Capítulo 55 "¿La chica de Kian?"

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Después de que Emma me abrazara, todos tomaron su lugar en su respectiva mesa.

Mis hermanos, los Delaney y sus amigos estaban sentados en dos mesas al fondo, Serena y Emma estaban con otras chicas en la mesa de a lado. Sin embargo aunque me pidieron que me sentara con ellos, los rechacé y me senté en la mesa donde estaba Kendall.

— Bueno chicas, ella es mi melliza Kelly —les dijo Kendall a las chicas que estaban en la mesa mirándonos expectantes.

— Hola, me llamo Sienna Wharts —me dijo una chica de cabello negro y de ojos verdes.

— Febbe Diggs —se presentó una chica pelirroja y de ojos marrones.

— Yo soy Trina Photom —dijo una chica rubia de ojos verdes.

— Y yo soy Nickole Evans —dijo una chica castaña y de ojos marrones.

— Un gusto —respondí amable— ¿Conoces a Seb y Connor Evans? —pregunté a Nickole.

— ¡¿Conoces a esos tarados?! —me respondió con otra pregunta la castaña.

— Así que sí lo conoces —dije sacando mis conclusiones.

— Sí, son mis hermanos —dijo mirándome con una sonrisa.

Cuando iba a hablar volvieron a abrir bruscamente la puerta de la cafetería llamando la atención de todos los ahí presentes.

— Yyyy...parecen que han llegado —dijo con un suspiro Febbe la chica pelirroja.

Volteé en dirección a la puerta, efectivamente ahí estaban Seb y Connor con lo que yo pienso era el uniforme del equipo de lacrosse y eran seguidos por su equipo.

Inconscientemente miré hacia la mesa de mis hermanos, se veían cansados y con algo de fastidio. Volví a mirar a los Evans y mi mirada se cruzó con la de Seb quien me miró levantando ambas cejas y me sonrió.

Lo único que pude hacer fue dirigirle una sonrisa. Seb tocó el brazo de Connor y me señaló con la cabeza, Connor al verme sonrió de oreja a oreja y caminó rápido hasta mi.

Me tuve que levantar y él me abrazó pero lo alejé de inmediato por dos razones, Kian estaba mirándolo asesinamente y la segunda era que Connor realmente estaba sudado.

— Kelly, pensé que llegarías hasta el próximo año —dijo Connor limpiando su sudor con una toalla de mano que Nickole le había lanzado a la cara.

— Pues ya ves que no fue así —respondí sentándome de nuevo en mi lugar junto a Kendall y Nickole.

— Pues es genial que estés aquí —respondió sentándose junto a su hermana y casi tirándola al piso.

— Amm, creo que deberías ir con tu equipo —dije y él puso ambos brazos en la mesa— La mitad de la cafetería nos está observando Connor —dije algo nerviosa por la atención que recibía.

El sólo rió, se levantó negando con la cabeza y se fue por su desayuno dirigiéndose después a su mesa. Seb también me saludó pero enseguida se fue con su hermano.

— ¿Así que conoces a mis hermanos? —me preguntó Nickole mordiendo sus papas fritas.

— Sí, los conocí en París —respondí tomando algo de soda.

— ¿Ya fuiste a París? —preguntó la chica rubia...Tara...Trini, ¡Trina!, yo sólo me limité a asentir.

— Que genial —dijo Sienna y las demás rieron.

Después del almuerzo me dirigí a mi salón de clases, siendo guiada por Nickole, quien tenía clases en el salón de junto.

Entré y ví que la mayoría me miraba, pero para mi ya era normal éste tipo de cosas, es decir, en menos de un año he sido la chica nueva en dos escuelas.

Me senté en la primer mesa de la última fila, que estaba pegada a la ventana y frente al escritorio del profesor o profesora. Dejé mi bolsa en la silla de a lado ya que la mesa era compartida, saqué mi libreta, bolígrafos, mis auriculares y mi celular.

Me puse los auriculares y le dí play a la lista de reproducción de música de mi celular. Al sentir el ritmo de la música comencé a dibujar en mi libreta a Lana porque vaya que la extrañaba pero no la iba a convencer de venir a vivir aquí.

Cuando estaba dándole un efecto de sombreado a mi retrato, me dieron un beso en la mejilla lo que me hizo sobresaltar y voltear a ver al culpable.

Kian estaba atrás de mi silla, sonriéndome dulcemente, quitó mi bolso poniéndolo en la mesa y tomó asiento a mi lado.

Me quité los auriculares, pause mi música y jalé mi bolso para meter allí mi celular.

— Bonito dibujo —dijo Kian mirando mi retrato y bajando su mochila— Es Anderson ¿cierto?

— Sí, es ella —respondí viendo mi dibujo— ¿Sabes? La extraño demasiado, se convirtió en mi mejor amiga y consideraría volver sólo por ella.

— Ni se te ocurra —me dijo Kian mirándome seriamente a lo que reí.

— Oye, es mi mejor amiga —dije en mi defensa y él pasó un brazo por el respaldo de mi silla.

— Y yo soy el chico que te gusta —me contestó arrogantemente y yo sólo rodé los ojos.

— Muy bien clase, hoy estudiaremos el tema de la Segunda Guerra Mundial, abran su libro en la página 396 —dijo una señora de unos 40 años, rubia, de ojos color miel y una voz suave que supuse era la maestra.

Dirigió una mirada a través de todo el salón hasta que me vió, caminó hasta mí y se situó frente a la mesa.

— Tú debes ser la nueva Denovan —me dijo con una sonrisa y yo asentí— Toma éstos son tus libros de todas las asignaturas —puso unos 8 libros sobre la mesa— Soy la maestra Idalia Adams y soy la tutora de éste grupo así que si tienes alguna duda, no dudes en preguntarme. O a alguno de tus compañeros.

— No se preocupe miss, yo la ayudaré a que se adapte a la escuela —dijo Kian muy cómodo mirando egocéntricamente a la maestra. Ésta rió y lo miró pícara.

— ¿Kian Delaney hasta el frente de la fila? —preguntó burlonamente— Oficialmente diré que quieres poner atención en clase, aún cuando sé que es por otra razón —dijo mirándome y yo puedo jurar que me sonrojé.

Kian rió y pasó su mano libre por su cabello desordenándolo.

— Sí maestra, la verdad es por ella —dijo sincero y yo abrí mucho mis ojos.

— ¿Ella es tu chica, Kelly? —preguntó la maestra Idalia y yo miré con los ojos entrecerrados.

Para empezar ¿Cómo rayos sabía mi nombre? Ah sí, es la maestra.

— La verdad... —Kian se rascó el cuello incómodo por la pregunta— ... Sí maestra, ella es mi chica —respondió sonriéndome y yo levanté una ceja.

— Muy bien, espero que con ella te portes mejor en clase —dijo la maestra y se dirigió a mi— Enseñale a que se comporte, Kelly. Y es un placer conocer a su hermosa Kelly, con la cual sus amigos le hacen burla.

Se fue hasta su escritorio, comenzó a revisar y escribir en una hoja.

— ¿Así que, tú chica? —pregunté a Kian mirándolo y él tragó saliva.

Oh si, ahora me vas a dar muchas explicaciones.

Cambiando Mi VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora