treinta y uno || parte I

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Él.

Tuve que verla morir.

No a Shay, la amiga de Autumn.

A Autumn.

Tuve que llevarla a su casa. Su cuerpo, pequeño y vencido, se acurrucaba junto a la ventanilla del asiento del copiloto. Tuve que verla caminar, cómo desplazaba lentamente los pies sobre el suelo de madera hasta llegar a su habitación. Tuve que besar su rostro sin expresión alguna; una pura máscara tras la cual ocultaba sus verdaderos sentimientos.

Tuve que verla morir.

Más tarde, tuve que conducir de regreso a casa mientras intentaba no pensar mucho en ella, en que no haría nada estúpido. Venga, Harry, estamos hablando de Autumn. Ella no haría nada de lo que tú sí fueses capaz.

Quería verla, de nuevo, asegurarme que estaba bien. En verdad, esto era algo rutinario en mí. Y nunca pararía de hacerlo. Siempre era lo mismo;  ¿Estará bien Autumn? ¿Debería ir a verla? ¿Querrá ella verme?

A lo que respondía con: Probablemente, no. ¿Por qué querría? Le arruinaste la vida, idiota. Haz el favor de cerrar el pico.

Y eso era lo que terminaba haciendo.

Jo era una cabrona. Jo era la personificación de las cosas más infames. Nunca imaginé que alguno de nosotros pudiera llegar a hacer algo tan espantoso. Asesinato de masas. Todo con la única pretensión de afectar a una sola persona. Correspondía a un nivel superior de lo abominable.

Y eso me hacía preguntarme qué sería capaz de hacer Zayn. O Louis. O incluso yo.

El resto de la noche, en verdad de la mañana, lo pasé encerrado, trabajando en la habitación situada al final del pasillo. La única que aún no le había mostrado a Autumn. A ver, no se la estaba ocultando. Si me lo preguntase, se la enseñaría. Tan sólo le estaba ocultando un par de cosas, y me sentía orgulloso.

Las cosas que le estaba ocultando no eran monumentales, pero me seguía moliendo por intentar esconderlas. Era una mierda de tío por eso, por no decirle tales cosas, cuando ella comenzaba a confiar en mí y yo en ella.

Se merecía saber por qué era mayor que ella, por qué lo echaba a perder todo y llamaba a Claire, Chloe, por qué la página que vio estaba en blanco, por qué me seguía reuniendo con Liam. Ni siquiera ella sabía que lo hacía. Era un puto imbécil, por hacer lo que hacía, pero tal vez con buenas intenciones.

Le mentí, el otro día. Cuando Jo fue a su casa y me contó que Liam quería matarme. Por supuesto que mentí. Y quería convencerme a mí mismo que lo que hice fue porque no quería preocuparme por ella. Pero sabía que todo era un mal hábito, desde que comencé a comportarme como un gilipollas. Dios, no me la merecía.

¿Todavía seguía siendo mía? A ver, yo ya era suyo. Joder, estaba muy pillado por ella. Estaba tan desesperadamente obsesionado con ella. No quería admitirlo. Sin embargo,  quería decir que nadie me iba a acabar cautivando, maniatándome, para evitar que me fijase en el resto de chicas. Intuía que por eso había besado a Claire. Porque quería demostrar que tenía razón. Aunque si Autumn hubiese visto ese lado mío, tal vez me hubiese odiado menos.

••

—Hey —Escuché una voz, sintiendo al segundo una mano sobre mi hombro. Lo primero que vi fue su carísima manicura antes de visualizar el resto de su cuerpo. Esa rubia que siempre era una zorra con Autumn. Y me hacía recordar a alguien.

—Estoy bebiendo —musité, vertiendo más líquido de la botella de Jack en mi vaso, mirando por encima de mi hombro en busca de la cabellera oscura a la que tanto aprecio tenía. No estaba por ningún sitio. Este pútrido lugar estaba formado por dos bares, y juraría que la había dejado sentada en éste. Tal vez me equivocaba. Tonto del culo.

Wicked |h.s| ESPAÑOLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora