espada de oroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora