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   Después de que Gajee llegara a la casa del Cheney, paso el resto del día aya. A diferencia de otros, los esclavos de Rogue eran simplemente compañeros en su casa. Varios de ellos eran rescatados de sus dueños antiguos, quienes Rogue lograba convencer para comprarlos.

-Si, tienes que ver al nuevo. Es medio serio, pero de seguro es bueno- Ambos estaban caminando por la casa. Andaron hasta el patio atrás, y había un hombre cortando madera. Tenía su cuerpo formado, espalda ancha, y su pelo verde estaba sostenido por una banda a negra, a diferencia de Gajeel que tenía metales.

-¡Yo Orga!- El mencionado se volteó, y saludo con la mano a ambos para seguir trabajando. -Gracias que llegaste ahora, hace dos días ni se movía-

-Hm... ¿Qué le paso?-

-Bueno, casi le cortan las manos. Me costo tres grandes, pero almenos aquí esta. ¿No tienes hambre?-

-Je, te diría que no, pero sabes que miento- Y así fueron a servirse algo en la cocina. Gajeel se sentía como un rey cada vez que iba a casa de Rogue. El no tenía esclavos, sino compañeros y amigos. Claro, para disimular trabajaban par de días en la semana, pero la verdad era que en su territorio eran libres. Después de comer un buen rato, Gajeel entro con el tema de Levy.

-Hm... ¿Esclavo personal? Nunca se me ocurrió esa.... La verdad es que Levy es excepcional-

-Si... Esa Enana es muy inteligente- Decía mientras tomaba algo de café, para él esto era lo mejor; su textura y sabor era único.

-Se nota que no la conoces Redfox. Levy es... Un encanto- dijo fantacioso -Es una mujer demaciada intelectual. Y su belleza... Hay mi Dios, en sus manos la guarde-

-Rogue...- El Redfox miro a su amigo juguetón, pero en el fondo, estaba algo molesto.

-No te mentiré Gajeel, me he enamorado de ella. Pero eso no es nuevo, incluso ella lo sabe. Mis intentos han sido un fracaso, aprendí que no tengo oportunidad con ella. Pero tu... sólo tenías que mirar su cara cuando te mencione ayer... Sus ojos tenían un brillo el cual nunca había visto...-

   Gajeel se puso pensativo -Pero mírame Rogue, soy un simple moreno, un negro, un maldito esclavo ante los ojos de la sociedad-

-Pero no ante los de ella, y lo sabes-

-Déjame terminar. Te recuerdo que soy su esclavo, y ella es la hija de mi jefe. Y aunque admito que es una mujer atractiva ante mis ojos, no creo tener alguna oportunidad- decía medio triste, sorprendentemente para él y el peli-negro.

-Créeme cuando te lo digo Gajeel, tienes más oportunidades que cualquier otro hombre que se le ha cruzado por el frente-

-Si, las mismas oportunidades de conquistarla las tengo para morir- Eso, aunque lo dijera en tono irónico, contenía la pura verdad. Rogue río por su comentario.

-A ver... "Hombre de hierro", ¿Tu? ¿Morir? Nah eso no esta en tu vocabulario. Y fíjate que tu padre te envió a varias escuelas y te enseño bastante, esa palabra no-

-Je, que mucho me conoces. Como se nota que nos conocemos desde que éramos unos pequeñajos-

*** Flash back ***

   Un joven, cerca de 15 años, estaba caminando refunfuñando por la carretera. No entendía el porque le mandaban a él, cuando su tío tenía suficientes esclavos para hacerlo.
Llego a donde le habían mandado, la herrería y orfebrería . Entro al lugar enojado, y no se espero lo que vio.

   Cuando sonaron las puertas, un joven moreno, de su misma edad, se volteó para verlo -Bienvenido, ¿en que le puedo servir?-

   Se sentía extraño, al ver a un moreno trabajando ahí - ¿Donde esta tu amo, esclavo?- El rostro del joven metalero cambio (a de aclarar que lo de "metalero" no es por lo de los piersings, ya que a esa edad no los tenía aún)

-Je... Mi padre anda fuera de la ciudad. Así que tendrás que pedirle el trabajo al esclavo jovencito- A Rogue le entro enojo por las palabras del moreno. Sólo le dio el pedido de su tío y espero. Dos semanas después, volvió a buscar la espada que le habían ordenado. Fina plata y al principio donde iba la mano, en cobre con adornos antiguos. Solo el pensar que encontraría al esclavo le enojo, pero cuando volvió a entrar, solo encontró a un Hombre alto, de piel blanca y pelo negro.

-Hola joven, ¿en que le puedo servir?- Le sorprendió que usara las mismas palabras que el esclavo... Acaso... Este era su padre? Era un mulato?

-Em... Si hola. Vine a buscar lo que mande a pedir hace dos semanas... Creo que a uno de sus esclavos- El hombre alto se le quedo mirando a Rogue, y a este le recorrió un escalofrío.

-Jm, niño.... Quizás te han enseñado que los de raza negra merecen ser esclavos, pero te lo diré porque eres joven. Ese niño que le pediste el trabajo, no es más que mi hijo- el Cheney seguía con temor, como si las palabras de aquel imponente hombre lo fueran a matar - Y aunque a través de nuestros cuerpos no corra la misma sangre, le quiero como uno. Aprende a que, ellos no son ni esclavos ni de raza negra, son seres humanos igual que tu y que yo. No más, ni menos....- El hombre alto se cruzó de brasos, y a Rogue esas palabras le llegaron al corazón. Luego de que el hombre buscara la espada, se la entrego en sus manos. El joven quedo sorprendido por el trabajo, nunca había visto tal hermosa espada, con detalles tan definidos y auténticos, tremenda mano de obra del orfebre esclavo.

   Rogue decidió conocer más a este esclavo, las palabras de aquel señor le habían hecho tener cargo de conciencia, así que volvió a la herrería. Desde ese día en adelante, fue más seguido, hasta que conoció a fondo al moreno, quien se convirtió al final en su mejor amigo. Al fin y a cabo, Rogue aprendió una lección de vida, y que todo lo que le habían enseñado estaba mal, sólo fruto de ignorantes, el pensar que ellos eran una raza baja, cuando son igual de importantes que los de raza blanca. Al parecer, describió la igualdad del hombre.

-Por cierto señor...- Dijo Rogue un día mientras estaba con Gajeel, dirigiéndose al Herrero -¿Cómo se llama?-

El hombre alto solo sonrió -Rogue, ya creo que Gajeel te lo dijo, pero te lo voy a recordar... Mi nombre es Metallicana-

*** Fin de Flash back***

Rompiendo las cadenas... {Gajevy/GaLe A.U.} *EN EDICIÓN*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora