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   El día paso más rápido de lo normal. Ambos seres fueron a la misa, pero nunca se vieron, nisiquiera el resto del día o en la tarde. Durante la tarde casi noche, Levy se asomó por su ventana a observar, pero no vio nada; al igual que Gajeel, que mientras comía su ración de arroz y carne, buscaba con la vista a ver su su dueña se pasaba por hay, pero nunca paso.

   Esa noche entrada, dos visitas fueron al terreno del Sr.McGarden. La primera vino a pie, ya que su hogar no era tan lejano. Su visita era ya esperada ciertos días en la semana. El joven de pelo negro, alto, tez blanca y vestido adecuadamente pero sin exagerarse, socializaba con el dueño de la hacienda, con su hija igual, pero su verdadera razón de visita estaba en el hacendado atrás. La Señora Sexta fue quien le atendió con alegría, ella también se llevaba bien con el joven. Después de que le ofreciera aperitivos y bebidas, le acompaño a la parte trasera donde estaban los esclavos.

-Gracias Sexta, informale a Levy que mañana vendré a saludarla- dijo calmado el joven.

-No hay problema señorito, hasta mañana- y con eso se fue a su oficio. El peli-negro abrió la puerta de la reja y se adentró al lugar, aún habían varios hombres y mujeres afuera comiendo o hablando, pero el sabía a que choza ir. Camino entre la tierra seca, sin importarle sus botas, y cuando asomó la cabeza, encontró a su amigo hablando con su compañero.

-¡Ehh! Ya te estaba esperando!- Gajeel se levantó de las bolsas de su amigo -¿Cómo te ha ido Rogue?-

-Bueno... Con lo de los viajes y la administración de mi hogar, más o menos. Pero estoy seguro que mejor que a ti. Hola Elfman-

-Hey, ¿Qué tal la vida Cheney?- El mencionado estaba acostado en su improvisada cama. Luego de dirigirte par de palabras más, Gajeel y Rogue salieron de ahí para conversar afuera.

   Después de ponerse en tiempo sobre noticias y novedades tanto del exterior como de la hacienda, Gajeel metió el tema de su ama. Le contó a Rogue lo que había pasado ayer y esa mañana.

-No me sorprende de Levy, es una chica única...- dijo mirando a la casa, Gajeel le siguió la mirada, sólo se veían las luces encendidas de las habitaciones de adentro. El Redfox seguía pensativo en esa chica.

-Honetamente, desde el momento que la vi no sale de mi cabeza Rogue... ¿Será por su acto?-

-No se que es, pero Levy logra captar las miradas de todos no importa lo que haga. Gajeel, esa niña es lo contrario a su padre; ella es bondadosa, amable y cariñosa. Me sorprende que venga para acá todas las mañanas y no la hayas visto... Ya casi llevas un año aquí-

   Gajeel rasco su cabeza -Si... Aunque hay gente más vieja y no le han hablado. Almenos es bueno tener a alguien parecido a ti en este sucio lugar-

-Ja, ¿alguien como yo? Gajeel, soy una mierda al lado de esa chica. Que tengas en tu cabeza su imagen no me esta raro, Levy además de ser bonita por dentro, es hermosa por fuera igual-

-Sigo sin entender el porque lo hizo.... Ni siquiera sabía mi delito-

-No tenía el porque, porque no hiciste nada Gajeel. Porque te faltarán 5 libras de caña no merecías más de 100 latigazos, por mucho más que eso los esclavos del tío de Natsu les da sólo 10-

   El moreno bajo la cabeza pensativo, mientras que el Cheney se recostó de la cerca de madera -Debo recompensarle por lo que hizo... ¿Pero como?-

-Hm... ¿Que ella no viene por las mañanas? Pues te la encuentras y tu mismo le preguntas- Gajeel asintió conforme con su respuesta. Después de varios minutos de silencio, de la nada Rogue comienza a reír. Gajeel confundido, pero igual con una sonrisa le pregunta -¿Ahora por que te ríes idiota?-

Rompiendo las cadenas... {Gajevy/GaLe A.U.} *EN EDICIÓN*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora