This love is killing me [2ª Parte] (Eunhae)

Capítulo 28 "Todos los puntos cardinales" (Eunhyuk)

Capítulo 28 "Todos los puntos cardinales" (Eunhyuk)

Despertar aquella mañana fue más duro de lo que imaginé. Porque en cuanto abrí los ojos la realidad de que las niñas no estaban en Corea se hizo presente. La noche anterior nos habíamos despedido de ellas, de Heather y de Nolan y se habían marchado. En teoría les veríamos en poco más de un mes pero... Tenerlas tan lejos se hacía cuesta arriba. Podían pasar tantas cosas en ese tiempo que no podíamos evitar pensar en esas posibilidades.

Como que a Heather le sucediese algo antes de volver. ¿Qué haríamos? Estando en nuestro entrenamiento básico no podríamos irnos a por las niñas. O al menos, yo no. Donghae tendría que ir solo y encima pasar solo por el dolor de la muerte de su ex mujer. No quería que eso sucediera, yo quería estar con Hae en ese momento tan duro. Para mí también iba a ser duro. Yo también la quería mucho, ella se había portado muy bien conmigo, había logrado unirnos de nuevo y me había dado el mayor regalo de toda mi vida. A mis hijas. Por no hablar que la especie de "convivencia" que teníamos me gustaba.

-¿Ya es de día?-inquirió Donghae con voz ronca enterrando su cara en mi pecho.

-Sí. Pero aún puedes dormir un poco más.-pasé mi mano por su sedoso pelo y con la otra mano acaricié su brazo desnudo sobre mi cintura.

-Hay demasiado silencio.-se quejó- ¿Y si llamamos a Heather?

-Aún no habrán llegado.-negué.

-Jo... ¿Crees que nos llamarán en cuanto lleguen?

-Con la de veces que se lo repetimos no creo que se olviden.-sonreí recordando lo pesados que nos habíamos puesto.

Nunca había siquiera imaginado lo dura que era la despedida de un hijo y menos de dos al mismo tiempo. Aquellas dos princesas rubias me tenían robado el corazón.

-Aún faltan unas horas para que lleguen. ¿Por qué no aprovechamos? –propuse.

-¿Aprovechamos?-alzó un poco la cabeza y me miró con carita de picardía.

-Exacto... Dentro de unos días vamos a estar en el cuartel militar... Por un mes. Y no vamos a poder hacer nada.-suspiré.

-¿Perdón?-se incorporó, quedando sentado a mi lado.

Su cara de indignación, junto con su pelo revuelto y la marca de las sábanas en la mejilla me hicieron enamorarme de nuevo. Sí, cada día que despertaba junto a él me enamoraba como la primera vez. O más si era eso posible. ¿Cómo no iba yo a perder el norte por él? Por Donghae perdía todos los puntos cardinales.

-¿Qué?-inquirí.

-Prometimos que una vez al mes uno de los dos elegiríamos un sitio con morbo para tener sexo. ¿Recuerdas?

-Sí, lo recuerdo, pero... Allí no podemos. Ni de coña.

-¿Por qué no? ¿Sabes el morbo que me va a dar bajarte los pantalones del uniforme y el morbo que te va a dar a ti verme de uniforme y arrodillado frente al pequeño Hyuk?-puso voz sexy y se acercó, apartando las sábanas de encima de mí para llevar su mano a la entrepierna de mi pijama.

Solo de imaginarlo mi cuerpo reaccionó y me empalmé. El capullo de Hae se echó a reír, soltando mi miembro y tumbándose de nuevo pero sujetándose a su estómago para reír a gusto.

Ahora el indignado era yo, así que ni corto ni perezoso empecé a tirar de sus pantalones, bajándoselos y dejándolo desnudo. No, no llevaba ropa interior, cosa que me facilitaba la faena. Me coloqué entre sus piernas y sacando mi pene empecé a rozar nuestros sexos. Paró de reírse al acto y puso sus manos en mi nuca, atrayéndome hacia su boca. Sacó su lengua, buscando la mía y encontrándola sin demora. Los besos y los roces se fueron haciendo más intensos y la excitación iba en aumento. Pero aunque aquello estaba bien, yo quería más. Así que me llevé dos dedos a la boca y luego los llevé abajo, entre nuestros cuerpos, hacia su trasero, donde los introduje para humedecerlo.