𖦹𝐴 𝑆𝑒𝑐𝑟𝑒𝑡 (Slash)

𝘾𝙝𝙖𝙥𝙩𝙚𝙧 81 𝙒𝙃𝙀𝙍𝙀'𝙎 𝙄𝙕𝙕𝙔?

Cuando el concierto terminó decidimos salir al bar, hace muchísimo tiempo no tocaba uno y no sentía aquel ambiente pesado que este tenía, los olores del tabaco y alcohol mezclados entre si y aquellas bandas nuevas de la época. Todo era sensacional, aunque un poco diferente a como lo recordaba, las luces simples cambiadas por unas neón que teñian el lugar, las mesas eran de madera y las sillas eran sillones de cuero. Estaban un poco desgastados, eso me hace pensar del tiempo en el que me había ido. La guitarra electrica de aquel chico rubio bastante alto resonaba por todo el establecimiento, era genial.
Yo tenía puesto un vestido color rojo obscuro, mis botas de cuero y chaqueta del mismo. Extrañaba tanto a Amelia y a Dean, aunque no es tan malo pasarla bien una noche.
Pedimos unos tragos para pasar aquella hamburguesa que habíamos comprado antes. Los segundos pasaron haciéndose horas, aunque fue muy divertido estar entre bailes, risas y chistes pésimos que hacían.
Estaba bailando con Izzy, la música me desenvolvía completamente haciendo que mi cuerpo se mueva involuntariamente, mis brazos y piernas se movían al ritmo de la música, energéticamente al igual que mi cabeza. Todos estábamos poco cuerdos, borrachos y sin entender lo que pasaba a nuestro alrededor.
Lo estaba besando, entretenidamente mientras el tomaba de mi cintura y yo lo agarraba de la nuca enredando su largo cabello entre mis dedos.
Mis ojos pesaban muchísimo, apenas y podía abrirlos. Pude sentir como el reía y eso hacía que me causé algo de gracia. Abrí mis ojos y toda la borrachera que tenía se me había ido, ¿Dónde esta Izzy? ¿¡Dónde está!? Me aparte de el de un empujón, salí corriendo de allí, sentí mi corazón latir fuertemente, estaba besando a Slash, busque por todo el lugar a Izzy, no estaba por ningun lado. La culpabilidad me consumía internamente, tenía ganas de llorar y ganas de morirme, ¿En qué estaba pensando? ¿Cómo pude besar a Slash? ¡Soy un monstruo!¡Izzy no se merece eso, el solo me ayudó y revivió mi alma! ¡No quería dejar morir el suyo! Miles de palabras rodaban por mi mente, hacia que me marease un poco, me senté un rato y tome un trago de agua. Senti el nerviosismo recorrer todo mi cuerpo, estaba tiriteando, sentia que no podia parar, me sentía terrible.