Estamos a principios de junio. Debería estar centrándome en otras cosas, como en que voy a hacer con mi vida ahora que ya he acabado con todo (supuestamente). O en que dentro de un mes me caso con Àlex. O en que tengo que cuidar de un perro. Sí, un perro. Àlex apareció con un Teckel de 3 meses el día de mi cumpleaños hace poco más de un mes y aunque quién no se enamoraba de ese cachorrillo, pues tener que cuidar del perrete, con las clases y eso... No ayuda a calmarme.
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Aunque Àlex ya presume de él como si de su hijo se tratase. Aunque si que es algo parecido. Es posible que no seamos padres nunca. Y en verdad, creo que por eso a aparecido con él.
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Hoy hace 2 años que volví a Lleida. Qué Àlex me esperaba en el aeropuerto con unas pintas para mearse de la risa. Hacen ya 6 meses desde que murió Ariadna. Jordi ha cumplido ya 11 meses hace unos días y es el niño más adorable que he conocido en mi vida.
Mi familia en Tenerife me odiará por olvidarme de ellos. Aunque no les olvido. Solo hago mi vida con mis 22 años que tengo ya. Amo Tenerife, pero mi vida allí estaba estancada. En Lleida vuelve a tener sentido. Y eso me gusta.
Estamos todos en Madrid. Leli se nos gradúa hoy en Periodismo. Y yo si hay suerte lo haré en unas semanas.
Llevo más de una hora calmando a Leli. O intentándolo más bien. Entre que se gradúa, que Marc parece que se vaya a casar, y de todo un poco no consigo que se calme.
-A ver. Marc es Marc. No sabe encontrar el punto medio. Y no quería venir mal a tu graduación. ¿Lo entiendes? -Sí. -Pues te ayudo a vestirte y nos vamos que al final llegas tarde y no es tu boda sino tu graduación de la universidad. -Ya me calmo.
Ayudo a Leli a vestirse mientras Jordi no hace más que aplaudir en el cochito (no podíamos dejarle suelto gateando por la cama que se nos caía y se abría la cabeza así que le hemos dejado en el carrito). Está preciosa. Yo tengo pensado ponerme algo diferente, pero a ella le queda genial, y Marc va a babear.
