27

21.6K 3K 347
                                    

Únete a nosotros en:

https://www.facebook.com/groups/SoniaLopezSouto/

Sígueme en:

Facebook: Sonia López Souto

Instagram: @sonialopezsouto

Tik Tok: sonialopezsouto

Y si te gusta lo que lees, puedes adquirir mis otros libros en Amazon:

https://amzn.to/2XZaMdM
_____________________________________

Lía estaba frente a él, con una de sus camisetas favoritas a modo de pijama, y le estaba preguntando si podía pasar a su habitación. La respuesta a esa pregunta era sencilla, por supuesto. No tenía ni que planteársela. Fuese el motivo que fuese para estar allí, él lo aceptaría mientras pudiese estar con ella.

-Claro - se apartó para dejarla pasar y cerró la puerta tras ella -¿Pasa algo?

-Nada - la oyó decir - Por el momento.

Le daba la espalda pero estaba seguro de que se había puesto roja. Extendió una mano para tocarla pero se detuvo a escasos centímetros de su hombro. No la tocaría hasta estar seguro de lo que quería de él. Si lo hacía, lo más probable es que no pudiese detenerse. Y no quería asustarla. Sabía que tenía dudas sobre lo que les estaba sucediendo, él mismo no lograba entenderlo tampoco. La única diferencia entre ellos era que él había decidido aceptarlo y aprovecharlo. Lía tenía dudas y también respetaba eso. La respetaba a ella.

-¿Te encuentras bien? - tanteó.

-Perfectamente - no se giró todavía.

-Suenas nerviosa.

-Estoy nerviosa.

Haciendo uso de toda su fuerza de voluntad para no ir más allá de su hombro, la sujetó con firmeza y la giró hacia él. Necesitaba mirarla a los ojos, saber qué hacía allí. Porque tenerla tan cerca y contenerse para no besarla lo estaba matando. En cuanto quedaron de frente, se apartó unos pasos de ella, para evitar la tentación.

-Lía - le rogó. Sí, su nombre había sonado como un ruego desesperado, pero no le importaba.

-Tu madre me dio un consejo hace un momento - lo miró a los ojos con tanto anhelo que su corazón saltó en su pecho de emoción - Y estoy aquí para seguirlo.

-Mi madre es una mujer sabia - le sonrió para tratar de suavizar el ambiente, que parecía tensarse por momentos.

-Lo es.

En cuanto Lía dio un paso vacilante hacia él, ya no pudo detenerse. Recorrió la distancia que los separaba y la envolvió en sus brazos. Su boca buscó desesperadamente la suya y la besó. Gimió al sentir sus cálidos labios y llevó una mano hasta su nuca para mantenerlos presionados contra los suyos. Lía era como una droga. Cuanto más probaba de ella, más necesitaba para poder saciarse. No había nada mejor que sentir su menudo cuerpo apretado contra el suyo.

Caminó hasta la cama y se detuvo cuando sus piernas chocaron con ella. Liberó su boca de mala gana y la miró a los ojos. Brillaban de pasión y tenía las pupilas dilatadas. Sus labios estaban inflamados y rojos. Y su rostro, en llama viva. Y sin embargo, seguía pensando que era adorable. Nunca una palabra se había adecuado tanto a una persona.

-¿Estás segura de esto, Lía? - quería asegurarse de que no se arrepentiría al día siguiente, porque una vez traspasasen ese límite, no habría vuelta atrás. Él no se lo permitiría - No tienes que hacer nada que no quieras.

-Lo sé - le sonrió - Quiero hacerlo.

-No te dejaré ir - le recordó - ¿Lo sabes?

-No hables tanto y bésame, Cailean. Antes de que la vergüenza regrese a mí.

No pensaba permitir que eso sucediese así que la besó de nuevo. Mientras lo hacía, la ayudó a quitarse la camiseta y luego la recostó en la cama con cuidado. La admiró antes de subir con ella en la cama. Sabía que la incomodaba su mirada pero no podría apartarla aunque quisiese. Estaba tan hermosa en su cama que quería grabar la imagen en su retina para siempre.

-¿Has cambiado de opinión? - le preguntó indecisa.

-Jamás cambiaré de opinión - le sonrió y se recostó sobre ella - Eres preciosa, Lía. Nunca dudes de ti misma.

-Tú sí que eres precioso - sonrió.

-Ya estamos - la besó.

No quería empezar con una guerra verbal. Quería besarla y quería amarla como ella se merecía. Quería demostrarle con gestos, lo que con las palabras no se atrevía, por miedo a asustarla. Quería hacerla comprender cuán intensos eran sus sentimientos por ella. Quería hacerla suya. No sólo por una noche, sino por muchas más. Y en todos los aspectos de su vida.

Recorrió su cuerpo con las manos y con los labios, amándola con ambos. Sus gemidos sofocados lo volvían loco. Sabía que se estaba conteniendo por si la escuchaban y eso le hacía pensar en cómo sería tenerla cuando nada detuviese su pasión. Gimió y su entrepierna palpitó de deseo.

Lía lo acarició y su cuerpo se encendió más, si aquello era posible. Todo parecía más intenso con ella. Sus pequeñas manos lo atrapaban en una espiral de placer incapaz de controlar. Quería más. Siempre quería más de ella.

-Lía - gimió contra su cuello, mientras se dejaba arrastrar por el éxtasis que su cálida acogida le provocaba, incluso con la protección de por medio.

Nunca antes se había sentido igual al hacer el amor con nadie. Muy protector, llegando incluso a posesivo. No podía dejar de pensar en que no permitiría que ningún otro hombre la tocase. Necesitaba saber que sería el único para ella. Porque, desde luego, para él Lía sí lo sería desde entonces.

-Quédate a dormir conmigo, Lía - le dijo besándola después.

-Si nos descubren... - la interrumpió con otro beso.

-Somos adultos - le guiñó un ojo - Y creo que nadie se sorprendería.

La besó una tercera vez al ver su intenso sonrojo. Seguía siendo tan adorable. Su adorable Lía. Suya.

-Está bien - asintió con timidez.

-Bien - la besó de nuevo - Buenas noches, cielo.

-Buenas noches, Cailean.

La envolvió en sus brazos y supo que podría hacerlo el resto de su vida, si ella se lo permitía. Notó cómo se quedaba dormida al momento y sonrió satisfecho. Le parecía un sueño tenerla entre sus brazos y no quería despertarse de él. Haría lo que fuera por mantenerla allí para siempre. Nunca creyó que sucedería tan rápido pero estaba loco por ella. Esperaba, necesitaba, quería que ella sintiese lo mismo. Quería enamorarla. Sí, sencillamente quería a Lía en su vida. Para siempre.

El AutobúsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora