Capítulo 42: Secuestro

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---¿Te gusta la cena?

---Mi hermano cocina mejor

---¿Te gustó el vestido?

---Prefiero los pantalones

---¿Y las joyas?

---Thomas, ¿me ves cara de que me gusten esas cosas? Las aborrezco

---¡Esta bien! ¡Suficiente! Me cansé de aguantarte

---PUES TE RECUERDO, QUE TÚ FUISTE EL LOCO QUE ME TIENE AQUÍ, OBILIGADA ---grité mas

---A mí nadie me grita --–me golpeó tan fuerte y rápido que no lo vi venir y me tiró al suelo              ---¡Levántate! ---me tiró del brazo y me llevó a la misma habitación donde antes estaba Danny      --–Pues te quedaras aquí hasta que aprendas a respetarme

---Por lo menos tráeme mi ropa

---Quédate desnuda si quieres. Ahora me voy a desquitar con tu hermanito

---¡Thomas! ¡No! ¡Por favor no le hagas nada! ¡Thoooooomas!---grité desde lo más hondo de mi alma pero él ya se había marchado, me rodé por la asquerosa puerta y lloré como nunca antes lo había hecho. Danny es una de las personas que yo más amo desde mi niñez. Mi hermano es el ser vital en mi vida y si le paso algo juro que moriré

Han pasado dos días y no sé nada de nadie. No me han traído comida, ni agua. Cuando ya no eh podido más ruego que me den permiso para ir al baño y me llevan resguardada dos hombres. Hoy día una de las chicas, me ha traído ropa que tenía guardada en mi maleta. Bajo orden de Thomas. Me imagino que ha revisado todas mis pertenencias. Estoy desesperada por saber de Danny, ¿Ignasi estará preocupado por no comunicarme con él? ¿Mis papás? ¡Dios! Ayúdame.

Recordé la oración de los Caminantes.

Señor, ayúdame a encontrar la fortaleza del viejo Roble

Para que ningún triunfo me desvanezca

La alegría de la naturaleza

Para que ninguna soledad me abata

La libertad del ave para elegir mi camino

Y la voluntad del caminante para seguir siempre adelante y servir

Allí estaba la respuesta. Necesitaba fortaleza, optimismo y buscar el camino que me sacaría de aquí. Debía portarme bien para tener más acceso y buscar una salida

---¿Mi reina, aprendiste la lección? --–dijo Thomas abriendo la sucia puerta, yo estaba hecha un ovillo, en una de las esquinas de la habitación

---Sí ---solté un par de lágrimas ---debía actuar, aunque las lágrimas salieron de verdad

---No llores, mi reina el castigo es levantado. Te llevaré de nuevo a nuestra habitación. Yo también recapacité. Y tengo cosas que te agradarán

---¿Y Danny?

---Está dormido. No soporto a mi cuñado

---¿No le hiciste nada malo verdad? --–sonaba como una niñita miedosa que le preguntaba a su mamá si el monstruo se había ido del closet

---No, preciosa --- él se acercó a besarme pero yo giré mi cara

---No me eh lavado los dientes, eso es todo ---respondí en mi defensa porque vi la mirada de odio que puso cuando lo evité

---Ahora te darás un baño y comerás. Esta vez lo preparó tu querido hermano

---Gracias

Narra Ignasi

Bitácora de un ScoutDonde viven las historias. Descúbrelo ahora