El Autobús

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No recordaba cuantas copas habían bebido, pero habían sido bastantes. Se sentía mareada. Helena estaba intentando ligarse a un moreno de ojos verdes que la miraba embelesado, no le resultaría difícil lograrlo. No quería interrumpirlos pero se acercó a ellos igualmente.

-Voy al baño - le informó al oído.

-Te acompaño.

-No, tú diviértete - le sonrió. O al menos esa fue su intención, con tanto alcohol en sus venas ya no estaba segura de poder controlar los músculos de su cuerpo.

Caminó con paso inseguro, atenta a todos para no chocar con nadie. Lo menos que necesitaba ahora era que alguien quisiese entablar conversación con ella. No se veía capaz de hablar con coherencia. Sonrió al llegar al baño, ilesa.

Mientras esperaba a que llegase su turno, se mojó la cara varias veces, poniendo cuidado en no desmaquillarse. No es que le importase demasiado, pero Helena era capaz de volver a maquillarla si la veía sin él. Inspiró varias veces a pesar del olor tan repugnante que había en el baño. Necesitaba despejar la mente.

Cuando salió del baño, chocó contra alguien. No se esperaba a nadie tan cerca de la puerta. Levantó la mirada hacia su rostro para pedirle perdón y se sorprendió al ver a Óscar. Retrocedió pero él la sujetó por un brazo con suavidad pero en firme.

-¿Podemos hablar? - le preguntó.

-Ahora no, Óscar. He bebido mucho.

-Por favor - vio la súplica en sus ojos y supo que cedería.

-Vamos fuera - suspiró - Necesito aire.

No avisó a Helena porque sabía que no la dejaría ir sola. Miró hacia ella y la vio abrazada al moreno. Mejor dejarla disfrutar a su manera. Ella terminaría pronto la conversación y después se iría a casa. Había sido suficiente por ese día para ella.

-Siento mucho lo del otro día en mi casa - empezó él en cuanto estuvieron en el aparcamiento - No quise asustarte.

-No estaba asustada, Óscar. Sé que nunca me harías daño.

-Yo sólo quiero que me perdones por lo que te hice - se acercó a ella pero se detuvo a unos pasos - No he podido dejar de pensar en ti desde que rompimos.

-Haber pensado en mí antes de engañarme con todas aquellas mujeres - el alcohol le daba alas para decir todo cuanto no se atrevería si no hubiese bebido - Si hubiese sido una, tal vez podría olvidarlo. Pero fueron muchas, Óscar. Muchas.

-No creí que me importases tanto. Yo...

-Y lo dices tan tranquilo - lo interrumpió - ¿Sabes el daño que me hiciste? Yo estaba mal por la muerte de mis padres y tú me remataste, Óscar.

-Lo siento mucho, Lía - se acercó de nuevo a ella - Estoy tan arrepentido. Déjame demostrarte que puedo cambiar. Por ti, lo haré. Te juro que...

-Déjalo, Óscar - se separó de él - No quiero saber nada de tus promesas. Destrozaste mi confianza en ti hace tiempo.