veintinueve || parte I

59K 3.5K 599
                                    

{2/4}

Primero

Me llevó a otra fiesta. Esta también era al aire libre, en el exterior de la casa de alguno. Zayn y Jo también estaban allí. Dos tercios de la Pandilla. Sin Louis. Y él era el único que me caía bien. Esto sería interesante.

Me habría traído sólo una muleta. Vistiendo unas mallas, unas converse y un jersey azul, seguí a Harry a través de la fiesta. De vez en cuando chocaba los cinco con alguna que otra persona, pero se veía claramente que los odiaba a cada uno de ellos. Sus únicos pensamientos eran que había mucha gente y que quería emborracharse.

En realidad, no me importaba si se emborrachaba. Se lo merecía después de haber estado todo el fin de semana conmigo. Yo ya era bastante irritante de por sí, así que...

Se giró y mi miró una vez que hubimos llegado a la cocina del dueño de la casa, arqueando una ceja en mi dirección. Asentí, cruzándome de brazos y observándolo.

Cogió tres botellas de diferentes colores; una transparente, una roja y otra botella de Coca-Cola. Vi cómo las mezclaba, echaba la mezcla en un vaso de plástico y pegaba un buen trago. Luego otro. Y luego otro más. Y después de su segundo vaso, su cuerpo se relajó por completo.

Mantuvo un brazo alrededor de mi cintura mientras caminábamos entre el tumulto. Habló con varias personas, mientras yo lo observaba. Lo veía emborracharse una y otra vez, con cada trago más feliz. Su aura se hacía más grande y brillante, haciendo que la mía imitara a la suya. Me hacía feliz verle feliz.

Al poco tiempo, tiré de la camiseta de Harry y lo acerqué a mi cuerpo.

Alzó ambas cejas.

—¿Necesitas algo, cariño? —preguntó.

Asentí.

—Um, quiero... probar... una —dije. Frunció el ceño, sin entenderme. Al instante sentí mi rostro arder—. Quiero una —dije, señalando su bebida.

Harry comenzó a reírse.

—No actúes como si le tuvieras miedo, cosita preciosa. Es alcohol, no el diablo.

—Para de llamarme así, ya lo has hecho dos veces. Y no le tengo miedo —lo miré ceñuda.

Harry me sonrió y me ofreció su bebida.

—Pruébalo, Fall —dijo.

Llevé el vaso hasta mis labios y le di un trago pequeño.

Sentía una sensación de quemazón en mi garganta por culpa del alcohol. Sabía asqueroso, mucho. Hasta me quemaba la nariz. Tal vez por la efervescencia de la Coca-Cola. Mientras que en mi lengua había dejado un sabor dulzón y frutal. No acaba de mezclar de forma fluida, la bebida entera, pero no estaba tan mala como había pensado. No quería acabar vomitando.

Lo miré. Clavaba su expectante mirada en mi rostro, preparado para verme reaccionar en millones de maneras diferentes.

Harry enarcó sus cejas.

—¿Y bien?

—Estoy bien —dije, devolviéndole el vaso.

Se rió a carcajadas.

—Bueno, sí, amor. No pensé que podrías hacerte daño o morir. Sé que estás bien —sonrió.

Le devolví la sonrisa viendo cómo se llevaba el vaso a su boca y se lo terminaba.

Sus labios parecían tan suaves. Tal vez porque en estos momentos estaba muy pendiente de ellos. Pero por alguna razón, se veían tan, tan suaves. Sabía que eran suaves, porque lo había besado, varias veces. Cuando descendió su mirada a mi figura y sonrió, con ambos labios juntos formando una única línea, levanté mi brazo y coloqué una de las manos alrededor de su cuello para incitarlo a que se inclinara para besarme.

Wicked |h.s| ESPAÑOLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora