Capitulo 24

1.1K 50 14
                                    

Son las 7 de la mañana cuando me dejan sorda de un oído. Al final después de cenar me volví a meter en la cama de matrimonio con Leli. Decía que le parecía muy grande para ella, aunque creo que está intentando que me quedé con la habitación de mis padres por si Àlex viene.

Me levanto antes de que Leli siga gritando y la arrastro conmigo hasta la cocina para poder desayunar. Aunque no para comer me deja mi tiempo. Ya le diré a Àlex que me alimente porque su futura cuñada no me ha dejado hacerlo en casa.

Y una vez que me visto con prisas, salimos, cogemos el coche, y ponemos rumbo a Cervera. Y 40 minutos más tarde estoy muerta de los nervios en frente de la casa de mi novio. Toco el timbre y espero tranquilamente a que alguien abra la puerta. Y no es otro que Marc. El mismo que solo se fija en Leli y que queda 5 minutos mirándola y preguntandose que hace mi amiga frente a su casa.

-¿Está Àlex cuñi?- le pregunto llamando su atención, de otra forma nos quedábamos aquí parados hasta que Marc se decidiera a decir algo o se cansará de comerse con la mirada a Leli.

Marc me mira y entonces todo le encaja.

-¡Mireia!
-La misma. ¿Está Àlex?
-Sí. Entra.

Y no tardó en hacerle caso. Entro en casa de mi novio y tras asegurarme de que Leli va a estar bien con Marc voy directa a la habitación de Àlex. Al que me encuentro sin camiseta y tumbado en la cama.

-Estoy si que es vida.

Enseguida se incorpora en la cama y se queda blanco mirándome.

-Soy yo. No soy un fantasma.

No necesito decir nada más para que Àlex se levante de la cama y venga corriendo a por mí. Me besa, me besa como si pensara que será la última vez que lo haga. Tampoco hace tanto que me fui. Solo hace dos semanas. A saber cómo se pondrá cuando vuelva de la gira asiática.

-Àlex. Àlex relájate. Estoy aquí y no me voy a ir a ninguna parte.
-¿Qué haces aquí?
-Darte una sorpresa.
-¿Cuanto tiempo te quedas? ¿Hasta Sachsenring?
-Depende.
-¿De qué?
-De las ganas que tengas de que me quede.
-No... No lo entiendo.
-Vengo para quedarme Àlex. Me he pegado 3 días viajando para poder tenerte cerca.
-Vete.
-¿Qué? No, no voy a irme.
-No pienso dejar que mandes todo a la mierda por mí.
-No he mandado nada a ninguna parte. Mi padre me ha dado la oportunidad de volver y decidido hacerlo. Voy a vivir en Lleida. Y voy a estudiar en Lleida. Y voy a tenerte mucho más cerca. Pero supongo que necesitas tiempo para asimilarlo. Voy a casa de mi tía.

Voy a salir de la habitación desilusionada. Àlex no quiere tenerme cerca de él. Piensa que es algo malo para mí. Y no sabe que si he logrado sobrevivir estos años a sido gracias a él.

Ya estoy saliendo con las lágrimas amenazando con derramarse cuando me agarra del brazo me gira hacia él y me besa. Me pega a él y me besa. Ya no puedo despegarme de él. Mi Àlex. Solo este chico consigue que sea tan adicta a algo. A él. Solo él me ha vuelto tan loca y tan majara en toda mi vida. Cuando éramos niños pensaba que era porque era mi mejor amigo. Ahora sé que es porque siempre fue el chico al que quería a mi lado el resto de mis días. O al menos eso pienso por el momento.

-Àlex.
-¿Sí?
-Vamos con Marc, que le he dejado solo con Leli.
-¿Tu amiga de pelo azul está aquí?
-Sí, con Marc. Vamos.
-No va a matarla. Pasemos un ratito juntos.
-Ya tendremos tiempo de eso. Vamos a ver si están bien.
-Vaaale. Pero me debes un día romántico.

Niego con la cabeza y me pongo a buscar a esos dos por toda la casa hasta que los encuentro. Casi igual que como los dejé. Pero hay una sutil diferencia. La lengua de mi cuñado debe llegar hasta la campanilla de mi mejor amiga en este momento.

-¿Os habéis presentado primero al menos? Yo no tenía estás bienvenidas cuando era pequeña Marc.

Se separan al oírme y Leli parece un tomate. Cosa rara en ella. ¿Le da vergüenza que la haya pillado liándose con Marc? Van un poco rápido pero eso no es asunto mío.

-Mejor os dejamos solos, ¿no?
-Noo.

Eso sí que me sorprende. ¿Leli no quiere quedarse sola con Marc? Miro mal a mi cuñado y voy hasta él hasta separarlo de mi amiga.

-¿Qué le has hecho a Leli? ¿Por qué no quiere quedarse sola contigo?
-No le he hecho nada. Ella sabrá.
-Quizás es que eres un lanzado.

Leli se me acerca e intenta ayudar a Marc para que no le mate. Me mira suplicando y entonces le suelto. Ya me explicara que ha pasado aquí.

Vuelvo a la habitación con Àlex, el mismo que no tarda en aprovechar que estemos solos de nuevo para tumbarme en la cama y llenarme de besos por donde pilla. Bueno y sobar todo lo que le da la gana. Pero es que en el fondo estaba deseando que haciera eso desde que he entrado por primera vez en esta casa. Y no me refiero a hoy, sino a cuando me trajo aquí hace 3 semanas. Y desde entonces cada vez que le veo y le tengo cerca mi cabeza se cortocircuita a cada momento.

Y los momentos bonitos se acaban porque los chicos se tienen que ir a entrenar y nosotras mejor que volvamos a casa ya antes de que se haga tarde.

-¿Me cuentas qué ha pasado antes?
-Ni yo misma lo sé, la verdad. Estaba hablando con él y de repente le tenía besándome.
-¿No has sido tú?
-No. No estoy tan mal de la cabeza.
-Pues sí que es raro. Ya hablaré con Marc. Ahora comamos.
-Sí.

Preparamos algo de comer y comemos tranquilas. Ya volveremos a ver a los chicos. Ahora toca pensar en que dentro de unos días llegaran otras dos locas a las que vamos a dejar solas una semana después. Que locura es todo esto.

El Destino Llama A Tu Puerta. (EDLlATP 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora