cincuenta y cuatro || desvanecerse

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La situación entre Autumn y yo seguía un poco tensa, cosa terriblemente mala si mañana por la noche íbamos a trabajar juntos. Por no mencionar que Max estaba más nervioso que nunca y que Louis no había parado de comerse la cabeza por algo durante días.

Cuando Hayley hizo acto de presencia en la reunión, tenía un aspecto horrible. Un completo desastre. Y eso que ella sabía cómo asearse.

—Madre mía, te ha salido un grano del tamaño del culo de Louis —se quedó boquiabierta Jo al ver a Hayley entrar en mi casa, paliducha y despeinada.

—¿Tan grande es? —jadeó Louis, cruzando la habitación para poder mirar mejor a Hayley.

—Iros a la mierda —gruñó ésta, apoyando su rostro en mi hombro. Le di un par de golpecitos en la cabeza, incómodo, y les lancé a todos una mirada en busca de ayuda. Al ver que nadie se inmutó, suspiré y le agarré del brazo, sentándola en el sofá al lado de Autumn.

Me coloqué en medio de la habitación para poder dirigirme a todo el mundo.

—Ya sé que estamos algo tensos. Pero tenemos que tranquilizarnos porque todo va a salir tal y como hemos planeado, ¿vale?

Todos asintieron, mirando hacia otro lado. Intenté conectar mi mirada con la de Autumn, pero obviamente ella no quería hablar conmigo. Seguramente seguíamos enfadados. Quizá la había asustado esta mañana y por eso quería que primero me calmara. Totalmente comprensible. Además, me recordé que no debía besarla ni nada por el estilo por si acaso se incomodaba.

Hayley parecía estar hecha una mierda, por eso decidió quedarse en casa y practicar lanzando cuchillos a la pared. También le dije a Autumn que fuese a hablar con Max sobre sus nuevos poderes ya que no confiaba ni en Jo ni en Zayn a la hora de ayudarle; Louis daba la impresión de necesitar algo de tiempo para estar a solas, y Hayley no podía hacer absolutamente nada. Nadie más estaba Marcado, y los poderes de Autumn eran una completa locura.

Todos nos pusimos a hacer lo que teníamos planeado después de haber estado hablando durante un rato; Jo había intentado ofender a Hayley mientras Louis había hecho de eso un chiste. Y por supuesto Zayn se había quejado de que nadie se lo estaba tomando en serio.

Durante un par de horas me quedé solo. Aproveché para pasarme por casa de Hayley y echarle un vistazo. Tenía un aspecto horrible y enfermizo, y además estaba nerviosa, lo cual me preocupaba. Contemplé varios agujeros que había en la pared de los cuchillos que lanzaba desde su cama.

—¿Tu puntería sigue igual de buena? —pregunté.

Hayley se mofó de mí y cogió un cuchillo que había a su lado. Con un rápido movimiento de muñeca, lo lanzó en mi dirección. No tuve tiempo de bajar la cabeza cuando se escuchó un golpe seco en la pared. El cuchillo me había cortado unos pocos mechones de pelo.

—Tan buena como una hoja de afeitar —murmulló Hayley.

Puse los ojos en blanco y me senté en el borde de la cama.

—¿Qué es lo que pasa? —pregunté.

Ella dejó escapar un gruñido.

—No lo sé, Haz. Creo que estoy enferma o algo así.

La miré ceñudo, rascándome la mandíbula.

—Los Erktanae no enfermamos, Hayley.

—Ahora mismo me pones enferma tú —dijo—. Pero gracias por traerme ayer a casa, los otros me habrían dejado tirada en mitad de la noche para que me helara.

Sonreí, apretándole suavemente el pie.

—No sé. Creo que a Tyson parecen gustarle las chicas Erktanae —dije—. Y Brock parece ser el típico idiota inofensivo feliz. Quizá podría haberte traído él.

Wicked |h.s| ESPAÑOLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora