Capitulo 47

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Una vez pasados los tres GP de la gira asiática los chicos están locos por llegar. Pero no pienso irles a buscar. Cuando Àlex quiera verme que se arrastre hasta casa. Quiero verle, pero bastante espectáculo hemos hecho ya para que nos pillen más cámaras.

Qué largas se me han hecho las últimas tres semanas. Un poco más y me meto un tiro o cojo el primer avión hacia Malasia que hubiera. Pero ya no hace falta, ya llegan hoy.

No creo que vayan a pasar por aquí hoy, ya les veré mañana o... ¿Acaba de sonar el timbre? Qué no sean los chicos por favor porque los aniquilo. Y sí, esos mismo son los que me encuentro al otro lado de la puerta en cuanto la abro, y ya no puedo dejarles fuera porque ese suegro tan maravilloso que tengo, pues les ha dejado por fuera de mi casa y se ha largado dirección a Cervera con las mismas por petición de los chicos. ¿Pero alguien me ha preguntado si quería ver a dos locos recién llegados? No. No lo han hecho.

-Leli está arriba, se alegrará de verte Marc.
-¿Te pasa algo?- pregunta Marc al ver mi cara.
-Nada Marc. Solo que no os esperaba tan... Hoy.

La cara de Àlex cambia en el mismo instante en que mis palabras salen de mi boca. Venga, ya la he jodido bien. Quiero verle, claro que sí. Pero esperaba poder relajarme hoy.

-¿Arriba has dicho?

Asiento y voy hasta el sofá donde me dejo caer y Àlex a mi lado. No sé cuántas horas lleva con vuelos para que llegue aquí y yo le diga que no le esperaba hasta mañana y no precisamente animada.

-Tengo cosas que hacer, no es que no quiera estar contigo.
-Ya, las clases. Vete a hacer lo que sea, yo me quedo por aquí hasta que acabes.
-No tengo muchas ganas de hacer prácticas la verdad. Vamos.

Le agarro del brazo y tiro de él hasta llegar a mi habitación donde me encargo de tumbarnos a los dos en la cama. No tengo ganas de hacer nada. Solo quiero hacer el vago un rato junto a Àlex. Tenerle cerca ya me vale.

No sabia lo que le necesitaba hasta que me abraza a él e intenta calmarme. Toda la tensión de no saber cómo estaba tras tres semanas... Es demasiado.

Solo de pensar en las caídas de las últimas semanas hace que me ponga a llorar. Pero Àlex consigue que deje de llorar rápido, porque no sé en qué momento paso de estar llorando y estar besándole y arrancándole la ropa. Demasiado tiempo sin verle, supongo.

Aunque no llegamos muy lejos porque mi querida concuña y amiga NO SABE LLAMAR A LA PUTA PUERTA.

-Oye chi... Ostias, lo siento.

No sé si matarla o mandarla a la mierda. Gracias guapa por interrumpir. ¡¡YO NO TE CORTO EL ROLLO CUANDO ESTÁS CON MARC!! ¿Tanto cuesta llamar a la puta puerta? Supongo que para Leli sí.

Salimos al rato cuando Àlex consigue calmarme y convencerme de que no mate a nadie. Y todo para decirnos que iban a por algo para comer. ¿Hola? ¿En serio hacía falta avisar? Seguro que ha sido cosa de Marc. Por eso mismo es a él al que miro mal cuando va a salir de casa.

...

Y una semana más tarde sigo cabreada con Marc, aunque esta vez es por no dejarme ir delante de copiloto en el coche con Àlex. No, me ha dejado atrás como si fuera la niña pequeña de 2 meses a la que le va a pasar algo por ir delante. ¡Tengo 20 años y es mi novio!

Marc es mucho Marc. Aunque Leli no parece enfadada por ir detrás conmigo en ves de con Marc. Bonito viaje hasta Valencia. Porque sí, vamos hacia Valencia al GP de allí. El último del año. Leli y yo hemos mando a tomar viento las clases y Almudena nos va a matar cuando sepa que hemos venido y no la hemos avisado para poder ver a Fabio.

Y por mucho que me haya enfadado con Marc no puedo evitar mearme de la risa con la foto que se saca.

Y por mucho que me haya enfadado con Marc no puedo evitar mearme de la risa con la foto que se saca

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¿Y a que no sabéis quien me llama dejándome sorda nada más llegar a Valencia? Almudena. ¿Qué cómo se a enterado tan rápido? Pues que Fabio al vernos a pensado que ella venía también y se lo ha dicho.

-¿Por qué no me decís nada?
-¿Desde cuándo soy tu madre? Almudena no tengo la necesidad de decirte cada paso que doy, ni de organizarte citas con Quartararo.
-Te odio.
-Todavia puedes venir.
-¿Y las clases?
-¿Y las mías?
-Te aviso cuando tenga vuelo, si es que encuentro alguno.
-Te queremos mucho por aquí.
-Ya claro...

La que me ha liado el Quartararo en 5 minutos. ¿Quién me manda a mí a saludar? Nadie.

...

El jueves tengo que pedirle el coche a Marc, porque el mío no lo he traído, para ir a buscar a Almudena junto a Leli mientras ellos están con las entrevistas y esas cosas. Lo que no sabía es lo que me estaba perdiendo en vivo y en directo por ir a buscar a la loca de mi amiga.

¿Por qué le están dando un cochazo a mi cuñado sin yo saber nada de ello?

-Pienso exigirle ese precioso coche a tu novio en cuanto lleguemos al circuito de nuevo

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-Pienso exigirle ese precioso coche a tu novio en cuanto lleguemos al circuito de nuevo. Te lo juro.
-¿No has pensado qué...?
-Sí, que no me lo va a dar, ya lo sé. Pero soñando también se vive muy bien.
-No. Qué yo tengo más derecho a él.
-¿Tú? ¡Yo le conozco desde que era un bebé!
-¡Y yo soy su novia!
-¡Y yo soy su mejor amiga y su cuñada!
-¿Y eso que tiene que ver?
-¿Vales tú más porque se puede acostar contigo? Eso no es justo.

La ignoro un rato medio en broma y cuando llega Almudena intenta intermediar sin saber que nos estamos peleando por un coche que el acaban de dar a Marc. Vaya dos locas e idiotas. Estamos hechas. Lo peor es que si que le pido a Marc de coña que me regale el coche y me tira las llaves con las mismas. Ya se ha quedado sin sexo una buena temporada porque a Leli no le ha hecho gracia ninguna. Y menos aún que yo siguiera vacilando con el tema al decirle que le dejaba mi Peugeot 206, porque ya no lo iba a necesitar.

El Destino Llama A Tu Puerta. (EDLlATP 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora