Capitulo 34

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-Àlex, ven a bañarte conmigo.
-Qué no.
-Pues tú te lo pierdes.

Llevo todo el día intentando que se meta conmigo en la piscina. Pero el niño hoy tiene complejo de gatito. Me doy un chapuzón y ni luego cuando salgo empapada y chorreando agua me hace ni puto caso. Veo cómo está pegado al móvil y hago mi mayor intento de que me preste atención. Subir una foto que me ha sacado Leli antes a Instagram.

 Subir una foto que me ha sacado Leli antes a Instagram

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Pero la que se me acerca es Leli. Acaba de volver de estar con Marc haciendo no quiero saber el qué.

-Sí que tiene que estar distraído Àlex para que dejes que Joel y todos tus seguidores del sexo opuesto vean algo así.
-Solo son mis tíos y primos. Nada que no hayan visto ya.
-Dani y Alejandro no son tus primos.
-Alex es gay y Dani es como mi hermanito. Repito, nada que no hayan visto antes.
-Ya. ¿Qué pasa Bells?
-No sé qué le pasa hoy a Àlex. Pero será mejor dejarle espacio. Voy a la habitación. No tengo ganas de estirarme al solito.
-Espera, voy contigo. Déjame avisar a Marc de que vamos a la habitación.
-Vale.

Me tapo con el pareo y espero a que mi amiga vuelva a mi lado. Veo como Marc se acerca a Àlex tras despedirse de Leli y como está muy feliz llega a mi lado. Pronto sonarán campanas de boda, y no será la mía con Àlex. No pienso casarme. Solo tengo 20 años, no quiero que mi familia piense que estoy embarazada.

Leli me cuenta lo mono que es Marc con ella. No se da cuenta de que es lo que menos necesito ahora, pero está feliz y eso me gusta. Siempre está muy amargada. Y desde que Marc apareció en su vida la sonrisa es una constante fija en su vida. Está feliz. Quizás debería volver a casa. Joel está solo, y necesita ayuda. Por no hablar de que he hecho venir a esas dos para abandonarlas cada 5 minutos.

(Àlex)
Estoy mirando el móvil cuando Marc se me sienta al lado. Tiene su cara típica de "la has cagado pero bien". Y sé que es por Bells. Llevo todo el día ignorándola, pero es que era eso o matar a todo el que le pusiera el ojo encima o obligarle a taparse. Joder, esos biquinis no dejan margen a la imaginación.

-¿Qué te pasa?
-Como si no lo supieras ya. Tú también estás deseando matar a todos los que miran a Leli más de lo necesario.
-No a todos. Àlex, Bells no tiene ojos para nadie más.
-Pero no se da cuenta que hay más gente mirándola.
-No seas tan celoso. No sabes el daño que le estás haciendo al evitarla, ¿no?

Miro a Marc y me doy cuenta de que dice la verdad, Bells me quería con ella y solo le he hecho caso al móvil para no llevármela a rastras para que no enseñase más ese precioso cuerpo.

Me levanto de la tumbona y voy a buscar a mi chica. La encuentro hecha una bolita en la cama y le hago un gesto a mi cuñada para que no diga nada. Leli sigue hablando de lo bueno que es Marc en la cama. Y yo me quedo esperando a ver si Bells dice algo.

-¿Qué, no me vas a contar lo bueno que es Àlex?
-No sé si es bueno o malo. No tengo con quién compararlo, pero a mí me gusta.

Termino de acercarme a Bells y cuando estoy detrás de ella la agarro y la levanto en peso de la cama. Está roja como un tomate. Leli debía llevar un rato hablando de Marc. A mí tampoco me interesa saber lo que hace con Marc.

-Leticia, ¿nos dejas solos?
-Claro. Voy con Marc.

Mi cuñada sale de la habitación y yo nos siento en la cama a Bells y a mí. Tiembla en mis brazos. ¿Me tiene miedo? La suelto enseguida y me aparto. Soy un gilipollas. No solo he pasado de ella sino que le he metido miedo.

-Bells. Amor, lo siento. No quería pasar de ti. Solo que estaba celoso de que todos te pudieran mirar sin problema.

Me mira, sé que me creé, pero algo más le pasa. No está así solo por pasar de ella hoy por la tontería de los celos.

-¿Qué te pasa?
-No me encuentro bien. ¿Puedes tumbarte conmigo?
-Claro que sí.

La ayudo a tumbarse y me tumbo con ella a su lado. Le voy dejando besos por la cara para ver si así se alegra un poco. Pero lo único que consigo es que se haga una bolita a mi lado. Está caliente. Se nota a kilómetros. Pero no consigo encontrar un termómetro para poder ver cuánta fiebre tiene. Al final voy a tener que llamar a esos dos salidos para que me ayuden. Pero no quiero preocuparles. Así que me las apaño con paños fríos y consigo que le baje poco a poco la fiebre. Debe ser un virus que está cogiendo. Pero no me voy a alejar de ella hasta que no me quedé de otra. Hasta que no tenga que coger el avión a Austria para el GP de allí no pienso dejar sola más a Bells.

Se dejó dormir en cuanto se hizo una bolita en la cama. Pero no me suelta ni para dejarme ir al baño. No quiere que me aleje de ella. Y me encanta, porque yo tampoco quiero separarme de ella. Ya me la quitaron mucho tiempo, ahora no pienso dejar que nada, ni nadie, me la arranque de las manos. No pienso permitir que la alejen de mí. Ni Marc con sus tonterías, ni Joel con su preocupación extrema, como si es a mi suegro al que me tengo que enfrentar. No pienso rendirme si alguien piensa quitarme a mi niña. A mi chica. Y pienso conseguir que su sonrisa aparezca en su cara día tras días como si tengo que dedicarle solo a ello. Quiero que sea feliz por una vez, y quiero ser yo quien le haga feliz.

El Destino Llama A Tu Puerta. (EDLlATP 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora