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   Algo raro en el moreno, Gajeel se levantó temprano. ¿Cómo lo sabe? Pues aunque estaba la luz que siempre dejaban sobre las viviendas, podía ver a través de los orificios como apenas salía la luz del sol. Pero el dilema ahora era esperar a que los guardias abrieran las puertas, y tan pronto abrieran tenía que salir al campo para trabajar. Media hora aproximada tardaron en abrir las puertas. Gajeel casi corre afuera, aprovechando que aún quedaban chozas por abrir, comenzó a caminar con paso apresurado a la cerca. Su cuerpo se llevo de alivio al verla hablando con dos pequeños niños.

.*.*.*.

Levy salió temprano por la mañana con la esperanza de ver a sierto ser. Como siempre hacia antes de salir, preparo su canasta con frutas y comida para sus amigos esclavos. Temprano en el alba, camino hasta el hacendado atrás. Varias mujeres y sus hijos estaban afuera. Levy fue a saludarlas, aunque estaba algo decepcionada. Hablo un poco con las mujeres, y un niño y una niña se le acercaron.

-¡Jefa Levy!... ¿No tiene nada de comer?- La McGarden se volvió para ver a los niños.

-Je, claro que si pequeños, siempre lo hago, aquí tienen- de su bolso saco dos pedazos de piña para cada niño. Después se fueron corriendo para jugar. -¿Para mi no hay ama?- Su voz la paralizo.

Se volteó de cantazo -¡Gajeel! Me asustaste!-

-Gee~hee hee, lo siento ama, no fue mi intención- Se le acercó un poco más, tratando de ocultar su tensión porque ya debían de estar de camino para la montaña.

-Vamos... Te dije que no me llames ama, no me gusta. Llámame por mi nombre o un apodo no se...-

Gajeel cruzo los brazos y se puso pensativo -Okey.... Enana-

Levy abrió los ojos -¡¡Ese tampoco!!- Golpeo suave el pecho del esclavo, y el solo reía. Después de calmarse un poco, pudo articular palabra.

- Mira am-... Enana, no vine solo a socializar porque pronto me tengo que ir *o ya se supone que no este aqui* Pero debía decirle que, pues por lo que hizo por mi, yo debo devorverle el favor-

Levy estaba asombrada por la humildad del esclavo -No Gajeel, yo...-

-¡Redfox!- Ambos jóvenes se voltearon para ver al Vastia -Oh... Pero si es la señorita McGarden, como esta jefa?-

-Bien, muy bien, gracias a Gajeel. ¿Te tienes que ir?- ella miro al oji-rojo, quien asintió -Bien... Dejare que te lo lleves Lyon, espero verte luego Gajeel- Ella le volvió a sonreír de manera cálida.

-Oiga Jefa, ¿le puede mandar saludos a Juvia de mi parte? Hace mucho que no la veo...- dijo medio tímido el Vastia, Levy solo asintió sin decir nada *Digamos que ella tampoco quería saber mucho de él*

El soldado y el esclavo se voltearon pero justo hay Gajeel le dijo. -Porfavor ama, piénselo, porque nunca me sentiré en deuda- y con eso se marchó. Levy se quedo observando el camino a donde se dirigían los dos hombres. Su pedido la había sorprendido, nunca nadie había hecho eso, y menos un esclavo. Sabía que el tenía algo diferente entre las demás personas que había conocido, eso la cautivo. Después de terminar de hablar con las mujeres y jugar un poco con los niños, se fue a un restaurante junto cos sus dos amigas: Lucy Heartfilia y Juvia Loxar.

.*.*.*.

Ya era tarde, alrededor de las 4:30p.m. Y los esclavos venían de su trabajo. Fueron 10 largas horas, pero ya debían de estar acostumbrados. El moreno llegó algo agotado, pero de repente le entro un deseo de ver a cierta persona. Pero al parecer aún no descalnsaria.

-¡Gajeel!- volteó para ver a uno de los guardias -El jefe demanda que vallas a donde el Sr.Dragneel-

-Hmm...- Solo asintió y camino con el guardia hasta un carruaje y se fueron a la otra hacienda. Paso algo de tiempo para que se pudiera notar al final de un largo camino, estaba una casa grande alumbrada por focos. El hogar de tres pisos de madera era blanco con sus esquemas y adornos marrones, se notaba la cantidad de dinero que tenía la familia Dragneel.

-Llegamos. Sabes lo que tienes que hacer- Gajeel solo bajo de donde estaba, y acompañado del guardia entraron al terreno. Su cara mostraba seriedad, pura seriedad. Cuando iban a ir a la hacienda atrás, una voz los detuvo.

-Paren señores, por aquí- Una voz agradable les hablo. Un hombre bastante alto, su camisa blanca y su pantalón negro acompañado de sus botas limpias era lo que mostraba que era uno de los jefes del lugar.

-¿Cómo esta señor Dragneel?- dijo educadamente el guardia que escoltaba al moreno.

-Bien... Ya puede dejarlo conmigo, esta en buenas manos, y Porfavor no me llame "Señor" suena a viejo y ni casado estoy- él sonrió, y con esas palabras se fue el guardia, dejando al hacendado y al esclavo solos, cuando vieron que se fue, ambos sonrieron. El de piel blanca se volteó -Bastante buena la actuación Gajeel, casi me convenses con lo serio que estabas-

-Gee~ hee, Tu también estuviste bien Natsu- Ambos comenzaron a caminar por el sendero.

-Bueno, sabes que hay que fingir con ese tipo de gente. Pero aparte de eso ¿Cómo has estado cabeza de hierro?- su buen amigo bromeo con él. Después de Rogue, este era su segundo mejor amigo.

-Hecho mierda, pero no es tu culpa, ¿Y tu Flamita?-

-¡Ja! Aún luchando por mi chica, es muy difícil la dichosa. No cae por nada, y mira que intento conquistarla- Miro el peli-rosa al peli-negro, el solo se pudo encoger de brazos, y en menos de lo que se dieran cuenta, ya estaban donde debían.

   Se adentraron a una estructura de lo que en un futuro sería vendida. Varias paredes de ladrillos estaban en pie, y sólo se escuchaba el sonido de martillos, picos y otros metales trabajando en el lugar. Siempre, los proyectos de los Dragneel eran grandes, y los mejores tanto en función como en diseño.

-¡Eje! Aquí están mis viejos- Natsu capto la atención de dos trabajadores. Estos eran esclavos jornaleros, a diferencia de Gajeel que era esclavo de tala. -Miren, este es el hombre que los ayudara por unas dos o tres horas, es prestado- Natsu sonrió con su típica sonrisa amplia y blanca. Los dos chicos dejaron de hacer lo que hacían y fueron a saludar al de las incrustaciones.

-¿Qué hay Gajeel?- El más joven de los dos era Alzac, uno de los pocos indígenas que aún seguían vivos entre los esclavos. Gajeel solo le dio la mano.

-¿Cómo va la vida en tu hacienda Redfox?- El mayor en edad era Macao, tenía alrededor de 50 o 60 años.

-Siempre se desea que mejor, pero las charlas para después- se estrilló los dedos -Manos a la obra!-

   Normalmente Gajeel iba cada dos semanas o cada mes a la casa del tío de Natsu, siempre a ayudar con el trabajo. Pero el verdadero plan era hablar con el heredero al poder, Natsu Dragneel. Parte de su pasado oscuro, La familia de Natsu fue que le vendió al Sr. McGarden al esclavo. El como lo obtuvieron, será narrado en un futuro, pero sólo el detalle que hace casi un año que se lo dieron al padre de Levy. Tal razón es por lo que Gajeel desconoce de la historia de la madre de Levy, y por eso no sabe que en su futuro, le llegará más sufrimiento....

Rompiendo las cadenas... {Gajevy/GaLe A.U.} *EN EDICIÓN*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora