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_____________________________________Después de comer, sorprendentemente se había saltado el desayuno, se recostó en el sofá. Cailean le había enviado un mensaje unos minutos después de que cortase la llamada. Por sus palabras, sabía que estaba preocupado por ella y se sintió mal. Había intentado tranquilizarlo y le prometió que lo llamaría por la noche.
Ahora que el alcohol había desaparecido de su organismo por completo y de que estaba más despejada, se arrepentía de haberse despedido de una forma tan brusca con Cailean. Una vez más, lo había comparado con Óscar sin darle la oportunidad de explicarse.
Analizando lo que había sucedido durante la llamada, comprendió que Shanene había tenido la fortuna de encontrárselo justo en ese momento y seguramente había sabido aprovecharlo en su beneficio. Y ella, como una tonta, había caído en la trampa. O al menos eso esperaba que hubiese sucedido. Quería creer que Cailean no le había mentido cuando le habló de ella.
Suspiró por tercera vez consecutiva e intentó acomodarse en el sofá, pero no encontraba la postura adecuada. Sabía que el problema era su malestar por haber sido tan estúpida con Cailean, pero no se sentía con fuerzas para hablar con él por el momento. Tenía los sentimientos a flor de piel y no quería acabar llorando. Primero necesitaba analizar cuanto había sucedido en las últimas horas y después podría hablar con él.
Le contaría la verdad sobre su relación con Óscar para que comprendiese de donde provenían sus inseguridades. Si de verdad quería que aquello funcionase, tendría que empezar a abrirse a él. Porque cada día estaba más enamorada y no quería dudar de él como lo hacía. O de sí misma.
-Hola, Helena - contestó al teléfono un par de horas más tarde - ¿Qué tal tu noche, pervertida?
-Ya, ya - rió - Echándome en cara mis propias palabras. Pues te diré que fui mucho más pervertida que tú. Acaba de llegar de su casa.
-¿Ahora? - miró el reloj - Pero si son las cuatro de la tarde.
-Tenía que ir a trabajar - rió de nuevo - o me habría quedado más tiempo.
-Eres increíble.
-Eso mismo me decía él anoche.
-No quiero saberlo, Helena. Ahórrame los detalles - se sonrojó.
-Bien, porque yo llamaba por el estúpido de mi hermano. ¿Qué te hizo anoche?
-Nada - suspiró - Quería pedirme perdón.
-No se te ocurriría perdonarlo - la interrumpió.
-¿Estaba contento cuando lo viste?
-Bien por ti. No se merece tu perdón. Además, tú ya tienes a tu escocés buenorro.
-Creo que metí la pata con él - se mordió el labio - Le corté la llamada cuando lo oí saludar a una amiga suya.
-Vaya, celos - se burló - Seguro que eso le puso cachondo, no te preocupes.
-Helena.
-¿Qué? Los tíos son simples.
-Contigo no hay forma de hablar en serio.
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El Autobús
Romance¿Cómo empieza una historia de amor? ¿Alguien lo sabe? Todos soñamos con conocer a esa persona especial, en un lugar especial. Pero, ¿y si no hace falta nada más que mirarla a los ojos y saber que es ella? La historia de Cailean y Lía empieza en un a...