Me había quedado todo el sábado en casa viendo cómo la nieve se iba derritiendo poco a poco. La noche anterior había tenía unos sueños horrorosos. Ni siquiera podía llamarlos pesadillas. Terrores nocturnos más bien, pues me despertaba sollozando y acababa echa un ovillo debajo de las sábanas totalmente asustada, con la garganta ardiendo y la boca completamente seca. Estaba totalmente segura de que había estado gritando.
El primer sueño había comenzado normal. Aunque la mayoría de las cosas terribles empiezan así; empezaban siendo hermosas como de costumbre, y después se retorcían y se convertían en algo escalofriante, en fragmentos borrosos de la realidad. Ahora estaba en la cama, con los ojos abiertos de par en par. Sabía que estaba despierta por las acciones que llevaba a cabo. Entonces, un rostro apareció en mi ventana. Oscuros ojos centelleaban en mi dirección, la malicia y la crueldad aparentes. Me asustaron.
La sangre goteaba de su rostro a medida que miraba alrededor de mi habitación, para después introducirse en ésta. Me había quedado estática al contemplar los acontecimientos a medida que pasaban. Sus ojos examinaron toda la habitación y yo lo imité, moviendo mi temblorosa mano en frente de su rostro.
Me sobresalté. ¿Dónde estaban mis escayolas? ¿Por qué no sentía dolor alguno? ¿Por qué él no podía verme?
Había luz en el exterior, y no entendía el porqué. Estaba aturdida, aunque era de esperar. Di unos golpecitos sobre el hombro del chico y ni se inmutó. Finalmente, paró de buscar en mi habitación y se acercó al alféizar de la ventana, subiéndose al tejado con la ayuda de sus extremidades superiores. Desapareció en menos de tres segundos.
Corrí hacia la ventana. Sangre. Y había huellas en ésta. Miré hacia abajo. Había más, en la nieve que había en el suelo. Pero lo que realmente llamó mi atención fue... verme a mí. Y Harry. De espaldas a la casa mientras él me llevaba entre sus brazos. Vi cómo mi yo le preguntaba si podía ir hacia allí, que tenía cosas para entrar en calor en esa caja. Era miércoles. Estaba viendo lo que había pasado el miércoles desde el punto de vista de... mi habitación. Además de a un chico sangrando.
Y no fue hasta que me desperté de verdad cuando me di cuenta cuál fue la cosa más escalofriante de todas. El hombre que se había colado, cubierto de sangre, husmeando para después irse un minuto más tarde... sabía quién era.
Liam.
••
Esa noche a la hora de cenar mi padre sacó como tema de conversación a Harry.
—¿Cuál es su promedio de calificaciones, Autumn? —preguntó.
—Eso no es de tu incumbencia —refunfuñé con la boca llena de puré de patatas.
Mi padre enarcó una ceja en mi dirección.
—Autumn Renee —advirtió.
—Miles Bruce —respondí con mismo tono llenando la cuchara—. De todas formas, ¿cómo podría saberlo?
—Parece que estás bastante familiarizada con él —dijo.
Suspiré.
—Ni siquiera sé el de Niall —le informé. Y mi padre pareció dejar el tema. Aunque eso me jodió, porque tenía muchísimas más remontadas.
Esa misma noche me aseguré de que la ventana estuviese bien cerrada. Incluso sabiendo que no podría protegerme de los horrores que mi inconsciencia me brindaba.
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El domingo decidí hacerle una visita Harry. Quería respuestas. Sabía que había dicho esas palabras billones de veces, pero las necesitaba, de verdad.
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Wicked |h.s| ESPAÑOL
Fanfiction❝Resulta increíblemente cálido al tacto, como si las yemas de sus dedos fueran a quemarme la piel❞ © 2014 All Rights Reserved - arctxhsx por la traducción / mary (WhoaLarry) por la autoría de la historia.