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-Hola, ruliña - Robert la rodeó por la cintura y la llevó de nuevo con los demás - Veo que la oportunista no ha perdido la esperanza después de cinco años.

Nadie lo había visto llegar, por lo que pudieron mantenerse un poco al margen de la conversación de Cailean y la pelirroja. Por el ceño fruncido de Robert y sus anteriores palabras, estaba claro que aquella chica no le gustaba. Pero eso no significaba que a Cailean le sucediese lo mismo.

-Cailean, hijo - lo llamó Robert - Estamos esperando por ti.

-Sí, abuelo - se despidió de la pelirroja con un ademán y se acercó sonriente a ellos - No te había visto llegar.

La miró a ella, le sonrió y le pasó el brazo por los hombros. Parecía tan relajado y tranquilo como siempre. Incluso la besó antes de caminar detrás de su familia, como si minutos antes no hubiese tenido a una pelirroja impresionante colgada del cuello. Inspiró profundamente para tratar de serenarse. Robert le había dicho al oído, antes de separarse, que hablase con Cailean. Sabía que debería hacerlo, pero temía parecer una mujer controladora y celosa. Ella no era así.

Durante el resto de la tarde, nadie comentó nada sobre la joven así que decidió que lo dejaría estar. Por más que Robert no dejase de mirarla de aquel modo tan significativo. No era asunto suyo con quien hablase Cailean. Él había tenido una vida antes de conocerla a ella y debía respetarla.

-No te vayas, Lía - le pidió Kirsty cuando se despidieron - Quiero encontrarte aquí cuando regrese.

-Haré lo que pueda - le sonrió.

-Hazle caso - le dijo entonces Duncan - O irá a España a por ti.

-Será bienvenida - sonrió de nuevo.

-Lía y yo iremos en mi coche - les informó Fiona a todos cuando ya salían del centro comercial - Cailean, llévate a tu padre contigo.

-¿Por qué?

-Porque soy tu madre y tienes que hacerme caso - la sujetó por un brazo para llevársela con ella - Nos vemos en casa.

En cuanto se subieron al coche, Lía comenzó a sentir cierta incomodidad. Nunca había estado a solas con Fiona y no sabía qué decirle. Además, temía lo que fuese a decirle ella. Porque de algo estaba segura, la madre de Cailean quería hablarle de algo sin que éste se enterase.

-Shanene ha ido detrás de mi hijo desde que se conocieron en el instituto - le dijo nada más arrancar.

-Sí que eres directa - se sonrojó.

-He visto cómo intentabas alejarte de nosotros en cuanto ella llegó - la miró con preocupación - Si mi padre no hubiese llegado en ese momento, yo misma te habría llevado de vuelta con nosotros. Nunca me gustó esa chica. Sé que ellos estuvieron juntos en alguna ocasión, pero me alegré mucho de que no funcionase.

-¿Por qué me cuentas todo esto?

-Porque temo que te apartes de mi hijo si alguien decide meterse en medio. Tú le haces mucho bien, Lía. Nunca lo había visto tan feliz. Y no quiero que esta niña tonta destruya lo que estáis empezando a construir.

El AutobúsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora