Me desperté en un hospital.
Vaya drama.
Pensé. Miré el techo unos segundos y poco a poco comencé a recorre la habitación con mi vista, fue entonces que me percaté de lo desordenada que lucía. Me incorporé, mirando mejor el cuarto, las persianas estaban rotas y parecía ser de noche.
Me levanté de la camilla y a pasos lentos caminé hacia la puerta, la abrí y lo primero que vi frente a mi, fue una silla volcada y no era lo único que estaba así, pues cuando salí totalmente de la habitación noté el pasillo totalmente estropeado. Papeles regados por el suelo, objetos, ropa, e incluso, personas.
No dudé en acercarme a las personas sobre el suelo, tocando su pulso, verificando si aún vivían o no.
¿Qué demonios había sucedido?
Me pregunté repetidas veces mientras mas avanzaba, y mas que desconcertada, estaba aterrada. Corrí por un par de pasillos, encontrándome con lo mismo. Afortunadamente, o así creí, vi una ventana y no vacilé en acercarme y ver donde estaba exactamente, pero una vez allí, sólo vi la noche establecida, y de igual manera, las calles destruidas, personas sin vida y un silencio sepulcral.
Mi respiración comenzó a notarse y mi pecho a ensancharse, retrocedí unos metros con rapidez, y sólo sentí como caí al suelo, había tropezado con un cuerpo y...
- No... - musité congelada, mirando el cuerpo. Era Steve y estaba muerto. - No, por favor. - sollocé. Entonces, caí en cuenta que a mi alrededor estaban todos, todo el equipo estaba sin vida.
- ¡Dylan, despierta! -
Mis pulmones pidieron aire a gritos, por lo que tomé una gran bocanada de aire al momento en que me levanté y desperté de aquel terrible sueño. - Tuve una pesadilla. - solté agitada.
Steve acarició mi espalda y suspiró con aflicción. - Te dije que no viéramos esa película. - me abrazó y sentí su mentón sobre mi cabeza.
- No tuvo que ver nada con esa pe... -
- Wow... - me interrumpió una enfermera. - Es imposible que esté consiente después de... - ella bajó su mirada y entonces dirigí ambas manos hacia mi estomago.
- Sigue ahí. - murmuré y luego giré entorno a Steve. - ¿Por qué sigue dentro? - cuestioné.
- ¿Duele? - preguntó de regreso. Negué y miré a los dos confundida, esperando una respuesta.
- Señorita... hay un pequeño... problema. - comentó la enfermera, mirándome con una mueca.
- ¿Qué clase de problema? - inquirí totalmente curiosa y desconcertada, pero ninguno respondía. - Hola, ¿alguien puede decirme que ocurre? - usé el sarcasmo, esperando bajar la tensión y saber de una buena vez por qué aún yacía la bala dentro de mi.
- Dylan... - Steve se le adelantó a la enfermera. - Tu... organismo no ha querido expulsar la bala. Me refiero a que... cada que intentan sacarla ella mas se profundiza. Los doctores dicen que es un milagro que sigas viva, pero, bueno... no eres... normal. - él tomó aire sin siquiera mirarme, lucía serio y algo consternado.
Crucé miradas con la enfermera y fruncí mi ceño tratando de descifrar la situación. - Entonces... quieren decir que si la bala sigue profundizándose... ¿me atravesará por completo? - pregunté algo incrédula.
-Sí - suspiró la mujer.
Dejé salir una pequeña sonrisa. - Ay, cuanto drama. - susurré y levanté mi mano frente abdomen.
- Dylan no, no lo hagas, los doctores lo harán. - Steve detuvo mi mano y sin pensarlo negué.
- No podrán créeme, solo déjame hacerlo. - le miré e hice una leve asentimiento con mi cabeza. Por su parte, lo pensó unos segundos antes de soltar mi brazo.
- Está bien. — Steve tranquilizó a la enfermera. - Lo hace seguido. - mintió al ver que la mujer no entendía lo que sucedería.
Entonces, sentí como la bala se movía dentro de mí y ardía. La sangre, caliente y espesa, comenzó a desbordarse por mi cuerpo y a manchar la bata que llevaba puesta.
Me quejé fuerte al sentir un ardor, uno fuerte, y me recosté de golpe sobre la camilla.
- Dylan... -
- Estoy... bien. - respondí con la voz entrecortada y tomé aire para dar el ultimo estirón. Finalmente solté el aire en largo suspiro y dejé caer la bala al suelo, al igual que mi mano.
Vi llegar a un doctor y ver como la mujer le explicaba lo sucedido.
Un par de telas, que parecían ser toallas, fueron puestas a mis costados.
- Hay que cerrar la herida. - ordenó el doctor mientras me miraba.
Asentí y estiré mi mano hacia Steve, éste la tomó al instante, y di un resoplido mirando la luz sobre mi.
**
Los días pasaban y treinta después del disparo, sólo quedaba una cicatriz, no muy notoria y me sentía muy bien.
¿Suceden cosas así todos los días aquí en Midgard?
Me pregunté, y luego recordé que sí.
Los humanos son tan... inentendibles.
En fin, Thor había regresado, después de haber estado varios días con su chica y... perdido, porque aún no sabía donde permaneció el resto de los días si sólo estuvo con Jane dos semanas... pero bueno, la segunda misión había sido un éxito, capturamos hombres de Hydra y ahora eran procesados por el gobierno.
Y hoy, un día de descanso más, Stark quedó de llevarnos a un... ¿bar? que uno de sus inversionistas inauguraría .
Me di cuenta que el rubio fornido que ahora tenía por pareja me hablaba.
Lo miré a través del espejo y asentí. - No, espera, ¿qué dijiste? -
Steve pegó una risilla mientras acomodaba las mangas de su camisa. - ¿Qué si estás lista? -
Sonreí y acomodé algunas cosas sobre el tocador. - Lo estoy. - afirmé y giré sobre mis talones para verle mejor. Lo barrí con la mirada y reí al escuchar mis pensamientos un tanto... inapropiados.
- ¿Qué? - cuestionó sonriente y cruzó su brazos.
- Por mi padre, no... hagas eso. - señalé sus brazos, se marcaban bajo la camisa y de verdad eso me encantaba.
- ¿Que? ¿Enlazarme? - miró sus brazos y luego deshizo el cruce. - ¿Qué tiene de malo? - frunció su ceño y guió su vista a la mía.
Negué. - Es que no tiene nada de malo, es todo lo contrario. - dije mientras caminaba hacia él. - Te ves... muy atractivo. -mencioné, pero luego me arrepentí al sentir mis mejillas arder, pues sus labios se curvaron en una sonrisa burlona, socarrona, pretendiendo ser un hombre modesto y alzado.
- Tú te ves... preciosa. - musitó subiendo sus manos por mis brazos.
- Diablos. - susurré al instante en que un escalofrío recorrió mi columna y mis mejillas ardieron aún más. Negué un par de veces y reí. - ¿Qué viste en mi, Rogers?
Al parecer la pregunta confundió a Steve, ya que sus gestos se arrugaron. - Pues... - suspiró y luego posó sus manos sobre mis mejillas, y con suavidad acercó su rostro al mío. - Lo vi todo. - susurró en cuanto nuestras narices rozaron.
- ¡Ya vamonos, ya es hora! - Steve y yo bufamos al ver a Stark en la puerta. - ¿Qué?... Faltan diez minutos. - dijo como si no hubiera irrumpido.
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¿Como han estado?;)
Yo con tarea :/

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¿Odio o Amor? (Capitán América - Steve Rogers) TERMINADA
FanfictionPrimera Temporada. (EN EDICIÓN) Dylan Odinson, hija de Odín. Pasa por un acontecimiento que da un giro total a su vida. Tras ser abandonada en el mundo de los humanos conocerá el dolor, la alegría, el odio y el amor. Disculpen los errores ortográfic...