Capítulo 84

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Tras la visita casi express a Almudena con el notición de que va a ser madre. Llegan pronto las vacaciones navideñas. Las primeras Navidades de Isel y León. Y Marc y Leli quieren que sean especiales para ellos. En dos meses cumplirán un año, igual que Laia y Lara cumplirán dos años el día anterior a ellos.

Laia y Lara ahora mismo están jugando con Stich, al pobre últimamente le hemos dejado un poco abandonado con tanta sorpresa y tanto viaje, pero él sigue siendo el perro más adorable del planeta. Me alegro de que Àlex apareciera con él hace ya más de dos años y medio.

-Stich, guapo.
-Perrito guapo.
-Es muy mono sí. Pero cuidado con lo que le hacéis.
-Sí.

Las dejo jugando con el perro un rato más y voy a terminar de revisar el libro antes de entregárselo a la editorial. Espero que les guste. No puedo hacer nada mejor con dos niñas como ciclones por casa. Y aún queda más de año y medio para que empiecen el colegio. La que me espera. ¿Y se supone que yo quiero otro más?

-¿Necesitas ayuda?
-No. Stich las entretiene muy bien. Puedes ir a ayudar en casa de Marc. Puedo ir con mi coche a la tarde.
-Mejor vamos todos juntos.
-Tú lo que quieres es que Leli no te meta en la cocina, ¿no?
-Me has pillado.
-Tu hermano le quema la cocina.
-Y eso que es de inducción. Llega a ser de gas y vuela la casa en pedazos.
-No te pases. Anda, ven. ¿Te apetece ser mi primer lector? Quiero una opinión antes de entregarlo.
-Me encantará leer tu libro.
-Genial. Ahora te lo paso al móvil.

Termino de revisarlo, lo paso a formato PDF y se lo paso por correo. Y si no fuera porque tengo que vigilar a las niñas ahora mismo me llevaría a Àlex a la habitación. Está tan violable con las gafas. Pero ya no estamos solos y realmente necesito una opinión sincera del libro. Así que voy a ver qué hacen Lara y Laia, mientras Àlex leé atentamente lo que le he pasado.

 Así que voy a ver qué hacen Lara y Laia, mientras Àlex leé atentamente lo que le he pasado

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-Chicas, dejad ya a Stich. Pobre, querrá descansar un rato.- les digo al ver que tienen al perro espachurrado entre los brazos de las dos.

Las niñas no se quedan muy contentas al tener que soltar al perro pero me hacen caso.

Las obligó a dormir una siesta antes de tener que irnos a Cervera a casa de Marc y Leli. Y tengo que controlarme para no ir al salón a quitarle todo a Àlex y tirarmelo allí mismo. No sé qué cojones me pasa cada vez que le veo con las gafas puestas.

-¿Estás bien?
-Muy bien. Sigue leyendo.
-Mireia...
-Qué estoy bien Alejandro.
-No estás bien.- dice soltando el móvil a un lado y bajándose la gafas hasta la punta de la nariz.

Àlex no, no hagas esto. No creo que pueda controlarme mucho más. Y como me conozco bien salgo del salón lo antes posible. Pero Àlex es más rápido que yo y me acaba alcanzando y agarrando del brazo.

-Pistolas déjame.
-No estás bien. Te cuesta respirar. ¿Quieres que vayamos al médico?
-No necesito ir a ninguna parte.
-Mireia, por favor. Dime qué te pasa.

El Destino Llama A Tu Puerta. (EDLlATP 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora