Ya era otro día en el hacendado. Como de costumbre ya, Lyon salía a buscar a Gajeel para que este se dirigiera hacia la casa de Levy. Pero hoy, el Redfox estaba nervioso, algo incluso sorprendente para él mismo. Después de terminar de pintar el cuarto, le regalaría el hada que le compró, y por último, la quería invitar a la fiesta de la hacienda que sería en par de días. Llego temblando a la puerta principal ¿Por qué no se había ido por atrás como siempre hacia? Ni el sabía la contestación, del nerviosismo ni vio a donde iba.
Antes de que pudiera tocar, alguien abrió la puerta -¡Oh! Pero si es el señolito Gajeel ¿Qué hace por aquí en ves de atrás?-
-Emm... Nada Sexta, no lo se... ¿Qué tal?- Tendría que disimular su inquietud, ni que lo fueran a matar *Que ni en eso estaría así de nervioso*
-Yo bien, ¿y usted jovencito? Hay, que educado eres papá' , Ojalá y los demás hombres fuelang como tu. Ven pasa, Levy debe de estarse preparando- La esclava le dejo pasar, y tan pronto puso un pie dentro, le forzó a sentarse y comer en la mesa un desayuno, que no pudo negar de ninguna manera. Eso si, cuanto se disfrutaba esa taza de café caliente mañanera, se la tomaba sorbo a sorbo sintiendo como ese líquido de único sabor bajaba por su garganta calentándolo por dentro.
-Jm, creo que ya aprendí que te gusta el café- Gajeel se voltea, y la ve hay, bella como siempre.
-Buenos días Enana, ¿Cómo estas?- Dejo la taza ya vacía en la mesa, y se levantó para ir a donde su ama.
-Yo bien, ¿y tu Gajeel?-
-Ñee, algo agotado por ayer- Dijo estirandose, y le estrilló la espalda -Ah, mucho mejor. Y bien, ¿qué haremos hoy?-
-Ven, tenemos que terminar las paredes y acomodar los muebles nuevos. Me los dio un buen amigo- Ella le toma la mano y sube las escaleras. El Redfox se siente algo extraño, pues nunca habían tenido tanto contacto, y la McGarden al darse cuenta de lo que hizo, se sonrojó un poco. Estuvieron toda la mañana pintando la segunda mano, y acomodaron la nueva mueblería para su recámara. Al moreno también le había encantado las nuevas cómodas, se veían de madera pura y nueva. También le cambiaron las cortinas y las sábanas a la cama, que de nada sirvió ordenarla pues Gajeel tiro en ella a Levy y comenzaron una guerra de cosquillas.
.*.*.*.
La peli-azul se tiró en su cama -Dios que cansada estoy... Pero al fin terminamos-
El peli-negro igual hizo -¿Por qué no me avisaste que después de comer, ordenarías tus libros nuevos? Madre que si eran muchos...- Levy río por su comentario, y si que lo eran, su estantería que era era aún más grande y espaciosa que la anterior, estaba llena de libros. En la cómoda ya estaba su ropa doblada y ordenada, en su tocador también, y en la mesa de noche solo la pequeña lámpara. Se quedaron par de minutos hay acostados, sin decir palabra alguna, pero el Redfox recordó lo de esta mañana, sabía que este era el mometo.
Se reincorporo para poder mirarla -Emm... ¿Enana?- Levy, que tenía sus ojos cerrados, los abrió para ver los rojos de su esclavo. -Quería... Pues...-
Ella al ver que se rasco la cabeza nervioso, también se acomodó para quedar frente a el sentada -¿Qué pasa Gajeel?-
-Emm... *Soy una mierda en estas cosas* No se sí te guste o no, pero te compre esto - Con la cabeza del otro lado a la de ella, le entrega el bolso marrón. Ella la miro la bolsa curiosa, sin notar que el joven a su lado estaba más rojo que sus propios ojos. Cuando sintió que el bolso ya no estaba en su mano, hay devolvió su vista a donde su ama, y la cara de la peli-azul no mostraba sentimiento, el como miraba la estatuilla del pequeño hada con cola ya lo estaba inquietando.
-Es... Es hermoso... ¿Cuándo, cómo lo compraste?- La McGarden lo miro, y le pareció tierno que aún sus pómulos siguieran algo rojizos.
-Cuando te acompañe al pueblo. No me preguntes quien me dio el dinero ni cuanto me costo, porque no te diré-
-Jaja, okey. Es hermosa Gajeel, Gracias.... La pondré justo aquí- Y como él quería, su ama puso la pequeña figura en la mesa de noche.
-Y otra cosa antes de irme, y si ya me voy- Sabía que le reclamaría. Ella hizo un puchero, y que sólo hizo que él soltara un "Gee~hee" -Supongo que ya lo sabes, sin tu padre estas bajó el mando del lugar, pero me da igual ¿Quieres ir a la fiesta conmigo? ... Aunque si no quieres- Musito lo último, pero ella lo escucho.
-¡No no no! Claro que iré contigo- Se cubrió la boca cuando se dio cuenta que estaba gritando -Será un honor ir contigo Gajeel- El moreno se quedo observando las perlas doradas que tenía en su rostro su enana, porque eso era, SU enana. Sus manos se entrelazaron, y ambos miraron las de el otro.
-¡Miamol!- BUM, se murió el momento. Rápido se separaron y voltearon, ambos estaban igual de sonrojados -El señolito se tiene que ir pronto, los otros llegarán ya mismo' del campo!-
-Emm... Creo que ya es hora de que me valla. Espero que te guste mi regalo-
-Me encanto Gajeel, nadie me había dado tal detalle, gracias- Levy se acerca a Gajeel, y cuando se pone a su altura, besa su cachete. (Debo indicar que para la época, eso era ya un atrevimimeto, sólo para que entiendan...) -Ven, te dejo afuera- Volvió a coger al peli-negro de la mano, y ambos salieron de allí aún igual. Ya afuera, se volvieron a despedir, ansiosos por que después de mañana, llegaría la fiesta en la hacienda.
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Rompiendo las cadenas... {Gajevy/GaLe A.U.} *EN EDICIÓN*
FanfictionHace dos centenarios, el mundo vivia en la cruel realidad donde lideraba el racismo y la dicriminación. Pero con todo y sus incoherentes ideas, habian personas en contra de esta injusta demanda. Levy era una española, Gajeel un esclavo, y ambos teni...