This love is killing me [2ª Parte] (Eunhae)

Capítulo 68 "Pese a todo pronóstico" (Eunhyuk)

Capítulo 68 "Pese a todo pronóstico" (Eunhyuk)

Donghae se deshacía de placer entre mis manos y mis juegos. Yo me excitaba de forma brutal viendo como el vibrador entraba y salía de su cuerpo, haciéndole babear, gritar, temblar de placer. La punta de éste era algo curva y me estaba esmerando para llegar a su punto G. Pero si continuaba llegaría al orgasmo antes que yo. Y quería, no, necesitaba sentirme dentro de él de una vez. Así que apagué el juguete y lo lancé a un lado, luego, solté sus manos del cabecero de la cama, le hice darse la vuelta, poniéndose de rodillas sobre el colchón pero con el torso pegado a la cama.

Primero, metí mi mano entre sus piernas y pasé la palma por su sexo hacia detrás, pasando por sus testículos y terminando en su trasero. Hae arrugó las sábanas con su agarre y yo, sujetándome a sus caderas, coloqué la punta de mi pene en el orificio y lo rocé un par de veces, fallando a propósito hasta que a la tercera, empujé con fuerza, clavándome en su interior con ansia, con urgencia. Al mismo tiempo hice presión en su espalda, pegándolo más contra el colchón pero manteniendo con la otra mano, su cadera alzada. Mis embestidas fueron aumentando el ritmo, el placer me invadía, la música que había puesto era más que sugerente, le iba como anillo al dedo a la situación y los gemidos de Donghae se mesclaban con la voz ronca del cantante.

Mi chico tenía la boca completamente abierta mientras llevó una de sus manos a su entrepierna y empezó a masturbarse él mismo. Sus jadeos se hicieron más continuos y supe que estaba a punto de correrse.

-Para.-le ordené, parando su masturbación.

Emitió una especie de quejido ahogado. Salí de dentro suyo y le ayudé a darse la vuelta, quedando boca arriba. Sus ojos permanecían vendados y eso era lo que yo no quería.

-Quiero...Que me veas... Cuando llegues.-dije como pude.

Tiré de lo que cubría sus preciosos ojos y me observó, clavó su mirada en mi cara. Le sonreí y me coloqué bien entre sus piernas.

-No apartes tu mirada.-susurré lamiendo sus labios- No dejes de mirarme.-mordisqueé el inferior y él intentó atrapar mi lengua de forma fallida porque me aparté unos milímetros- ¿De acuerdo?

-Sí.-volvió a intentarlo y esa vez le dejé.

Nos besamos de forma profunda, sexual y mientras lo hacíamos, embestí, penetrándole de nuevo y notando su duro pene pegado a mi estómago, rozándose.

En ese momento, adquirimos un ritmo constante y cada vez más rítmico y compenetrado, manteniendo nuestras frentes pegadas y nuestros ojos abiertos, mirándonos sin tregua.

Hizo ademán de echar la cabeza hacia detrás de puro placer pero le sujeté y le "obligué" a mantener contacto visual. Hacía tanto tiempo que no podía ver sus ojos al hacer el amor que era algo que necesitaba.

Y al fin, primero observé cómo el placer explotó en su interior, llenando cada milímetro de su piel, haciéndole estremecer y brillando como mil lucecitas de navidad en su mirada.

Ese fue el detonante que necesité yo para llegar al clímax y terminar dentro de él, sin preocupaciones, sin prisa, sin miedos.

En aquel momento éramos él y yo. Éramos los mismos de hacía años, dos almas enamoradas, las mismas almas jóvenes y llenas de vida, las mismas almas sin miedos infundidos por terceros. Recordé aquellas primeras veces, aquellos juegos llenos de vergüenza y nerviosismo. Todo aquello seguía dentro de ambos, solo que con el tiempo, las amenazas, los golpes, se había quedado escondido en un rincón dentro de nuestro ser.