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   Poco es decir que Levy voló escaleras abajo al notar que su padre estaba encerrado en su oficina. Con cautela salió de aquel pasillo, y ya en las escaleras se disparó en dirección a su propia oficina atrás. No necesitaba preguntar, ella sabía que él se encontraba allá. Sentía las manos temblar, y su corazón palpitar, pero eso solo la impulsaba para llegar más rápido a su destino...

*.*.*.*

   Se volvió a mover el pelo nervioso ¿Y si los atrapaban? ¿Qué le harían a ella? ¡Bah! Él valía madres, sólo le importaba su enana. Gajeel se sentó aún con angustia, estaba preocupado por Levy. Llevaban días sin verse, sin saber de como ha de sus vidas... Y cuando ella lo viera...

   Quería despejar su mente, el Redfox ya ni dormía bien de tantas dudas, igual con lo de ayudar a los nuevos y esas cosas del trabajo más el controlar su segunda vida, no lo dejaban ni respirar. Comenzó a mirar los libros sobre la mesa, y aunque sorprendido, sonrió al ver uno en específico

-..."Romeo y Julieta" Gee~hee, ¿Enserio enana?-

-Gajeel...- Aquella voz, con el tono que había salido, lo hizo voltear al instante, y su angustia volvió al ver su mirada. Levy estaba en estado de sorpresa, asombrada y asustada, pues sabía muy bien a qué se debía aquello. Corrió hacia él, pero en vez de abrazarlo, se subio a una butaca y tomo su rostro entre sus manos. -¿Qué te han hecho? Por Kami-sama, dime que no te dañaron aún más...-

-Hey Hey, tranquila Enana... Sólo me cortaron el pelo...- Eso le trajo el aire de vuelta, pero aún lo miro con pena. No tenía ni que preguntar, tenía muy en claro que si Gajeel tenía su cabello de aquella manera, era que conllevaba algún significado. De la misma manera que la peli-azul no se lo dejaba crecer en honor a su madre, el peli-negro debía tenerlo largo por algo, o alguien... Sabía bien, que aquel acto no fue más que un castigo, uno, que le dolió bastante.

   Subió un poco y le beso la frente -... Lo siento...- El moreno se descompuso, debió suponer que ella lo sabría. Tuvo que respirar hondo y cerrar los ojos para no terminar roto - Esta bien Levy... Después de todo, no me lastimaron físicamente- claro que ni en bromas le enseñaría su espalda.

La McGarden lo miraba con pena, no sabía ni que hacer -Te puedo preguntar... ¿Quién te hizo eso?- Y ahí al Redfox se le fue el alma del cuerpo. Los músculos se le tensaron, y la joven notó aquello, se lamentó haber preguntado.

- M-Mejor olvida que te lo...-

-No, tranquila, igual te enterarás...- y después de tanto rato, la volvió a mirar, le sobó su mejilla, y finalmente la beso. Aveces se sorprendía el mismo de lo dulce que llegaba a ser con ella, siendo aveces tan cabrón con los demás. Tosco, agresivo eh idiota, y con ella era un maldito romanticón blando.

   Levy se lo devolvió con delicadeza, no era apasional ni brusco, sólo suave, como amerita a el momento. Cuando se terminó, La McGarden le soltó aquella pregunta de la nada, con su voz rota, su alma en pena.

-¿Acaso siempre será así?...-

-¿Eh?-

- Así Gajeel... Tu, sucumbiendo bajo manos del peligro. Yo soportando ver los tratados hacia los tuyos... Ambos huyendo de la realidad, de los ideales erroneos, de la sociedad... Estamos en una constante pesadilla, una tormenta que aveces para, pero luego vuelve.... ¿Acaso siempre será así?...-

   El esclavo procesó aquellas palabras. Lamentablemente sabía que era verdad, pero...

- No será así...-

-¿Cómo lo...?-

-Simplemente lo sé- Sus ojos carmesí enfocaron los marrones de ella. -De la misma manera que un cristiano cree en la promesa de Dios, de la misma manera que lees todos tus libros sin saber el final, sé que no lo será... Algún día, toda esta mierda acabará. Yo seré libre, tu serás libre... Ten esperanza Enana, quizás sea lo único que nos mantiene con vida...-

Rompiendo las cadenas... {Gajevy/GaLe A.U.} *EN EDICIÓN*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora