El Autobús

Epílogo

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6 meses después

Estaban todos. Su familia, sus amigos, Lía. Todos cuantos eran importantes en su vida habían decidido ir a la inauguración de su despacho en Inverness. Los miró a todos y se sintió dichoso. No eran muchos pero sí los suficientes para él.

-Te lo has montado bien - le dijo James una vez se acercó a ellos.

Lía estaba hablando con él y con Edward y la abrazó por la espalda, dejando un beso en su coronilla. Ella lo miró por encima del hombro y aprovechó para besarla en los labios también. Aquellos seis meses habían sido increíbles. Muchos cambios en su vida pero bien recibidos.

-He tardado en montarlo pero por fin está listo - le contestó - He estado un poco ocupado enseñándole a mi novia mi tierra y sus encantos.

-Sí. Ya hemos visto los encantos que le has enseñado - rió Edward mirando hacia sus manos, que reposaban en el abultado vientre de Lía.

Descubrir que la única vez que habían hecho el amor sin protección había tenido consecuencias fue toda una conmoción en su momento, pero ahora estaban entusiasmados con la idea de ser padres. Ambos aguardaban con emoción la llegada del bebé. Acarició su barriga con cariño y sonrió. No necesitaba mirar a Lía para saber que estaba sonrojada y eso le hizo ampliar aquella sonrisa. Había cosas que no cambiarían nunca.

-Hemos estado ocupados - continuó con la broma - ¿Qué quieres que te diga?

-Tu cara de felicidad lo dice todo, amigo - lo palmeó en el brazo James.

-Si me disculpáis - dejó un nuevo beso en Lía, esta vez en su mejilla - Creo que es hora de que diga unas palabras.

-No me hagas hablar a mí - le advirtió ella.

-Eso es cosa de mi abuelo - le guiñó un ojo y la besó en los labios antes de colocarse en medio de todos. Aclaró la garganta antes de alzar la voz - Atención, por favor.

Los presentes lo miraron expectantes y él hizo lo propio con ellos. Vio como Kirsty se acercaba a Lía y le rodeaba un brazo con los suyos. Una sonrisa cómplice iluminó su rostro cuando sus miradas se encontraron. Él simplemente asintió, casi imperceptiblemente.

-Antes de nada, quería daros las gracias por estar hoy aquí. Es un honor para mí poder compartir con vosotros la culminación de un sueño. Sueño que no habría hecho realidad si no fuese por alguien muy especial para mí - miró hacia Lía - Alguien que conocí de la forma más inesperada en un autobús.

El rostro de Lía se tornó rojo en cuanto lo oyó y empezó a negar con la cabeza pero Kirsty no la dejaba huir. Cuando extendió un brazo hacia ellas para invitarla a acercarse a él, su hermana la obligó a caminar. Le sonrió para animarla pero Lía continuaba moviendo la cabeza de un lado al otro. Al llegar a su altura, rodeó sus hombros con un brazo y la besó.

-¿No es adorable? - les dijo a todos - Para mí lo es.

Sujetó sus manos con las suyas y la miró a los ojos. Sabía que Lía estaba luchando contra la vergüenza y sonrió. Siempre sería adorable para él. Con aquella timidez que había ido perdiendo a medida que pasaba el tiempo pero que todavía persistía en algunos momentos como aquel.