Capítulo 29: Teo

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Este capítulo es exclusivo de la vida de Martín y Teo

Ha pasado una semana de que Teo está internado con esa maldita crisis asmática, la última vez que lo visité fue con Elyse, me dolió tanto verlo así, en una cama conectado a un tanque de oxígeno y demás aparatos que ni idea como se llamen, ni me interesa, lo único que me interesa es que él se levante de esa  cama y vallamos a correr al parque o jugar fútbol o que me cuente esos chistes agrios y hacerle yo bromas, o ir de nuevo a la piscina, al cine, o fuera de mi casa a conversar un rato, verle esa sonrisa hermosa con esa cicatriz que tiene cuando se cayó de la bicicleta a los 8 años y reírmele cuando me cuenta sus peores vergüenzas. Ponernos a competir quién tiene el pie más grande o los dedos más largos; quiero que se recupere. Quiero verlo.

Decidí darme una ducha, me puse unos pantalones negros, converse y una playera gris, tomé la cadena que me regaló y que tanto aprecio y me dirigí al hospital.

---Buenos días señorita ---le sonreí, sé que hoy no es día de visitas y con una sonrisa y un guiño cualquier mujer se derrite --- ¿aún se encuentra el paciente Mateo Herrera sala 305?

---Déjeme ver joven... lamento decirle pero al Señor Herrera lo han pasado a terapia intensiva. ¿Es usted familiar?---  Sentí que todo cayó a mis pies como si me hubieran dado un baño de agua helada, se me erizó la piel y no podía gesticular palabra alguna, naturalmente me salió un pequeño --- Sí

---Si me sigue le puedo hacer pasar, pero solo 5 minutos.

---Está bien, se lo agradezco

Me hizo poner una bata, gorro y mascarilla, entramos en la sala y lo vi, estaba sin camisa y tenía conectado en su pecho algunos cables que controlaban su ritmo cardíaco, tenía oxígeno y vías intravenosas en sus dos brazos ¿Tan grave es lo que tiene? No pude contener mis lágrimas, ese no podía ser mi Teo, no el que conozco; él es más alto que yo y con un poco más de masa muscular, su cabello casi rojizo, y esos ojos seductores, es tan guapo que cualquier chica estaría rendida a sus pies, y debo confesar que eso me da celos, porque cuando hemos salido, siempre atrae la mirada de las chicas, y es algo ilógico, porque él me ha dejado claro que es gay, que su inclinación es totalmente a los hombres en cambio yo, a mí me gustan las mujeres, pero él hace la diferencia, y no sé qué rayos es esto. Pero lo quiero sin dudarlo... me acerqué al filo de la cama, le tomé de la mano mientras le tocaba el cabello con mi otra mano y le di un sutil beso en la frente y le susurré

---No puedes dejarme, no cuando me eh dado cuenta que te amo. Tienes que levantarte de allí--- me apretó la mano y me sobresalté, me había escuchado, él estaba consciente de que yo estaba aquí---Lamento mucho si no eh estado mayor tiempo contigo, pero no me han dejado pasar, tus visitas son restringidas. ---él dejó caer una lagrima--- ¡Hey! no llores. Vas a salir de esta.

---Joven, tiene que apurarse, el Dr. está en camino ---me susurró la candente enfermera desde la puerta

---Un minuto---le señalé--- Me gustas Teo, me eh dado cuenta que te amo, quiero estar contigo, no quiero perderte, no me importa lo que digan los demás, por nuestra relación. Tienes que levantarte de allí --- mi voz era casi una súplica

---Te amo---balbuceó

---Joven, debe apurarse

En un momento de desesperación lo besé en los labios, no me importaba que la enfermera me viera.

Teo sonrió aunque no me pudo corresponder el beso porque estaba débil.

---Volveré mañana. Tienes que estar mejor para ese entonces.

Salí corriendo y un minuto más hubiera sido descubierto. Me quité lo que me dio la enferma y ella me dijo.

---¿Ustedes son pareja no es así?

---No sé exactamente si somos eso, pero lo quiero y espero que se recupere. Tome---le di mi número de celular y ella lo tomó obviamente decepcionada ---Llámeme si ocurre una emergencia no importa la hora. Por favor llámeme si le pasa algo a Teo ---ella asintió y me abrazó.

---Muchísimas gracias.

Tenía sentimientos encontrados, tenía felicidad y me sentía devastado; corrí a la casa de Elyse, ella es mi mejor amiga y no sé dónde más recurrir si no es a dónde ella.

---Buenas tardes Sra. Rinlelly ¿se encuentra Ely?

---Está en su habitación, sube porque estaba por salir con Ignasi.

---Muy amable---corrí escaleras arriba y sin tocar abrí.

---¡Eres tonto! ¿Que haces aquí?

Joder estaba poniéndose el brasear, cerré la puerta tras de mí, y me di la espalda y le conté --- Tú sigue en lo tuyo y escúchame. Vengo del hospital. Lo han pasado a terapia intensiva, ha empeorado---empecé a llorar--- Le dije que lo amo, que me gusta y lo besé.

---¿Y él se dio cuenta?

---Sí, estaba consiente, me apretó la mano, lloró y me sonrió cuando lo besé. Una enfermera me ayudó a entrar y le di mi número para que me llamara cualquier emergencia. Elyse quiero que esté bien.

Ella me abrazó, ya se había vestido completamente, nos sentamos en el piso y me acurruqué en sus piernas, no sé qué haría sin esta mujer. Agradezco tanto de haberla conocido, compartido tantos momentos junto a ella, verla crecer física y emocionalmente.

---Todo estará bien, tengamos fe en eso. La vida nos pone pruebas para ver qué tan fuerte somos, para hacernos dar cuenta de hasta dónde podemos llegar. Recuerda. El scout ríe y canta en las dificultades.

---A la mierda con eso. B-P nos la puso difícil, como crees que voy a poder reír y cantar mientras siento que mi mundo se desmorona.

---¡Oye!  si lo vemos de una forma figurativa, quiere decir que... debemos ser optimistas, es la única manera que la tristeza no nos gane Martín. Ten fe. Todo estará bien.

---Eso trato, imagina que Ignasi esté en esa situación ¿tú que sentirías? saber que no puedes hacer nada por él.

---Es difícil ponerse en los zapatos del otro y es sumamente fácil dar consejos, entiendo tu punto.

---No quiero perderle-- -dije mientras llorábamos juntos y en eso entró Ignasi.

---¿Qué sucede? ---preguntó

---Cosas de mejores amigos ---contestó Elyse.

---¡Ou! comprendo... ya sabes hermano, podéis también contar conmigo cuando necesites, estoy seguro que no soy tan bueno como mi novia, pero ya sabes. Cuándo quieras puedes ir a mi departamento.

Elyse y yo nos miramos, sí el supiera lo que sucede, tal vez no diría eso.

---Gracias lo tendré presente, no me disculparé por estar con tu chica, porque los mejores amigos siempre tenemos el privilegio.

Nos sonreímos todos.

---Ya sabes Martín, igual me llamas cualquier cosa ---agregó Elyse.

---Diviértanse y cuídamela Rusher.

Me levanté del suelo, la abracé y me despedí de los dos. Salí de la habitación y caminé rumbo al parque preferido de Teo, me senté en una banqueta. Recordé desde el primer día que lo conocí; quién diría que hay personas que llegan como tornados: sin ser anunciados y se vuelven devastadores.






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