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_____________________________________Después de hacer el amor otra vez, se levantaron a regañadientes para comer. El estómago de Lía protestaba y él quería cuidar de ella. Ahora que sabía que también lo quería, se ocuparía de hacerla feliz cada día.
Le ayudó a terminar de preparar la comida y, aunque acabó más en su ropa que en su plato, se divirtieron tanto, que no les importó demasiado. Confesarse su amor les había relajado a ambos y ahora se sentían más cómodos y unidos que nunca.
-¿Qué pasó ayer? - le preguntó mientras comían - No es que quiera estropear este momento pero necesito saberlo.
-Creo que será mejor empezar por el principio - suspiró - Para que entiendas lo que pasó ayer. Aunque, sinceramente, hasta a mí me cuesta hacerlo.
-Te escucho - le apretó la mano con la suya un momento para apoyarla.
-Ya sabes que empecé a salir con Óscar después de la muerte de mis padres - asintió y ella continuó - Estuvimos juntos un año. Y en todo ese tiempo me engañó con cuanta mujer se le tiró a los brazos. No sé cuantas fueron pero tuve el... honor de conocer a unas diez de ellas. Si es que se puede decir así.
-Cabrón - se levantó y arrastró su silla hasta Lía para abrazarla, lo necesitaba más él que ella - Lo siento, Lía. Ese tío es un imbécil.
-No tienes que consolarme - aún así se apoyó en él - Ya sabes que lo único que me apetecía era golpearlo.
-Lo recuerdo - sonrió - Continúa.
-Después de romper con él, me dijo que se había arrepentido y que quería volver conmigo. Que cambiaría por mí. Pero ya era tarde. ¿Cómo confiar en alguien que me había engañado tantas veces?
-Imposible - la besó en la mejilla.
-El problema es que Helena es su hermana. Y es mi amiga. La única que conservé después del accidente de mis padres, la verdad. Así que nos veíamos continuamente.
-Por eso dejaste de ir a su casa a dormir - sentenció.
-Sí. Pero viven en el mismo edificio. Es inevitable vernos.
La besó de nuevo, sintiéndose impotente para liberarla del pasado. Le hubiese gustado estar con ella para alejarla de aquel canalla. Cuando le sonrió, se sintió más liviano. Lía era capaz de hacerlo enloquecer con una simple mirada.
-Estaba muy enfadado cuando me fui a Escocia.
-¿Por eso te enviaba los mensajes? Seguramente la foto lo puso furioso. Ahora me siento culpable.
-No lo hagas. Puede haberte detenido, pero se lo merecía - le sonrió de nuevo - En los mensajes me decía que estaba huyendo de lo que sentía por él. Ni siquiera le di importancia a sus palabras. Helena me dijo que estaba encaprichado conmigo por haber sido yo la que rompió con él pero creí que se le pasaría con el tiempo.
-No fue así.
-No. Fue él el que entró en mi piso. Lo revolvió todo para simular un robo y así hacerme volver.
-¡Qué hijo de...! - Lía lo detuvo tapándole la boca.
-Ayer me asaltaron tres hombres cuando llegué a casa de un paseo. Óscar apareció para rescatarme.
-No lo redimas por... - le tapó la boca de nuevo.
-Helena se enteró de que lo había planeado él. Los otros tres eran amigos suyos.
Se levantó de la silla furioso, aquello había llegado demasiado lejos. Había escuchado suficiente. La tomó de la mano y se acercó a la puerta.
-¿Qué haces, Cailean?
-Me vas a decir ahora mismo donde vive ese tío - la miró - Y le voy a mostrar con mis puños lo que opino de él, ya que con palabras no podré.
-No - lo frenó - No quiero que te pelees con él. Por favor.
-Iré puerta por puerta, Lía.
-No quiero que le pegues.
-Pues lo denuncias. Me vale también - la abrazó - No va a quedar impune.
-Déjalo estar. Por favor. Ya no me importa lo que le pase. No estaré aquí para que me haga más daño.
-¿Por qué dices eso? - la miró.
-Porque me voy contigo, Cailean. A Inverness. Venderé el piso y me iré contigo. Y si esto termina...
-No terminará.
-Si termina - lo acarició - me quedaré igualmente allí. Aquí no hay nada para mí.
-No terminará - la besó - No te voy a dejar escapar de mí, Lía. Te quiero.
-Te quiero - lo arrastró hacia la mesa - Acabemos de comer. Después me ayudarás a inventar una buena excusa para la policía sobre el robo para que cierren el caso.
-Te ayudaré en lo que quieras. Pídeme la luna y te la bajaré - le guiñó un ojo, intentando bromear con ella. Todavía sentía la tensión en el cuerpo y deseaba poder encontrarse por casualidad con Óscar. Le daría su merecido aunque luego tuviese que lidiar con una Lía enfadada.
-Tonto - le sonrió.
En la comisaría no quedaron muy conformes con la explicación que les habían dado pero a falta de pruebas, no tuvieron más opción que aceptarla. Habían decidido decir que unos niños del vecindario habían entrado en la casa como si se tratase de un juego pero que habían ido a disculparse y ella no quería presentar ninguna queja. Ante eso y la contundencia de Cailean como su abogado, traducido por ella, tuvieron que cerrar el caso.
-Tengo un buen abogado - sonrió al salir - Soy libre.
-Eres mía - la besó.
-Eso ha sonado muy posesivo.
-Protector - le guiñó un ojo - Mía para cuidarte y amarte.
Caminaron de la mano hasta el edificio donde vivía y cuando se disponían a entrar, Óscar salía del portal. Lía se tensó al momento y Cailean supo quién era él sin necesidad de que se lo dijesen. Sin mediar palabra, le golpeó en la cara con el puño. De la fuerza que le imprimió, lo tiró en el suelo. Le sangraba la nariz y sonrió satisfecho.
-Ahora puedes decirle que no le daré su merecido porque te respeto. Algo que él no ha sabido hacer - miró a Lía mientras hablaba - Pero que si lo vuelvo a ver antes de que nos vayamos, no tendré tanta misericordia con él.
Lía tardó unos segundos en reaccionar pero cuando lo hizo, le sonrió antes de traducir sus palabras a un acobardado Óscar. Le apretaba la mano con fuerza mientras hablaba y así fue cómo supo que no estaba enfadada con él. Cuando entraron en su piso, se abalanzó sobre él y lo besó.
-No quería que lo hicieses - le dijo después - pero ahora me alegro. Gracias, Cailean, por protegerme. Te quiero.
-Por ti lo que sea, cielo. Ya lo sabes - la besó de nuevo.
-Tal vez te pida la luna - rió ella - Sólo para saber si eres capaz.
-Pruébame.
-No hace falta. Tenerte a mi lado es lo único que quiero.
-Deseo concedido, señorita. Y ahora - la llevó con él hacia el dormitorio - te demostraré lo dispuesto que estoy a no separarme de ti nunca más.
-¿Nunca más?
-Nunca más - y la besó de nuevo.

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El Autobús
Romans¿Cómo empieza una historia de amor? ¿Alguien lo sabe? Todos soñamos con conocer a esa persona especial, en un lugar especial. Pero, ¿y si no hace falta nada más que mirarla a los ojos y saber que es ella? La historia de Cailean y Lía empieza en un a...