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   Estaba nervioso, almenos ya había superado lo de su cabello. Hace 5 días que le habían hecho aquel castigo, y hace una semana no veía a su Enana... ¿Qué pasaría cuando lo viera así? o lo que en verdad le preocupaba ¿Qué pasaría cuando se enterara quién fue, y cuánto le importaba a él? Gajeel se sentía preocupado, pero no podía hacer nada ahora; se removió su pelo para borrar aquellos pensamientos

Hey! ¡Vamos! ¡Muévanse holgazanes!- Vió como sus compañeros tomaban el camino a la montaña, pero el no iría hacia allá, ya había cumplido su trabajo de ayer y hoy, incluso pasó tiempo con su inusual mascota. El Redfox hoy iría a visitar a su querido compañero de infancia: Rogue Cheney

*.*.*.*.*

  Tocó la puerta principal con algo de efusividad, necesitaba ver a ese español condenado.

-Hey Gaj.... ¡¿QUE TE PASO?!- El hacendado miró a su amigo con sorpresa, pues desde que tenía memoria, nunca había visto a su compañero con el pelo así de corto, ni siquiera a sus 15 años.

-Emm... Larga historia, que no quisiera recordar. Pero necesito hablar contigo...-

-¿Otro más?-

-¿Eh?- El moreno lo miró raro ¿Otro más?

-Ven, pasa Gajeel- El blanco se movió a un lado y dejo pasar al esclavo. Subieron arriba y caminaron hasta el famoso balcón de su casa, desde donde se veía todos los terrenos de su propiedad.

-Y bien, Explícame....-

-Hm... Esta mañana, como dos horas antes que llegarás, tu querido Jefe vino a hablar conmigo- Abrió los ojos con sorpresa.

-¿Qué?...-

-Mjm, y sabrás que era por ti. Mierda, como me enoja que me dañen el sueño...-

   Gajeel se froto la cara con las manos por la desesperación, aquel desgraciado no podía ser el padre de Levy -Cuéntame Rogue...-


 

  ~Estaba sumido en sueños, cuando sintió unas manos en su hombro moviéndolo delicadamente.

-Psst! Rogue... Tienes visitas- Aquella voz, lo lograra calmar, aunque Kami-sama sabía cuanto le enojaban que lo levantarán, y más a esta hora. Hizo un ademán con un tipo de queja, su amigo Rubio río antes de abandonar su recámara.

   ¿Quien carajo venía a visitarlo a las 6:30 a.m? Si su reloj de bolsillo ya no se había dañado, eso era lo que decía. Tomó su camiseta blanca, y con aquellos pantalones gastados marrones salió a ver quien era. Parecía un esclavo con aquellos ropajes, pero a gente como a él, no le importaba. Mientras caminaba por el pasillo, tiró una mirada a la sala de la ducha, y sonrió inconscientemente. Si Levy y Gajeel pensaban que la tenían difícil, él lo pasaba peor. Aveces pensaba que estaba enfermo, pues nunca había escuchado a otra persona que pasara por lo que él, y por eso no se lo mencionaba a nadie, ni se lo demostraba tampoco. Aún no entendía aquellos sentimientos que sentía hacia su compañero, pues para él, todo lo que le habían inculcado en su vida iba en contra a aquello. En un pasado, juraría tener esto por la herdera de los McGarden, pero desde que su amigo esta con ella, se dió cuenta que no era lo mismo que por su compañero. Llevaba tiempo así, pero es que ya no podía ignorar el hecho de verlo diferente a los demás, y si era en ese sentido... Debía desaparecer esos pensamientos de su cabeza, no quería pensar mucho en ello...

Cuando llegó a la puerta, lo que vio le quitó el sueño.

- ¿S-Señor McGarden?-

- Lamento haber irrumpido en su morada joven Cheney, pero tengo atender un asunto, ¿puedo hacerle par de preguntas?- Él siempre con aquella voz, y la apariencia de edad, era como si demandara respeto aunque fuera por anciano.

Rogue se removió el pelo -Claro que si, pase Porfavor...-~


-Entonces ¿a qué había venido Rogue?-

-Su supuesto asunto fue a comprobar tus "Horas de Trabajo" Amigo- Gajeel levantó una ceja ¿Enserio era tan poco confiable ese hombre? -Tuve que mostrarle varias de las áreas mejoradas, dale gracias a Kami-sama que aunque no los obligo, les pido de favor a los demás de aquí que hagan algo-

   El peli-negro se pasó las manos por la cabeza soltando un aire de alivio -Joder... Me salvaste por los pelos, gracias amigo-

-Sí... También había preguntado varias cosas, y aunque soy un maestro mintiendo, hubo algo que se me salió, pero al mismo tiempo te beneficia- Dijo mientras cruzaba las piernas para estar más cómodo.

-¿Eh?...-

-Le tuve que decir que habían días que no venías por estar trabajando en su casa. Hay los puntos se conectaron, y gracias a que SÍ hiciste algo allá, tendrás un boleto de salvación, eso explicará el porque de tu presencia en su casa y el como conociste a Levy...-

   El Redfox acomodó su rostro entre sus manos apoyadas en sus rodillas. Era cierto, lo había acusado de hurtar en su casa, pero con las pruebas que ahora tiene, él no podrá hacerle nada... Sonrió satisfecho, pues por primera vez en un tiempo, las cosas volvían a mejorar para él.

-Entonces Gajeel... ¿Qué mierda le paso a tu cabello? -

*.*.*.*.*

El Sr.McGarden inspeccionaba a su alrededor, al parecer, ellos tenían razón.

-Padre... ¿Por qué inspeccionas mi habitación tanto?- Levy, que estaba recostada de la pared, miraba raro a su papá, pues sin siquiera saber había pedido entrar a su cuarto y llevaba minutos hay solo mirando. Tenía las manos entrelazadas en su espalda, quería evitar que viera su anillo...

-Hm... ¿Cuándo fue que.. Cambiaste, tu cuarto Levy?- Ella elevó una ceja ¿A que llevaba todo esto?

-Pues... A pocos días que partiste padre. Decidí hacerlo ya que llevaba desde mis quince años con aquella apariencia. Soy ya una mujer, y creo que lo correcto es acoplar mi habitación como tal...-

   Él se quedo callado de espaldas por unos segundos -¿Y álguien te ayudo?- Aquel "álguien" lo había dicho con despecho, y la joven McGarden comprendió por fin la razón de su comportamiento.

-De hecho, sí padre. Había un esclavo en la hacienda, escuché que era bueno en cuestión de fuerza y resistencia, así que solicité su presencia para que me ayudara a remodelar ¿Qué opinas de su oficio?- Su padre se quedó serio, y ella sonrió satisfecha. Había analizado muy bien sus palabras, claro que no dejaría que le hiciera nada a ningún negro, y mucho menos, a él.

   Tenía en ceño fruncido, pues no sabía que decir al respecto con la palabrería de su hija. Él era muy consciente de su inteligencia, y por eso era capaz de deducir, que había algo que ocultaba. -Por lo que veo da buen rendimiento ese esclavo. Les quedo muy bien la habitación... Con tu permiso hija, tengo que...- Cuando se volteó y bajó la mirada, vio en su pequeña mesa de noche una extraña figura la cual nunca había visto. Se quedó observándola, mientras aumentaban sus dudas -... Irme a trabajar. Hasta luego-

-Adiós padre- El anciano salió de la habitación, dejando pensativa a la peli-azul. Ella sabía, que él estaba al tanto de Gajeel, y ya le atemorizaba cuánto sabía, y no tenía idea de que pasaría, o cuanto tiempo se lo podría ocultar...

   Se soltó las manos, y jugó con la sortija en su dedo ¿Que tal estaría él?

-Miamol...- Levy volteó, encontrándose a Sexta.

-Hola Sexta, ¿Qué pasa?-

-El señolito esta aquí miamol...- La ama sonrió, al parecer, su duda se aclararía.

-Gracias por avisarme Sexta...- Le tocó el hombro, y salió en dirección a la planta baja.

-... Denada mi niña'- Susurro su esclava, alegre de que, aunque están en tiempos de penumbras, sabía que ellos lograrían salir hacia delante...

Rompiendo las cadenas... {Gajevy/GaLe A.U.} *EN EDICIÓN*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora