cuatro semanas después...Ace observaba a los jóvenes tendidos en el suelo, jadeantes y sudorosos, mientras se cruzaba de brazos con una sonrisa satisfecha. Eran un grupo variado de quince adolescentes, la mayoría entre los catorce y dieciocho años, quienes, aunque se tomaban muy en serio su papel como guerreros de Vol'kai, habían aprendido a confiar y relajarse con él en los últimos dos meses en los que él se había hecho cargo de ellos. Había algo en la forma en que se permitían bromear y quejarse en su presencia que lo llenaba de orgullo; para Portgas, esa confianza era un claro signo de que estaban progresando tanto como equipo como individuos.
—Esas planchas no servirían ni de picnic. ¡Bajen esas caderas!—exclamó con un tono firme mientras caminaba alrededor de ellos, inspeccionando sus posturas en ese ejercicio.—Caminaré sobre sus espaldas si no mejoran su postura.
El sudor caía de sus rostros al suelo arenoso, y las gotas parecían competir entre sí mientras formaban pequeños charcos, podía incluso ver las temblorosas extremidades después de siete minutos de plancha. Uno de los chicos, Tharek, levantó la voz entre jadeos.
—Te voy a acusar con la T'kah Aroa—espetó con dramatismo, usando el término que usaban coloquialmente con el guardián de Vol'kai designado para referirse a ella: algo entre "guerrera" y "líder espiritual" que aún no le quedaba del todo claro. Usaban demasiado términos fuera de su lenguaje que ni siquiera se tomaría el tiempo de aprender.
Ace dejó escapar una carcajada, inclinando la cabeza hacia atrás. —¿Con Aroa?—repitió, fingiendo incredulidad mientras se detenía frente a Tharek. Bajó la mirada con una sonrisa traviesa, la luz reflejándose en sus pecas. —Ella caminaría sobre sus espaldas conmigo con gusto, ¿no lo saben? incluso iríamos de la mano.
Un coro de quejas entre asco y cansancio se alzó entre los jóvenes, aunque muchos reían entre dientes, claramente acostumbrados a las bromas de su instructor. Ace comenzó a contar en retroceso, animándolos. —Trece, doce, once... ¡Diez segundos más! Vamos, ¿van a rendirse ahora?—Los rodeaba con pasos lentos, sus ojos oscuros brillando con la diversión que encontraba en el esfuerzo colectivo.—¡Siguen siendo diez si no bajan las caderas!
—¡Esos son los diez segundos más largos de mi vida!—se quejó Yareen, una chica alta de cabello oliva trenzado, quien apenas podía mantener la postura.
Ace rió de nuevo por lo bajo, girando sobre sus talones para observar a lo lejos. Su vista captó una cabellera rubia que destacaba entre el entrenamiento de otro grupo más joven. Newt, estaba claramente divirtiéndose con sus amigos, riendo y gesticulando como si estuviera en plena batalla imaginaria. Ace sonrió con suavidad, su expresión se ablandó brevemente, pero los quejidos cada vez más altos de su grupo lo devolvieron al presente, había perdido la cuenta y podría haber agregado un minuto más pero decidió dejarlos libres.
—¡Cero! ¡Se acabó!—anunció finalmente, y el sonido de los cuerpos desplomándose contra el suelo resonó como una melodía triunfal en la palestra. Ace se colocó frente a ellos, mirándolos con los brazos cruzados. —Bien, bien...—dijo con un tono alentador, aunque una sonrisa traviesa volvía a formarse en su rostro. —Solo queda el trote final. Vamos, es el último esfuerzo del día.
Un gemido colectivo de descontento se alzó entre los jóvenes, pero al ver que el mayor entrecerraba los ojos con la misma mirada intimidante que había aprendido de Aroa, se callaron al instante. Sin decir más, Ace hizo un gesto para que comenzaran a estirarse mientras él comenzaba a trotar a un ritmo suave unos segundos después, asegurándose de que lo siguieran en formación perfecta. Los pasos resonaron acompasados detrás de él, un sonido que, a pesar de ser rítmico y constante, mostraba el esfuerzo que cada uno de ellos ponía en mantenerse a la par.
ESTÁS LEYENDO
witch | portgas d. ace
FanfictionDebido a un plan fallido, Aroa, una hábil pirata, se ve envuelta en la inminente ejecución de Puño de Fuego Ace, su rival. Unidos por la determinación y los lazos forjados en prisión, lucharán contra el destino y desafiarán los límites en una carre...