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   Ya habían pasado dos días desde que Gajeel y Levy acordaron su compromiso. Luego de que Gajeel terminara de hablar con Rogue, volvió a la hacienda, para al otro día trabajar en el campo, y hoy era miércoles, día que debía volver a donde su ama.

   Como esperaba, antes de partir el Vastia le soltó, y lo llevo de regreso al hacendado para luego ir a la enorme casa de los McGarden. Gajeel esperaba a que Levy estuviera en el mismo lugar de la última vez, pues no tenía a donde más ir. Camino por el rústico pasillo con las enredaderas, pero no vio ninguna habitación abierta. Gajeel solo tuvo una opción, quedarse allí parado a espera a que...

-¿Tu eres Gajeel, no?- El mencionado se volteó, y vio a una mujer alta, tez morena, y los rasgos de la cara destacaban su edad. De seguro era una esclava.

-Emm... Si, si señora ¿Quién es usted?-

-Almeno eres un joven educado- Ella le sonrió - no tengo nombre, pero todos me llaman la Señora Sexta- Gajeel subió las cejas, claro que ya había escuchado de ella, la jefa de las esclavas dentro de la casa y la primera en los servicios del amo.

-Si, creo que la conocía ya... Emm, ¿le puedo ayudar en algo Sexta?-

-Hay niño... Eres un encanto negrito'. Ven conmigo- Y se volteó y camino. Gajeel solo la siguió pensando en que estaba un poco ida de la cabeza. Llegaron hasta una gran puerta de madera (comparada con las otras del pasillo) y cuando Sexta la abrió, pudo ver que estaba dentro de la casa.

   El Redfox nunca había entrado a una casa de tanta apariencia delicada. Observó las locetas de porcelana en el suelo, y las paredes pintadas de un suave crema adornadas por una que otra pintura. El lugar se sentía abierto, gracias a los ventanales que tenía, grandes y hermosos. Era un espacio bastante amplio, ellos ahora estaban en la cocina- comedor, que también daba la vista al salón de estar. En una esquina, había un pasillo y a su lado unas escaleras que daban subida al segundo piso.

-Por allá' señolito- Ella le señalo las escaleras al Redfox -Cuando subas verás varias pueltas, es la tercera a mano izquielda- El solo asintió con un "gracias" y se dirigió para allá. Subió los escalones, y observo la puerta que le había dicho la esclava. La puerta, en el marco, tenía detalles dorados y azules, y cuando Gajeel toco la puerta, escucho la dulce voz de su ama diciendo "Pase".

   Giró la perilla de color dorada, aunque el sabía que era de bronce (tenía bastante experiencia solo por el tacto el saber que metal era) y allí estaba.

-Hey, eres tu- Levy dejo de hacer lo que hacia y camino hasta él -Ven siéntate- le agarró la mano y le condujo hasta la cama. Hace cuanto el no sentía la comodidad de una. -¿Qué tal todo Gajeel?-

   El peli-negro solo se encogió de brazos, y sin que él lo notara, ya tenía la pequeña sonrisa. -Como siempre Enana, y tu?-

-Hm, yo bien. ¿Cómo te fue ayer? Dime que Rogue te trató bien...- Le miro jugando, el solo río.

-Rogue siempre me trata bien Enana, tranquila no le tienes que mataras-

-Ja ja, okey...- Levy le vio a los ojos -Vamos a ver... Tengo tu primer trabajo, aunque estoy segura que es algo simple-

   Gajeel se movió para quedar más cerca de ella -Okey enana... ¿Qué es?-

-Bueno... Sólo vamos a remodelar mi habitación-

   El Redfox miro a su alrededor -Hm... Pero si esta bien así-

-Ja, si... Es bonita, pero el mismo diseño desde los 15 años pues ya aburre- Gajeel la miro, ¿enserio? ¿Desde los 15?

   El moreno estiro las manos y se estrilló los dedos -Bueno Enana, por donde empezamos?-
   Ambos se levantaron de la cama. -Bueno... Quería pues primero volver a ordenar mi estantería- Cuando Gajeel se volteó, casi se cae ¡¿Cuantos libros había allí y ni siquiera lo había notado!? - Y antes de cambiar la mueblería, retocar el color de la habitación-

   Gajeel pudo hablar, aunque sus ojos seguían en los cientos de libros allí -A ver... Primero, y con todo el respeto porque me dijo que aquí soy libre... ¿Soy su esclavo personal o su diseñador?- Levy río por eso -Y segundo... ¿¡Cuantos libros hay ahí!?-

-Jajaja... No se, cerca de 50, 60? No recuerdo... - Se acerco a la estanteria y tomo uno de ellos, ya el peli-negro pudo reaccionar, y ahora la estaba observando a ella -Quiero unos nuevos.... Ya los leí todos y, me aburre-

   El moreno logró salir de su trance con la McGarden, para él, ella ya era un encanto -Con que te gusta leer....-
   
    La peli-azul asintió -Mjm... ojalá tu supieras... Es hermoso leer y escribir...-

   El Redfox la miro gracioso -Heh, ¿acaso me crees analfabeta Enana? A ver...- Camino hasta donde ella y tomo el libro, ella solo lo observaba curiosa. - Hm... Este no lo debes de tirar es un clásico, "Romeo y Julieta", deberías de prestarmela-

  Levy estaba sorprendida ¿Él sabía? En menos de medio segundo ya ella estaba con la cabeza abajo aguantando las manos de su esclavo -¡Lo siento, lo siento Gajeel! Perdón por insultarte y subestimarte!... Lo-

-Ya ya enana... No tienes porque pedir disculpas, es más, no DEBES hacer eso a tu esclavo. Es normal que los de mi raza sean analfabetas, así que tranquila- el moreno le sobó la cabeza a la chica, quien se sonrojó sólo un poco por tal acto.

   Para salir de este entro silencio algo incómodo, Levy habló -Si... Si quieres te lo puedo prestar...-

   Gajeel sonrió -Je, sabes que no nos permiten leer enana, pero gracias de todos modos Levy...-

   Ambos se sonrieron, y así se quedaron por par de minutos. Ninguno de los dos quería apartar sus miradas, como si el dorado y el rojo se combinaran. Pero siempre hay algo que daña el momento.

-¿Levy... Miamol?- Los dos jóvenes se voltearon, y se apartaron un poco para que no sospecharán. La cabeza tapada por el paño de la Señora Sexta se asomó.

-¡Ejem!- Levy tosió nerviosa, Gajeel solo volteó y se puso a ver los libros -Si, que pasa Sexta?-

-Oh nada... Quería vel si no necesitaban nada...-

-Emm... No no, gracias Sexta- La esclava asintió, pero cuando fue a cerrar la puerta se volvió a asomar. -¡Oh! Y mi niña, pronto llega el patrón, te recomiendo que avances miamol- Lo último se lo susurro. Ella asintió algo decepcionada. Cuando Sexta se fue, la peli-azul volteó a donde el peli-negro, que aún estaba verificando los libros. -Espera aquí... Iré a buscar los baúles para poner los libros-

   El Redfox volteó rápido -No no Enana, tu eres una dama y mi ama, yo iré a buscarlos- Este le tapo la salida a la joven. Levy se cruzó de brazos.

-Gajeel...- Ella le miro, y él también se cruzó de brazos apoyandolos en su pecho. Claro, es odvio quien intimidaba más, pero ha de recordar quién era la que mandaba. Levy soltó un soplo en forma de derrota -hay... Esta bien... Pero yo te ayudo. Total no sabes donde estas-

   El moreno hizo un puchero, era verdad, ni tenía idea en donde estaban. Después de que Levy riera por la cara de Gajeel, ambos salieron y caminaron por el pasillo hasta la penúltima puerta, justo al lado de la principal hecha de madera oscura justo en el medio. Luego entraron, y jugaron un rato ¿Cómo y por cuanto? Nadie sabe, sólo que salieron Gajeel en una mano con dos baúles y a Levy como saco de papas de la otra a puras carcajadas.

Rompiendo las cadenas... {Gajevy/GaLe A.U.} *EN EDICIÓN*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora