Capítulo 55 "Junto a éste pez" (Eunhyuk)

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Capítulo 55 "Junto a éste pez" (Eunhyuk)

Miré al horizonte mientras la brisa me traía ese olor tan conocido para mí ya a sal, a mar. Ningún día bajaba a la arena, siempre me quedaba en el paseo marítimo, observando a todas las personas que paseaban por allí, en busca de una cara conocida. En busca de Donghae. Me daba miedo que el día que me distrajese, él pasara por allí y no me viese, que no me encontrase.

Un mes y medio fue el tiempo que pasé pendiente de los medios coreanos y de las redes sociales de Donghae, a la espera de que Hope volviese a casa. Un mes y medio de tortura, creyendo que no iban a devolverla, creyendo que la había perdido para siempre y Dios sabía qué le estaría sucediendo. Fueron los peores días de toda mi vida. Solo, alejado de mi familia y mis amigos, alejado del amor de mi vida y de mis hijas.

Me había estado moviendo de un lugar a otro para que no me encontrase nadie, porque quería que cuando nos devolviesen a la niña, solo Hae pudiese encontrarme. Ya no me fiaba de nadie y si Donghae llegaba hasta a mí, cosa que rezaba para que sucediese, lo mejor y más seguro era que nadie supiese de nuestro paradero para que no volviesen a hacerles daños a nuestras hijas.

Pero un mes y medio después de irme, al fin Donghae subió una foto a su Instagram con Hope. En cuanto la vi supe que era ella, no la confundí con Faith. No escribió nada, pero supe que era ella. Su carita estaba más delgada de lo habitual, tenía ojeras... ¡Dios una niña de menos de tres años con ojeras! Su mirada era triste, pero se aferraba a su padre con fuerza. Lo podía apreciar por sus deditos clavados en la ropa de él. Lloré. Sentado en la silla del McDonalds donde me hallaba, empecé a llorar. La opresión en mi pecho se alivió y por primera vez en mucho tiempo, pude respirar. Lloré de felicidad, de tranquilidad y de alivio. Hope estaba por fin en casa.

Pero después de sentir esa oleada de felicidad, mi llanto se convirtió en amargo ya que no tenía con quién compartir mi alegría. No podía llamar a nadie, no podía abrazarla. Ella había vuelto a casa y yo no estaba en ella. ¿Qué le habría dicho Donghae? Seguro que le había dicho que pronto estaría conmigo, lo conocía... Eso me consoló levemente. Le diría cuánto la amaba y que pronto estarían los tres conmigo.

Después de terminar de llorar, fui al baño, me lavé la cara y respiré profundamente. Tenía que centrarme en encontrar un trabajo para poder quedarme en España y no solo eso. Tenía un largo camino para ello. Aprender el idioma, arreglar mis papeles, encontrar trabajo...

Sí, estaba en España. Primero había ido a dejarle la primera pista en nuestro descampado y luego había viajado a Miami, a Nueva York, después había ido a Francia, al pueblecito donde habíamos estado una vez juntos pero al final, había cogido un bus hacia España. Había pensado quedarme en aquel pueblo pero allí no tenía salidas laborales... Y cuando se reuniesen conmigo, ¿qué clase de vida tendrían Hope y Faith? Quería que viviesen en una ciudad, con todo lo que necesitasen. Así que al final, había terminado en Barcelona.

Obviamente había ido dejando pistas para Donghae, con la esperanza que me encontrase en algún momento. Solo podía pensar en eso. Hope estaba en casa, así que ahora solo tenía que esperar... Aunque la espera iba a ser dura, no lo sería tanto como la agonía de haber perdido a mi hija.

Encontrar trabajo me costó porque no podía ser nada de cara al público por temor a que alguna ELF o turista coreano me reconociese y porque entre el papeleo y que necesitaba el idioma, no me lo ponían sencillo. Para nada. Pero me apunté a un curso intensivo de castellano y al final, encontré trabajo como mozo de almacén, cargando y descargando camiones en un almacén cerca del puerto. Era un trabajo cansado y cobraba muy poco, pero me permitía vivir, con eso y mis ahorros, los cuales habían bajado en los meses en que había estado parado.

This love is killing me [2ª Parte] (Eunhae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora